Las elecciones congresuales y presidenciales se pueden celebrar en el mes de julio, Llegado el momento se presentaría una gran abstención. Miles de personas preferirían seguir en sus casas, y no aventurarse en filas de votaciones.
Pero unas elecciones son legítimas si se cumple con la ley y no hay fraude. La abstención es parte del juego. Puede resultar un presidente electo por una asistencia mínima, y ello sería legal. Sobre todo que la sombra del coronavirus siempre estará presente.
A pesar de que sería traumático se pueden celebrar elecciones en medio de una pandemia, con toque de queda y con medidas de emergencia. En países en mortal guerra civil se han efectuado comicios, al igual que en temporada ciclónica.
De lo que tienen que estar bien claro los dominicanos es que estos comicios serán una experiencia única. No se sabe hasta cuándo llegarán los efectos del coronavirus, con su encerramiento total. Sería una votación y un cambio de gobierno en medio de una gran crisis.
Las elecciones es la única forma constitucional y democrática de escoger a los gobernantes en el país, por lo que se tienen que efectuar en el mes de julio bajo cualquier circunstancia. Dentro de dos meses no habrá condiciones ideales, pero si lo quieren los partidos, se efectuarán elecciones.
En lo particular, creemos que hay que celebrar elecciones antes del 16 de agosto para evitar que se dé un peligroso vacío de poder. Hasta ese día pueden estar las presentes autoridades, y después todo lo que venga serán efectos colaterales.
En medio del infierno en la tierra, las elecciones no es un tema único de la Junta Central Electoral y de los partidos políticos, sino de todos los dominicanos. No puede haber imposición, sino el consenso. Desde hoy se tienen que ir barajando todas las alternativas.
La Junta Electoral da las seguridades de que las elecciones se van a celebrar bajo todas las circunstancias, y nos parece que la decisión y posición es buena, pero hay que comprender que aquí manda un pequeñito virus que ha doblegado a todos los países del mundo.
Con el tema electoral hay que poner todas las posibilidades en las mesas. Hay coyunturas difíciles y sus efectos periféricos. Nadie sabe quién vivirá y quién morirá al final de esta pandemia. Es hora de estar abiertos a cualquier eventualidad y siempre aplicar lo mejor para el país y la democracia. ¡Ay!, se me acabó la tinta.
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