A Pleno Sol
Es difícil poder determinar lo que constituye un perfil sospechoso. Con las nuevas variaciones de la moda y de las normas de conducta, el parámetro tradicional del perfil ha cambiado. El pelo largo, una pelada caliente, los tatuajes, pueden ser un retrato de sospechoso.
En ocasiones el vestir de harapos, el ser pobre, el residir en un barrio marginado, es muestra de la máxima sospecha para muchas autoridades. Hay perfiles de lo que puede ser una persona sospechosa, propensa a cometer un delito.
Pero el encasillamiento de un perfil de delincuencia, sin investigación, puede caer en el abuso de autoridad. El detener a una persona por simple sospecha de que es un delincuente, sería un error. Se violarían disposiciones constitucionales sobre el derecho al tránsito y al libre albedrío.
Antes que el apresamiento de ese alegado sospechoso, lo que se tiene que hacer es investigarlo, darle seguimiento, buscar base para trancarlo con pruebas, no por la presunción de que va a cometer un delito. Hay que superar la vieja estela de trancar primero e investigar después.
En un cuerpo policial moderno, lo más importante es investigar a fondo al ciudadano que se cree ha cometido un delito, y si el caso lo amerita, detenerlo y someterlo a la justicia.
Es positiva una aclaración del director general de la Policía enmendando la plana y aclarando lo que es su perfil de sospechoso. Rectificar es de sabios y buenos investigadores. Valga la nueva orientación del mayor general Ramón Guzmán Peralta.
El nuevo perfil sospechoso que presenta la policía resulta ser la comisión inicial de un delito, y los responsables deben ser detenidos, depurados y de imponerse su grado de responsabilidad, ser sometidos a la ajusticia.
El perfil para la detención es de «un individuo que anda transitando en un vehículo o motocicleta sin placa, es un perfil sospechoso; un individuo que se depure en el sistema de Registro y Depuración, que arroje una alerta, es un perfil sospechoso; una persona que esté alterando el orden público y que esté exhibiendo un arma de fuego, son perfiles sospechosos»
Bien, de acuerdo, pero mesura en la aplicación de la norma, porque el agente actuante puede extralimitar su labor. Este cuadro es sugestivo y depende mucho de la visión, ecuanimidad y responsabilidad del que está haciendo la evaluación. Respaldamos que la policía detenga al delincuente, pero tiene que tener cuidado con excesos que violen normas constitucionales. ¡Ay!, se me acabó la tinta.
manuel25f@yahoo.com
(El autor es periodista residente en Santo Domingo, República Dominicana).
Comentarios sobre post