Por Araceli Aguilar Salgado
«El sombrero, es una prenda imprescindible tanto para el hombre como para la mujer, aunque lo use más el hombre. Esté sube el pensamiento, el sombrero está pensado y hecho no sólo para cubrir, sino también para despejar, está creado inspirado en sus múltiples usos.»
Cubrirse la cabeza es una costumbre antigua, muy antigua, los sombreros son necesarios para protegernos tanto del frío como del calor, del sol y de la lluvia. En todas las culturas y épocas han existido, pero, ¿Pero de dónde viene el clásico sombrero de caballero tal y como hoy lo conocemos?
El origen del sombrero es casi tan antiguo como la humanidad.
Aunque no hay muchos registros oficiales de sombreros antes del 3.000 a. C., es probable que fueran habituales antes de esa fecha. La figura de la Venus de Willendorf, de entre 27.000 y 30.000 años de antigüedad, puede representar a una mujer con un sombrero tejido.
Uno de los primeros sombreros confirmados conocidos lo llevaba un hombre de la Edad de Bronce (apodado Ötzi) cuyo cuerpo (incluido su sombrero) fue hallado congelado en una montaña entre Austria e Italia, donde llevaba desde alrededor del año 3250 a. C.
Se le encontró con un gorro de piel de oso con una correa en la barbilla, hecho de varias pieles cosidas entre sí, esencialmente parecido a un sombrero de piel ruso sin las solapas.
Lo que conocemos a través de las pinturas encontradas en las tumbas tebanas allá por el siglo XVI a.C., donde los habitantes del antiguo Egipto aparecían con distintos ornamentos para adornar su cabeza, ellos vemos los primeros sombreros tienen sus orígenes en los imperios antiguos; en el Antiguo Egipto ya se utilizaban diversos tipos de tocados, pero uno de los más reconocidos antecedentes del sombrero.
La semilla de los primeros sombreros habría aparecido muchos siglos antes, en la antigua Grecia, donde el gorro frigio de estética similar al que caracteriza a los conocidos Pitufos se empleaba para simbolizar que todo aquél que lo portara era un esclavo al que se le había otorgado la libertad; razón, por la que, años más tarde, esta pieza sería considerada símbolo de libertad
En Grecia también surgieron el píleo (Pilleus) y el pétaso (Petasus), siendo el petaso el primer sombrero que tenía ala.
Sófocles hace aparecer a Ismena la más joven de las hijas de Edipo adornada con uno de estos sombreros cuando habiéndo escapado de Tebas fue a Atenas a juntarse con su padre.
Esta pieza fue prohibida durante un periodo de tiempo, por Leopoldo de Gregorio un diplomático y político italiano que trabajó para el rey Carlos III de España. En 1766, este miembro de la nobleza causó mucho revuelo al decretar un documento donde prohibía a los hombres llevar capas largas y sombreros anchos
En tiempos de Carlos VI de Francia comenzaron a usarse sombreros en el campo.
En el de Carlos VIII se introdujo su uso en las ciudades, pero tan solo en tiempo de lluvia.
En el reinado de Luis XI ya se habían generalizado más y se llevaban en todo tiempo extendiéndose su uso a las naciones vecinas.
Consta que Carlos IV de Francia llevaba sombrero de castor al hacer su entrada en Ruan en 1494. Este sombrero estaba forrado de terciopelo carmesí y llevaba en el remate una borla de hilo de oro.
El sombrero surge como una necesidad para protegerse del sol y la lluvia, principalmente entre el campesinado, poco podían imaginar aquellos campesinos del siglo XIV que las toscas telas que empezaron a utilizar para protegerse del sol durante sus jornadas de labranza, evolucionaron hasta transformarse en auténticas piezas de museo donde la funcionalidad primera dejaría paso a piezas en las que el glamour, la elegancia y la sofisticación fluyen a raudales
Los primeros sombreros eran fabricados principalmente de fieltro y de lana. Los sombreros de los antiguos eran generalmente blancos como lo observamos en muchos vasos pintados que nos quedan de la antigüedad.
De hecho, uno de los primeros registros que se tienen de este accesorio mucho se ha escrito sobre esta pieza de moda por excelencia que se ha convertido en símbolo indiscutible de elegancia, distinción, sofisticación e, incluso, en algún momento de la historia, de diferenciación social, que ha sabido ganarse un hueco no sólo en nuestros armarios, sino en ambientes de lo más selectores donde ha llegado a formar parte de la indumentaria de miembros de la mismísima realeza.
Los grandes comenzaron luego a usarlos guarnecidos de plumas, cordones y otros adornos mientras el clero y la plebe continuaban llevando cofias o capirotes.
En la Edad Media, los sombreros eran un indicador de estatus social y se usaban para distinguir a ciertos grupos. El Cuarto Concilio de Letrán de 1215 requirió que todo el pueblo judío se identificara usando el «Judenhat», marcándose como blanco de antisemitismo. Por otro lado, los sombreros para mujeres iban desde simples bufandas hasta elaborados hennin, y actuaban como un símbolo de estatus social. Los sombreros estructurados para mujeres similares a los de los cortesanos masculinos comenzaron a usarse a finales del siglo XVI.
Más adelante, el uso del sombrero fue generalizándose variando la forma según la época.
A principios del siglo xx se usaba comúnmente en todo el mundo civilizado.
En la primera mitad del siglo XIX, las mujeres llevaban gorros que se iban agrandando gradualmente, decorados con cintas, flores, plumas y adornos de gasa. A finales de siglo se introdujeron muchos otros estilos, como los sombreros de ala ancha y coronas planas, la maceta y el toque.
A mediados de la década de 1920, cuando las mujeres comenzaron a cortarse el pelo, eligieron sombreros que abrazaran su cabeza como un casco. Estos eran los sombreros campana, cuya ala baja hacía que las mujeres tuvieran que caminar con la barbilla hacia arriba, creando un aire de independencia y autosuficiencia.
Su uso se encuentra en retroceso desde entonces, transformando su utilidad de una funcional a un accesorio de moda.
En la actualidad ha quedado comprobado que, aunque no fueron diseñados para ello, los dobleces que tiene los sombreros en la copa sirven para proteger a quien los porta de golpes o lesiones.
Un sombrero puede constar o no de los siguientes elementos
Corona o copa: es la parte superior del sombrero que se adapta a la forma del cráneo, limitando su circunferencia. Esta puede tener diferentes formas, regularmente redonda, cónica o truncada.
Borde o ala: es la parte del sombrero que consta de una superficie que recorre la circunferencia del sombrero, cumple la función de proteger al usuario de los rayos solares. El término ala también es aplicado a la parte lateral de algunos sombreros como el chullo y el ushanka, que tiene la finalidad de proteger o cubrir las orejas del frío.
Banda suave: es la parte interna del sombrero, habitualmente conocida como badana. Hecha de materiales suaves que entra en contacto directo con el cráneo del usuario y que tiene la finalidad de ajustar correctamente el sombrero a la cabeza y detener el sudor.
Banda del sombrero, toquilla o cinturón: es la cinta o adorno que se coloca alrededor de la copa, entre la corona y el borde. Sirve para darle forma al sombrero, evitando que se ensanche o como simple ornato.
Visera o ala frontal: es la superficie frontal de ciertos tipos de sombreros que sirve para bloquear los rayos solares. Es frecuentemente encontrada como un elemento común en gorras militares y las populares gorras de béisbol.
Barboquejo, barbuquejo o barbiquejo: cinta para sujetar el sombrero que se pasa por debajo de la barbilla, especialmente para los sombreros de trabajo y militares.
Por qué usar un sombrero
Ganar confianza: La gente se ve genial con sombreros, los sombreros son adorables, para todos. Además de la afirmación de un estilo, de una pertenencia y de una personalidad, los sombreros y las gorras son accesorios que consolidan considerablemente la confianza en sí mismos y aportan cierto carisma.
Afirma tu identidad: Llevar un sombrero es sinónimo de afirmación de sí. En efecto, el sombrero que te viste constituye el reflejo de tus principios, de una actitud, de una pertenencia
Romper los códigos, equilibrar tu vestimenta: Revitalizar tu apariencia con un toque de glamour.
Es práctico: El sombrero sabrá siempre coronar tu cabeza con éxito y aportar la garantía de los grandes días.
Si llevar un sombrero permite adaptar su look en un santiamén, puedes también cambiar la manera de llevarlo: pinchado por detrás, el sombrero atraerá la atención y las miradas; al contrario, es perfecto para andar incógnito bajándolo por delante o asociándolo a gafas de sol.
Protegen tu piel: Es una de esas otras formas. ¡Lleva sombrero, obviamente! El 90% del cáncer de piel es causado por la sobreexposición al sol y podría prevenirse. Los rayos del sol emite rayos UVA y UBV. Y mientras que los rayos UVB son los que causan quemaduras solares, los rayos UVA pueden causar arrugas y cáncer. Entonces, incluso si no se quema, es posible que esté recibiendo demasiado sol. luce tu elegante y bonito sombrero!
Te mantienen caliente el cuerpo: Los sombreros te hacen lucir increíble, pero también mantienen la cabeza caliente. Y esto afecta al resto de su cuerpo, porque pierde alrededor del 5 al 10 por ciento del calor corporal de la cabeza. La cabeza solo representa alrededor del 10% del área corporal de una persona, por lo que es bastante imposible perder hasta el 70% del calor corporal. Sin embargo, un 10% de área fría es suficiente para temblar, así que asegúrate de mantener la cabeza caliente durante las estaciones más frías con un gorro de lana. Eso significa que, al ponerte un gorro, obtienes mucho por tu dinero. Puede parecer contradictorio ponerse un sombrero en lugar de otra chaqueta, pero confíe en nosotros, funciona. Consejo profesional: también pierdes mucho calor en los pies, ¡así que no te saltes los calcetines!
Aquí algunos datos curiosos e interesantes acerca de los sombreros:
· Antiguamente el sombrero era considerado un símbolo de estatus social.
· La gorra de béisbol es considerada el estilo de sombrero más utilizado. Se estima que el 51% de las personas usa regularmente gorras de béisbol. Las gorras de béisbol fueron diseñadas para proteger del sol los ojos de los jugadores de béisbol.
· Se estima que el 26% de los estadounidenses nunca usan sombrero.
· La época coincidió con la Fiebre del Oro de California (1848-1855), que hizo famoso al sombrero por el abundante sol en la costa oeste de Estados Unidos.
· Eduardo VII de Inglaterra encargó un sombrero y pagó mucho dinero por él. En 1985, el sombrero fue seleccionado como uno de los 100 mejores diseños de la historia por la Fundación Conrad en Inglaterra.
·Los sombreros Fedora se crearon en el siglo XIX, y eran usados exclusivamente por mujeres.
· A mediados del siglo XX muchos artesanos sombrereros usaban el mercurio para procesar el fieltro requerido para fabricar los sombreros. Al inhalar los vapores de este elemento genera convulsiones, alteraciones del sistema nervioso o envenenamiento.
· Se dice que allá por 1835, la gente de Montecristi, Manabí enviaba cajas de sombreros a Manta y Guayaquil para ser exportados a Panamá. Se hicieron tan populares en los puertos de Panamá que rápidamente se vinculó el nombre a esa ubicación. Durante la construcción del Canal de Panamá, Theodore Roosevelt, quien era el presidente de Estados Unidos en ese momento, usó ese tipo de sombreros y contribuyó a su creciente popularidad. Muchos trabajadores también los usaron. Se dice que muchos pasajeros que pasaban por el canal también hicieron famosos los sombreros. Se volvieron realmente valorados en todo el mundo.
Brent Black es una de las empresas fabricantes de sombreros más importantes del mundo. Uno de sus modelos de sombreros más costosos es el Montecristi Panamá, con un precio estimado en 100 000 dólares.
· Asimismo, en 2017, la UNESCO declaró a los sombreros toquilla como parte de la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
· Estados Unidos donde se decidió marcar en el calendario un día especial para celebrarlo. Aunque no se conoce un acto legislativo oficial o una anécdota específica que haya dado inicio a esta tradición, lo cierto es que el Día Nacional del Sombrero (Estados Unidos): 15 de enero se ha convertido en una fecha destacada para los amantes de este complemento.
Dicen los entendidos que un aspecto fundamental al hablar de sombreros es saber colocarlos. En palabras de Lord Baden-Powell de Gilwee en su obra «El manual de instrucción en buena ciudadanía haciendo vida de campaña»: «Se dice que el carácter de una persona se puede deducir de la manera como usa el sombrero. Si lo lleva ligeramente de lado se supone que es de buen carácter; si demasiado de lado, es un fanfarrón; si es echado hacia atrás, es malo para pagar sus deudas…».
El sombrero es un indispensable para proteger tu cabeza a lo largo de las estaciones.
La larga gama de formas y de las materias te permite hacer de ello un accesorio de moda y de estilo.
El sombrero puede acelerar un estilo, el sombrero es un indispensable en tu guardarropa, pero también una idea de regalo sublime para todos los queridos lectores.
«Los sombreros tienen poder, los sombreros pueden convertirte en otra persona». Catherynne M. Valente.
periodistaaaguilar@gmail.com
(La autora es periodista, abogada, ingeniera, escritora, analista y comentarista mexicana, del Estado de Guerrero).