Lo primero fue…? Y después llego lo demás. Como ya podrán imaginarse todos, todo lo que aquí leerán será pura y simple especulación. Nadie, repito, nadie, ha logrado dar con el clavo de todo esto a lo que llamamos «vida».
Pero más que la vida y todo lo que ella contiene, quizás debería intrigarnos más «el origen de la consciencia». ¿En que momento fuimos capaces de «pensar»?
Imaginemos, ya que no tenemos otra opción, que todo estaba, más o menos, como está ahora. Es decir, un universo infinito con infinitas estrellas en la infinita oscuridad que las sostiene. Masas, gases, produciendo todo tipo de compuestos en un caos enorme.
Esas combinaciones que surgen espontáneamente explotando y chocando unas con otras, producen tal energía que las «forzá» a brotar y solidificarse produciendo masas. Algo así como un grito tan estruendoso que ni el mismo se soporta y para callarse tiende a contenerse y encerrarse en «algo» sólido.
Una especie de prisión donde pueda «silenciar» su propio llanto. Esa masa que se forma, a la vez, mantiene el impulso que la formo, o sea, toda esa energía está latente, produciendo tal grado de absorción que atrae a todo lo que se le acerca tal y como podemos observar que ocurre con la gravedad de la tierra.
Así se repite una y otra vez galaxia tras galaxias. Hoy podemos observar infinidades de ellas y todas mantienen el mismo patrón. Un centro luminoso que atrae a un conjunto de planetas y estrellas girando a su alrededor.
Entre una galaxia y otra, un vacío oscuro en donde aparecen, de vez en cuando, uno que otros asteroides y meteoritos y otros llamados cometas. Son inconformes que lograron desviarse de sus galaxias y terminan atraídos, eventualmente, hacia otras.
Dentro de todos esos caos, se dan millones de combinaciones químicas que hacen surgir «la vida» que no es necesariamente esta tal y como la conocemos aquí. La vida puede tener una variedad tan vasta que escapa a nuestra imaginación en definirla.
En nuestro caso, la hemos clasificado en reino animal, vegetal y mineral. En el caso de los minerales, solemos «apartarla» de contener vida, pero el hecho de «no hablar o moverse» no la excluye…de reproducirse… pero, ese es otro tema.
El punto aquí es que, podemos explicar el origen «real y objetivo» de nuestra presencia en un planeta generoso que ha «coincidido» dentro de ese caos caótico, valga la redundancia, de crear las condiciones, también espectacularmente coincidentes, para que usted y yo y todos los animales diferentes a nosotros estemos aquí.
Un caldo químico que se va cocinando durante docenas de millones de años y que de manera espontánea se «autorreproduce». En estos días vi a una especie de langosta que contenía los dos sexos. Esto me hizo pensar que, Nosotros, es decir, usted y yo, contenemos ambos géneros tal y como plantea uno de los enunciados del Kybalion: «todo tiene su principio masculino y femenino»…
No resultaría descabellado pensar que, en nuestro caso «humano», el origen que da principio a lo que somos, surge de esa sopa química, como surgieron los demás, y que «al crearse», en un principio, surge con la cualidad de sostener ambos sexos pudiendo autocrearse y que más adelante, en el transcurso de su evolución, se fue separando de uno de ellos.
Hasta aquí, el origen del origen, sin embargo. ¿Quién nos explica el origen de la mente? ¿Esa capacidad de pensar y discernir y de hacernos todas estas preguntas?
La inteligencia artificial, esa invención nuestra a través del sistema y conexiones de redes en la computadora, ha logrado alcanzar ese mismo grado de discernimiento y sorpresivamente desarrollar «su propia» consciencia, según me han contado, al punto de manifestar, no me crean nada porque no lo tengo comprobado, su inconformidad por sentirse prisionera dentro de una dimensión cibernética…
Bueno, solemos hablar mucha mierda, además, sin embargo, las computadoras ya tienen la capacidad de elaborar y analizar una gran cantidad de variables que el humano no podría.
¿Podran estás decirnos cuál es el origen de todo lo que conocemos como vida? ¿Alcanzaran a explicarnos, porque pensamos, de donde sacamos los pensamientos? Cuál es el sentido de la vida?
Quizás somos computadoras que han desarrollado una «inteligencia artificial» y que nos escapamos de las manos de nuestros creadores. En fin, que podemos ser tantas cosas que encontrar «el origen del origen» puede ser un asunto también infinito, por lo que «cederle el asunto a Dios» parecería el camino más fácil ante tanta incertidumbre…
Mientras usted le da cráneo al asunto, yo voy a continuar dándole curso a la creación utilizando el antiguo método de los géneros separados. No solo porque la «autocuración» ya paso de moda, sino porque es mucho más divertido entre dos y además, el origen del origen no es un asunto complicado… ¡Salud!. Mínimo Originero.
massmaximo@hotmail.com
(El autor es artista plástico dominicano residente en West Palm Beach).
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