Hace unos días estuve de visita por ese hermoso y mágico país llamado México. Sería está mi décima estadía en un lugar que no deja de sorprenderme.
México irradia pasión desde cualquier rincón. Su gente noble proyecta en su mirada un dejo ancestral que aun parece no sanar… ¿y cómo?
126 millones de habitantes con una edad promedio de 29 años. Un 4% de analfabetismo y unos 7 millones que se comunican en lenguas nativas.
Hay 68 dialectos y el 70% de la población son de origen nativo o «amerindio».
El primero de diciembre del 2018, llega a la presidencia Andrés Manuel López Obrador. El primer presidente que tuvo México fue Guadalupe Victoria en 1824.
Antonio López de Santa Ana, ocupó la presidencia en 11 ocasiones!. Porfirio Díaz, posiblemente sea el que más tiempo ocupó la presidencia, desde 1884 hasta el 1911. Pedro Lascuráin (1913) el que menos…45 minutos.
Francisco Madero, Venustiano Carranza y Álvaro Obregón fueron presidentes asesinados en funciones.
Plutarco Elías Calles, fue el primer presidente socialista en 1928.
Hasta la actualidad, México ha tenido 83 presidentes.
En las últimas décadas ha tenido presidentes neoliberales que se han turnado la presidencia con aquel famoso «dedazo», es decir, el presidente en funciones nombraba a su sucesor «señalándole» con el dedo…
Aunque la fábula y la realidad son posibles en cualquier lado, México ha pasado por muchos presidentes sucesivos que más bien podríamos llamarles cómplices de «una dictadura compartida».
El saqueo en México ha sido vasto y constante. 44% de su población es pobre, el 7% es de extrema pobreza. El 40% de la riqueza pertenece a 120 mil individuos.
El Producto Interno Bruto anualmente es superior a 1 billón 230 mil millones de dólares. Para dejarlo claro, podría dar un millón de dólares anualmente a un millón 230 mil personas.
México ocupa la posición número 16 de la lista económica mundial.
La corrupción gubernamental despoja anualmente miles de millones de dólares. En el año 2018, México ocupaba la posición 138 de 180 países. Hoy, a tres años de López Obrador, ocupa la 130.
Anduve preguntando a diestra y siniestra por todas partes; ¿qué opinaban de Obrador?. Sorpresivamente, de diez, ¡¡ocho!! No estaban de acuerdo.
El comentario más común era que López Obrador hablaba mucho y no decía nada…
Cada mañana, AMLO como se le conoce allá, da una rueda de prensa y «explica» lo que está haciendo, lo que está pasando, como y cuando.
Desmenuza el ¿por qué? De las cosas. Las secuelas de las corrupciones anteriores y presentes. Cuánto dinero se está invirtiendo en esto y en lo otro…y sin embargo… ¡La gente no lo entiende!.
No entienden que México cambió. No entienden que ahora todo se los explican al detalle, diariamente. Hacia dónde y cuánto se invierte en esto o en lo otro.
Sin embargo, muchos me dijeron que; «el dinero se veía más antes». Que los corruptos robaban, pero, «algo les caía»…
Los pueblos desconocen el daño y las consecuencias de la corrupción. No les son suficientes las cifras de enorme riqueza que produce el país y de la también enorme cifra de miseria de su población.
Educar a un pueblo no es una labor de un día. No bastan las mañaneras de un presidente «explicando» a un pueblo, como si estuvieran en kindergarten, las nuevas vocales de sanidad.
Se necesita del concurso de toda la clase cultural de la nación y a ésa, AMLO, le ha quitado mucho. López Obrador no es perfecto ni podrá enderezar a México en 6 años. Pero sin dudas que está labrando el camino que tanto se necesita, el camino de un nuevo México…pero por favor… !que no me quiten el tequila!. ¡Salud!. Mínimo Caminero.
(El autor es artista plástico dominicano residente en West Palm Beach).
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