Roberto Valenzuela
La historia de Pablo Escobar es tan asombrosa que ni los corridos, es decir, las canciones que alaban a los narcotraficantes o las narco-novelas han podido describir su asombrosa fama. Fue una figura tan mística, que lo igualaban con las figuras más populares de su época: el papa Juan Pablo segundo y el presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan (1981-1989).
Fue uno de los hombres más ricos del mundo: tenía tanto dinero que una vez, para quitar el frío a su hija más pequeña, utilizó más de dos millones de dólares para hacer una fogata.
Sin embargo, la viuda de Escobar, Victoria Henao (Doña Tata) narró, en un programa de televisión, que cuando se casó con él, eran tan pobres que no tenían donde dormir ni donde vivir: Un amigo le regaló una cama y otro les permitió que viviera en su casa. Según ella, a Pablo se le tenía como el pobretón del barrio: Su padre era un simple celador.
Cuando se hizo multimillonario, recibió el apodo del personaje de la literatura y del cine, Robín Hood, que robaba a los ricos para dar a los pobres. La figura de Robín Hood se ha convertido en un símbolo de justicia y resistencia contra la opresión. Él y su banda robaban a los nobles corruptos. Después sentían una gran satisfacción, cuando distribuían su botín entre los hambrientos de Inglaterra.
El apodo de Robín Hood apareció por primera vez en la Revista Semana en un reportaje publicado el 19 de abril de 1983. Aquí un periodista narraba la cara de felicidad de los pobres, cuando Pablo Escobar les compraba medicamentos o les daba de comer. O, simplemente, los defendía del abuso de una autoridad corrupta y de cualquier pandilla peligrosa.
“Don Pablo es una especie de Robín Hood que despierta tanta excitación entre centenares de miserables que reflejan en sus rostros una súbita esperanza en medio de este sórdido ambiente”, dice el reportaje.
En la biografía que hace su hijo, Juan Pablo Escobar, afirma que su papá decía que ojalá él ser la reencarnación de Robín Hood para hacer más por los pobres. La obra de Juan Pablo Escobar fue titulada “Pablo Escobar, mi padre”.
Cuando Escobar fue diputado era tan idolatrado en el mundo entero, que las revistas y periódicos de la época se hacían eco de una encuesta que decía que las tres personalidades más populares y conocidos en el mundo eran el presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan, el papa Juan Pablo II y el colombiano Pablo Escobar.
Es curioso que a un mafioso lo comparen con uno de los gobernantes más importantes de la primera potencia del mundo. Reagan fue un actor de Hollywood, que llegó a ser Presidente.
Tuvo tanta influencia, que después de salir de la presidencia todos los años, en las encuestas que hacen de los expresidentes, queda entre los más populares de esa nación, quedando por encima de Barak Obama, John F. Kennedy y Franklin D. Roosevelt.
Fue Reagan el presidente que dirigió la campaña contra la Unión Soviética (Unión de Repúblicas Socialistas): vio caer ese bloque y dar el primer paso en el derrumbe del Muro de Berlín, en 1989. Este último había dividido a Alemania en dos naciones desde la Segunda Guerra Mundial.
Con el Papa
Llama la atención de que el capo Pablo Escobar sea igualado en popularidad con el Papa Juan Pablo II, considerado como el “Papa viajero” o “el Papa” de la juventud. Era muy amado por los jóvenes del mundo entero. Y una de las figuras más influyentes en la historia de la iglesia católica. En 2013 Juan Pablo II fue canonizado.
Canonizar a un Papa se refiere al proceso por el cual la Iglesia Católica lo reconoce como santo y lo incluye en la lista oficial de santos. La canonización es un proceso formal en el que se declara que la vida del Papa fue ejemplar y que vivió una vida de santidad digna de ser imitada por los fieles católicos.
Al final, hacemos dos preguntas: ¿La obra de Pablo Escobar fue tan grande, tan grande que merece que se le compare con uno de los mejores presidentes de los Estados Unidos? ¿Deben ofenderse los fieles católicos que un narcoterrorista sea igualado con uno de los mejores papas, con un santo como Juan Pablo II?.
Nuestros lectores pueden ver este mismo relato en el canal de You Tube Casos sin resolver con el fiero, mire aquí el video:
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