Es siempre fácil arrastrar a la gente. Todo lo que debe hacerse es decirles que están siendo atacados y denunciar a los pacifistas por su falta de patriotismo y por su exposición del país al peligro. Herman Goering, en el juicio de Núremberg.
Por Guillermo Sención Villalona
Temprano en la mañana de hoy fui sorprendido e impresionado con un reportaje brindado por la ya famosa agencia noticiosa RT (Rusia Today), Rusia Hoy, en español. La información dada por la cadena de prensa internacional me impactó y remitió a perdurables hechos del pasado.
Fueron unos audiovisuales con textos integrados, donde se anuncia que una columna compuesta de 30 tanques T-34, sometidos a completa restauración, salió por vía ferroviaria desde una planta de San Petersburgo y se detuvo en el polígono militar de Albino, región de Moscú, para formar parte del tradicional desfile militar conmemorativo del Día de la Victoria, a realizarse en la Plaza Roja el próximo 9 de mayo.
Sigue un pie de foto donde se lee la siguiente información: “Tanques T-34 en el polígono militar de Alabino, Rusia, 31 de marzo de 2020. Servicio de prensa del Distrito Militar Occidental del Ministerio de Defensa de Rusia / Sputnik”.
El breve despacho de RT agrega que la antigua Unión Soviética inició la producción de los tanques T-34 en 1940 y cesó en 1958.
Finaliza diciendo que esos vehículos de esmerado blindaje fueron un símbolo de la eficacia soviética en la lucha contra la Alemania nazi. Se refiere, desde luego, a la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
Como es sabido, el Ejército Rojo, luego de resistir la embestida alemana, posicionada en las cercanías de los suburbios de Moscú, a apenas 22 kilómetros o media hora del Kremlin, en su contraofensiva dirigida al resto de Europa llegó triunfante a la capital de Alemania, Berlín, propinándoles la esperada y merecida derrota a los ejércitos de Hitler en esa guerra global.
En el vídeo se observan los deslizamientos sobre una superficie pavimentada, de esos antiguos tanques militares medianos, de largo y desafiante cañón de 76 mm, con dos ametralladoras de 7.62 mm., carros blindados que usaba la infantería soviética y que están sostenidos a ambos lados por cinco ruedas que reciben la fuerza de rozamiento de dos más pequeñas, de fricción o conductoras, colocadas arriba, que les sirven de tracción. Uno de ellos realiza varios disparos.
Quedó grabado el momento en que un tanque es entregado a un veterano de 93 años, quien muestra orgulloso el resultado de su gloria como combatiente, heroísmo simbolizado en tres medallas colgadas al lado izquierdo de su pecho. Es costumbre de los rusos el uso abundante de esas condecoraciones para con sus veteranos de guerra.
Se ve cuando el anciano, un hombre de muy baja estatura, es recibido en un museo y le muestran una exhibición de los legendarios rifles de asalto Kalashnikov AK-47. Luego recibe el vehículo de guerra, se interna en la torreta o cabina de mando y lo conduce con increíble destreza, maniobrando con pericia sobre un terreno arcilloso e irregular, enfrentando unas empinadas cuestas. Al final es felicitado por los militares presentes en aquel lugar.
La literatura existente sobre esa fabulosa arma de combate es bastante copiosa; incluye guiones para documentales y películas.
Aquí muestro un resumen del tema, extraído de internet:
«El T-34 es un tanque medio de fabricación soviética que fue producido desde 1940 a 1958. Es considerado el mejor tanque cuando la Unión Soviética entró en la Segunda Guerra Mundial. En la actualidad, es considerado el mejor tanque que haya intervenido en la Segunda Guerra Mundial no por tener el blindaje más grueso ni la mayor potencia de fuego, sino por su equilibrio en el campo de batalla.
Y ello incluso por encima de tanques de tanta potencia de fuego como los alemanes y tan rápidos como los de los aliados. Su diseño fue el más efectivo e influyente de toda la guerra.
A pesar de que su blindaje y armamento fueron superados posteriormente en la guerra, sorprendió a los generales de tanques alemanes von Kleist y Guderian cuando lo encontraron por primera vez en batalla en 1941 y lo llamaron «el más mortífero tanque en el mundo»
Las primeras unidades fueron producidas en la fábrica KhPZ en Járkov en 1940, Ucrania. Fue el arma principal de las fuerzas blindadas soviéticas durante la II Guerra Mundial y fue muy exportado posteriormente.
También fue el tanque más producido durante dicho conflicto y el segundo de toda la historia, tras su sucesor, el T-54/55. Algunos T-34 siguieron siendo usados durante los años 1990. Se calcula que se fabricaron cerca de 100.000 T-34 desde 1940…» (1)
En otro sitio de la red puede leerse:
«El ingeniero Mijaíl Koshkin, diseñador del legendario tanque soviético T-34, nació el 3 de diciembre de 1898.
El T-34, fabricado en diversas versiones desde 1940, es el carro de combate más conocido de la Segunda Guerra Mundial. Fue el principal tanque del Ejército Rojo hasta mediados de 1944, cuando entró en servicio el nuevo modelo, el T-34-85.
La máquina ideada por Koshkin se destacaba por su potente cañón, excelente agilidad y un blindaje inclinado impenetrable para los proyectiles alemanes. Otra ventaja del T-34 era la sencillez de su construcción, la cual facilitó su fabricación en serie.». (2)
Desde el momento en que dirigí mi atención a lo que veía en la pantalla, recordé a mi padre, Guillermo Sención, quien era un entusiasta estudioso de la historia, conocedor de muchos detalles de esa Segunda Guerra Mundial, la que se constituyó en el acontecimiento bélico más relevante del siglo XX, durante el cual hasta se estrenaron armas, como el lanzahumos, pertrecho que también podía disparar proyectiles incendiarios de gasolina.
Él no escapó al entusiasmo generado por tan trascendental acontecimiento, en una época en que hacer galas de tener amplios conocimientos sobre ese tema daba prestigio intelectual. Había expertos en la materia, los que eran admirados por los más jóvenes.
Lo recuerdo conversando, de pie, sosteniendo las memorias escritas por dos historiadores militares alemanes: Panzer leader (3), del general Heinz Guderian, uno de los teóricos de la «guerra relámpago» (Blitzkrieg), reiterativo en sus críticas a Hitler por abrirse dos frentes de guerra (oriental y occidental), y Victorias frustradas (4), del Mariscal de Campo Erich von Mainstein (calificado por el primero como el mejor táctico), quien recalca en diversas páginas sus críticas al mando supremo alemán por anteponer consideraciones políticas y de economía de guerra a las necesidades operativas de los ejércitos lanzados a los diversos escenarios de guerra.
Explicaba mi padre con detalles el papel determinante que tuvo el T-34 en esa cruenta guerra, según lo narrado, paradójicamente, por esos pensadores militares alemanes que combatieron en el frente oriental contra la luego triunfante Unión Soviética.
Esos libros, firmados G. Sención en las primeras páginas, la familia los leyó con mucho interés y los conserva en muy buen estado, con renovada encuadernación. Ambos contienen entre sus páginas varias marcas (notas y observaciones) realizadas por él y por mi hermano Andrés. En el de Manstein se conservan tres hojas 8½ x11”, donde el primero resumió la composición militar del alto mando alemán.
Transcribo las opiniones y observaciones de Guderian, extraídas de las líneas marcadas en su libro, unas con rayas y otras con notas, como (ojo), con una tinta negra.
En estos dos párrafos se puede captar el calibre intelectual del estratega militar alemán:
«Mi mujer y yo fuimos a Suecia vía Dinamarca, donde pasamos unos cuantos días interesantes en Copenhague y en sus bellos alrededores. Nos impresionó profundamente la belleza de la escultura de Thorwaldsen. Y de pie en la terraza de Elsinore no pudimos dejar de recordar a Hamlet:
Existen más cosas en el cielo y en la tierra, Horacio, que las que se sueña en tu filosofía». Pág. 23.
En los párrafos que siguen muestro solo los puntos marcados relacionados con aquel glorioso tanque de la armada soviética:
«En la primavera de 1941 Hitler había ordenado concretamente que se le mostraran nuestras fábricas y escuelas a una comisión militar rusa; en este orden insistió en que no se les ocultara nada. Los oficiales rusos referidos se negaron firmemente a creer que el Panzer IV era nuestro tanque más pesado. Dijeron repetidamente que les debíamos estar escondiendo nuestros modelos más nuevos y se quejaron de que no estábamos cumpliendo la orden de Hitler para que se les enseñara todo. La comisión militar se mostró tan insistente en este punto que finalmente nuestros manufactureros y oficiales de Intendencia sacaron la siguiente conclusión: “Parece que los rusos deben poseer ya tanques mejores y más pesados que los nuestros”. Fue a fines de julio de 1941 que el tanque T34 apareció en el frente y entonces se resolvió el acertijo sobre el nuevo modelo ruso». Pág. 182.
«Los tanques fueron rechazados con fuertes pérdidas para los rusos, pero no sin que antes causaran una impresión considerable sobre la XVIII División Blindada; esto no era raro porque aquí, por primera vez, el enemigo empleó su tanque T34, un tanque contra el cual nuestros cañones de esa época eran casi inefectivos». Pág. 208.
«El 6 de octubre nuestro cuartel general fue avanzando a Sevsk. La IV división Blindada fue atacada por tanques rusos al sur de Mzensk y pasé algunas horas difíciles. Esta fue la primera ocasión en que se hizo aparente la enorme superioridad de los tanques T34 rusos sobre los nuestros. La división sufrió grandes bajas». Pág. 298.
Guderian hace una observación táctica importante:
«Nuestras armas de defensa a mano en ese período sólo tenían éxito contra el T34 cuando las condiciones eran grandemente favorables. El cañón corto de 75 mm. del Panzer era solo efectivo si el T34 era atacado desde atrás; aún así había que darle en el radiador que se encontraba sobre el motor, para vencerlo. Se requería una gran habilidad para ponerse en una posición desde la cual un tiro de tal clase fuera posible. Los rusos nos atacaban frontalmente con la infantería, en tanto que enviaban sus tanques, en formaciones en masa, contra nuestros flancos. Estaban aprendiendo.». Pág. 300.
Continúa relatando:
«Numerosos tanques T34 rusos entraron en acción e infligieron grandes bajas a los tanques alemanes. Hasta ese momento habíamos tenido superioridad de tanques, pero desde ahora la situación se había invertido». Pág. 304.
… en este informe describí en términos claros la superioridad marcada del T34 sobre nuestro Panzer IV y saqué las conclusiones de que ese hecho debía afectar nuestra producción futura de tanques». Pág. 304.
«… y que nuestros cañones antitanques de 37 mm. habían resultado inocuos contra el T34. El resultado de todo esto fue un pánico que se extendió tan lejos como Bogorodisk». pp. 318.319.
«Los oficiales en el frente eran de opinión que el T34 debía copiarse, ya que esta sería la manera más rápida de poner fin a la penosa posición de las tropas blindadas alemanas, pero los diseñadores no pudieron ponerse de acuerdo». Pág. 354.
«Además, desde 1941 nuestros cañones antitanques de 50 mm. y 37 mm. habían sido inútiles contra los tanques rusos T-34 y eran precisamente armas de gran calibre lo que necesitaba el frente oriental para pelear contra los tanques enemigos». Pág. 444.
«Hitler en consecuencia ordenó, el 26 de enero de 1945, la formación de una división destructora de tanques… Esa división iba a consistir de compañías de motociclistas mandadas por valientes lugartenientes; iban a ser equipadas con granadas antitanques y de ese modo pretendía que iban a detener los T-34 y los tanques más pesados rusos». Pág. 508.
Mientras tomaba las notas para esta breve crónica, consulté a mi hermana Monna Lisa, quien realizó sus estudios de endocrinología en Moscú. A seguidas me dijo que anteriormente allá se celebraba ese majestuoso desfile dos veces al año: En el aniversario de la muerte de Lenin y el que continúan celebrando hasta la fecha, es decir, el del Día de la Victoria. También me informó que fue testigo presencial de esa majestuosa e impresionante actividad, tan bien organizada, agregó, que se acerca a la perfección.
Los políticos y medios occidentales en todo momento han querido regatearle a la antigua Unión Soviética su papel determinante en el revés aplicado por los aliados a los países del Eje: Alemania, Italia y Japón, luego de tanto sacrificio, como la pérdida de más de 20 millones de seres humanos de todos los confines de ese extenso territorio. Sin embargo, eso es algo que los mismos tratadistas alemanes no se atrevieron a negar, como es fácilmente apreciable en esas páginas que escribieron dando sus versiones, apegados a datos fidedignos, informaciones que conocían de primera mano, dada su presencia en los sangrientos teatros de guerra.
Por ejemplo, Guderian dice:
«Los rusos hubieran ganado la guerra aún sin la ayuda de sus aliados occidentales y hubieran ocupado Europa entera. Ningún poder humano los hubiera podido detener». Pág. 363.
Mientras Mainstein dejó anotado en sus memorias:
«Dos cosas, sin embargo, han salido a relucir entre tanto, que a nadie se le ocultan: Es la primera el error que por lo menos cometió Hitler de no apreciar debidamente la fortaleza del sistema soviético, el potencial del país y el valor combativo del ejército rojo». Pp. 155.156.
«En la misma Alemania es muy corriente la opinión de que la acción de Stalingrado merece el calificativo de “la batalla decisiva” ». Pág. 292.
«Convengo en que Stalingrado significó una reversión o cambio en la historia de la Segunda Guerra Mundial, en cuanto entonces la ola asaltante alemana rebotó en el Volga, para retroceder luego como en peligrosa resaca». Pág. 292.
«Una extraordinaria superioridad cuantitativa del enemigo, tanto en unidades combatientes, como en material, cada vez más abundante,… ». Pág. 463.
«De poco servía que en el segundo semestre de 1943 hubiésemos llegado a una producción mensual de cerca de 500 tanques, la soviética la duplicaba o triplicaba, aun sin contar con la aportación de las potencias occidentales». Pág. 465.
«… la situación crítica en que por doquiera nos hallamos no puede achacarse enteramente a la innegable superioridad del enemigo; es consecuencia también de la forma en que nosotros llevamos la guerra. Pág. 522.
Esa contienda, que reflejaba las contradicciones interimperialistas entre los países occidentales, sumadas a los intereses de Japón, fue la ocasión propicia para que, encabezadas por los ingleses y los norteamericanos, esas naciones auparan la militarización de Hitler y estimularan su aventura hacia el este de Europa, pretendiendo que derrotara a la Unión Soviética y a la vez dejara un país en franca desventaja económica y militar, en su posible competencia con ellos.
Con la llegada de las tropas soviéticas a Berlín, contra todos los obstáculos (políticos y militares), que interpusieron los famosos “aliados”, para que eso no fuera posible, los alemanes quedaron derrotados y los soviéticos pudieron sentirse orgullosos y vanagloriarse, sin duda alguna, de que con la notoria participación estelar de los T-34 del ingeniero Mijaíl Koshkin y la integración de todo su pueblo en la llamada Gran Guerra Patria (1941 a 1945), que incluyó a los partisanos con efectivas formaciones que aplicaron la lucha irregular (la letal guerra de guerrillas), y luego de pelear sin interrupción durante 1,418 días y haber superado el asedio de las fuerzas alemanas a importantes ciudades como Moscú, Leningrado y Stalingrado, ganaron la Segunda Guerra Mundial.
Notas:
(1) https://acam.mforos.com/1992385/11876599-t-34-76-hobbyboss-1-48-terminado-2-08-16/
(3) Panzer leader (Jefe de Panzers)
General Heinz Guderian
Prefacio por el capitán B. H. Liddell Hart.
Edición especial para las Fuerzas Armadas de la República Dominicana, dispuesta por su Comandante en Jefe, Generalísimo Dr. Rafael Leónidas Trujillo Molina.
598 páginas.
(4) Victorias frustradas
Erich von Mainstein
Prólogo del autor
Versión española de M. Picos Vilavella, 1956
Impreso en España, Talleres Gráficos Algueró y Baiges, S. R. C.
610 páginas.
Santo Domingo, D. N.
2020
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