Siempre se dudó de la capacidad histriónica de Danilo Medina. Muchos lo vieron como persona de carácter frío, seco y agrio. La administración del silencio ha sido en Medina atributo superior a su manejo de la palabra. No es la inteligencia verbal el tipo que corresponda al exmandatario.
Pero, de repente Medina ha cambiado mucho y expele cosas que parecen creativas, con uso de lenguaje figurado, pero al mismo tiempo revelan cierto descontrol emocional. Primero dijo que el PLD estaba de parranda desde agosto de 2020 hacia acá, fingiendo ignorar que esa parranda duró 16 años.
La juerga peledeísta conllevó la dilapidación de miles de millones de pesos del patrimonio nacional. Y como no hay parranda sin costo, la parranda peledeísta se hizo a costa del pueblo dominicano, que aún paga las consecuencias del endeudamiento y el saqueo de las arcas del Estado.
Ellos gozaron la parranda y todos sufrimos la resaca. Harto de la parranda, de ver al PLD depredando el patrimonio público, el pueblo los expulsó del poder. No obstante, Danilo dice -aunque no lo crea- que la gente se cansó de bienestar y por eso los sacó de la gozadera. La necesidad de darse ánimo ha puesto a Danilo a hacer chistes.
Todos oímos o leímos que el presidente del PLD expresó que su organización perdió las elecciones de 2020 porque la gente se cansó de bienestar.
Es para pensar que como mudo, a Medina le había ido bien, pero por las cosas que viene diciendo, tan salidas de la realidad, aconsejable será que se mantenga callado.
Cuando declara que en su gobierno había comida para los pobres, abundancia de todo, me parece que Medina confunde su privilegiado grupo con el resto de la población.
Ellos tenían los puestos públicos, además de costosas botellas, pero también eran los suplidores del Estado y sus hijos y parientes las becas de estudio.
Después de llevar a su partido y su penco candidato a la derrota electoral, Medina se había engurruñado, lo que se agravó con las investigaciones de la Operación Pulpo que incriminan a mucha gente muy suya. Ese silencio pudo dar motivo a pensar que el exmandatario estaba avergonzado. Pero no.
Un dirigente del PLD trató de aclarar “lo que el presidente Danilo quiso decir…” respecto del presunto bienestar al que renunciaron los dominicanos.
Es indicio de que su líder está dando demasiado libertad a la lengua, como dijo don Quijote. La verdad es una: el humor no es para Danilo Medina. La economía verbal le queda mejor.
rafaelperaltar@gmail.co
(El autor es periodista y escritor residente en Santo Domingo, República Dominicana).
Comentarios sobre post