Por Rafael Méndez
El hombre más rico que posa debajo del sol, Elon Musk, siente un pálpito que le abruma, «un súper mal presentimiento» sobre del futuro de la economía mundial.
Y para curarse en salud de inmediato dispuso recortar en un 10% la nómina de cerca de cien mil puestos de trabajo en su fábrica de autos eléctricos.
El pálpito, o «súper mal presentimiento» del presidente ejecutivo de Tesla, le resultó de muy mal gusto al presidente de los Estado Unidos Joe Biden, quien no pudo públicamente disimular su enfado, y con un dejo de irónica sólo se limitó a desearle «mucha suerte en su viaje a la luna».
Empero, «la mala sensación de Musk es compartida por mucha gente», dijo Carsten Brzeski, del banco holandés ING. Igual percepción tiene la directora gerente del Fondo Monetario Internacional quien advirtió que «el horizonte se ha oscurecido» para la economía mundial.
No hay dudas de que «súper mal presentimiento» de Musk, tiene como fuente primaria precisamente los Estados Unidos, donde reside, y donde la situación económica se ha puesto color de hormiga.
«La inflación está en máximos de 40 años y ha provocado un salto en el costo de vida de los ciudadanos, mientras la Reserva Federal se enfrenta la difícil tarea de ralentizar la demanda lo suficiente como para frenar la inflación sin provocar una recesión».
Pero quien se contagió de verdad del tufo de Elon Musk, fue el vicecanciller de Alemania, Robert Habeck quien en su intervención en el Foro Económico Mundial, celebrado recientemente, hizo una radiografía de las dificultades económicas que en el corto plazo le deviene a los seres humanos que habitamos la tierra.
Sin ningún rubor, y al parecer sin pretensión de asustar, el segundo hombre en la posición más alta en el gabinete ministerial alemán, enumeró las cuatro plaguitas que nos caerán como avispas: alta inflación, pobreza alimentaria, crisis energética y climática.
Y para ser más claro dicto la siguiente sentencia: «Si no se resuelve ninguno de los problemas, me temo realmente que vamos a entrar en una recesión mundial con efecto tremendo en la estabilidad mundial».
Ya otros han entendido sobre la geoeconómica mundial advierten que lo que le espera a los países ricos no es nada fácil, y si para esas naciones del primer mundo la situación será difícil, sobreabunda preguntarse las calamidades que nos espera a nosotros.
(El autor es periodista y ex diputado).
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