El dolor es el eje sobre el que gira El fabricador de presidentes, el nuevo libro de cuentos de Avelino Stanley. Reúne diversas referencias de la sociedad dominicana contemporánea para resaltar a los protagonistas del abuso, factor clave para irradiar el dolor como elemento temático de fondo. Son ocho los cuentos que integran el volumen y en cada caso brota la angustia como punto clave.
Me corresponde examinar el cuento “La alegría encontrada” y en él he particularizado mi enfoque. Lo más visible, me parece, es la confrontación entre alegría y tristeza, de fácil observación en este cuento. Pedro, el muchacho que es personaje principal, constituye una auténtica expresión de congoja.
Anda con la tristeza reflejada y los demás le llaman Pedro el triste, como si la tristeza le fuera una condición intrínseca.
Los azotes de su desventura iniciaron con la desaparición de su padre como consecuencia de la intolerancia política. Su madre falleció poco después del parto en un procedimiento hospitalario de dudosa eticidad.
La abuela paterna también fue desaparecida por insistir en que se aclarara el crimen de su hijo, el padre de Pedro. Más adelante, la intolerancia cargó con la tía que le servía de madre al muchacho.
Se trata de una fabulación sobre los tétricos doce años de gobierno que presidiera Joaquín Balaguer (1966-1978), a quien el autor no cita directamente, pero que evidencia mediante recursos estilísticos.
Este cuento está lleno de referencias al dolor provocado por los atropellos paridos por la intransigencia política cuyos efectos perduran más allá del momento en que desaparece el gobierno dictatorial.
De modo que Pedro, el triste, resulta una víctima sobreviviente del gobierno despótico que acabó con sus familiares más cercanos.
Avelino Stanley muestra, sin timideces, su indignación frente al arbitrariedad, la exclusión social y contra todo género de discriminación, para andar en consonancia con su práctica social, que permite definirlo como un ciudadano vertical que, sin haberse adentrado en la lectura de los libros de caballería, tal cual hizo don Alonso Quijano, profesa la defensa de los oprimidos y menesterosos, como dijera de sí el Caballero de La Mancha.
Avelino construye su narrativa con prosa llana, agrega la necesaria rareza argumental que implica la creación literaria, la cual se aprecia en lo novedoso de los sucesos referidos.
Estas acciones constituyen grandes metáforas, al estilo de la literatura sapiencial, que a partir de los hechos narrados plantean puntos de vista de carácter moral, filosófico o social. La preocupación social es la referencia más recurrente en esta obra de Avelino Stanley.
rafaelperaltar@gmail.com
(El autor es periodista y escritor residente en Santo Domingo, República Dominicana).
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