¿Aunque soy un «fiel» creyente del destino, o que todo está ya predeterminado, me sigo haciendo la pregunta Para qué? ¿Cuál es el destino del destino? En otras palabras. ¿Cuál es el propósito o fin de todo esto?
Imaginemos que todo lo que usted hizo, hace y hará, está preconcebido, no hay nada al azar. No existe absolutamente nada que usted pueda hacer sin que no se halla «conversado» antes. Es decir, usted no tiene ni libertad, ni libre albedrío para hacer lo que le dé la gana.
Sí, por el contrario, usted no cree en esas pendejadas, no le quito razón, y se la juega haciendo día a día su propio destino. Trabajando, creando, proyectando su presente y futuro. Alejado de «estas» insinuaciones que van a la par con las estrellas, permítame decirle, que usted es parte de más del 99% de personas «normales» del planeta.
La gente no está pendiente de, que si todo está escrito, que si la sin cronicidad, que si me paso esto o lo otro fue Por?… La gente está muy distraída en buscarse el pan como para ponerse a estudiar a los astros, para eso está el horóscopo diario y sus atributos noveleros.
Sin embargo, para ese minúsculo grupito de loquitos que andamos por ahí «observándolo todo» las cosas son muy distintas. Indescifrables también ya que nuestra escasa inteligencia no cuenta con las herramientas adecuadas.
Imagínense descubrir, que cargamos un mapa virtual tan complicado, que lleva un sinnúmero de letras y números que se pierden por ambos extremos de la pantalla. No podemos resolver la ecuación, primero; porque lo poco que vemos es pura confusión y lo segundo, la ecuación se escurre como agua, impidiéndonos verla por completo.
De toda esta visión, a los que han logrado alcanzarla, lo más intrigante es que «alguien» o «algo» nos informa, que eso que vemos es nuestro destino… ¿De dónde viene esa voz? ¿Quién la produce?
Al parecer, nuestra consciencia se proyecta «desdoblándose» y haciéndose «consiente» de lo que «es» y es ella misma que «nos informa», así misma, por un momento de desdoblamiento, «algo» de lo que «somos»…
Que conste que no me he fumado nada, en verdad estoy «montado», ahora mismo, y tratando de sacarle «algo» de información… ¡A mí mismo! ¿Soy, en otras palabras, la consciencia intentando revelarse y Por qué no? De rebelarse también.
Mi consciencia se rebela en esa búsqueda de entender «el juego». Intenta adelantarse al destino con el fin de «encontrar» el destino del mismo. Yo sé que ya andarán medios perdidos, pero les confieso que yo también. Ya les advertí que estaba «montao» y entre todos debemos encontrarle «el sentido» a esto, ya que todos estamos metidos en el mismo embrollo.
Las teorías son infinitas, vivimos en una burbuja, en una realidad virtual, un vórtice, un abismo, una luz azul o ultravioleta. Un mundo paralelo, un Dios, Dos Dioses, centenas y toda clase de sectas, comunas, religiones, filosofías, ciencias y demás cazadores de destinos intentando encontrarle sentido a esto que llamamos vida y sus porqués.
El miedo es uno de los recursos que nos insertan ante lo desconocido y «nos piden» que nos portemos bien a cambio de «recibir» una vida eterna… si la próxima experiencia de vida será infinita bajo el mismo «misterio» de esta, estamos bien jodidos.
Lo cierto es que no tiene sentido ni todo lo que ofrecen esos grupos, ni todo lo que «logra ver» ese reducido grupo de loquitos, incluyendo a mí por supuesto. Esto, por más vuelta que le doy, no le veo sentido. De que lo tiene, lo tiene, pero no me entra en la cabeza en este estado primigenio.
¿Somos un principio ya viejo?, o Estamos en un principio final constante?
¿Cuál es el destino, de ese destino? Si ya todo está consensuado no tiene sentido y si no lo está tampoco. Volvemos al principio, con la esperanza, de que al final encontraremos la luz. Encontraremos la verdad y la verdad… nos hará libres.
¿Libres de qué? ¿Si nuestra consciencia nos revelara «eso» que tanto nos agobia, serviría de algo? ¿Serviría descubrirnos quienes realmente somos? ¿Y ya una vez «descubiertos» nos preguntaríamos para qué? ¿O simplemente quedaríamos como al principio sin saber cuál es el destino del destino? ¡Ahí se las dejo, si tienen algo «distinto» para fumar. !Me dejan saber! ¡Salud!. Mínimo Destinero.
massmaximo@hotmail.com
(El autor es artista plástico dominicano residente en West Palm Beach).
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