Redacción (VOA).- El COVID-19 no tiene ideología. Igual afecta a líderes de izquierda o derecha en Latinoamérica. Las más recientes figuras latinoamericanas en anunciar haber sido contagiadas fueron la presidente interina de Bolivia, Jeanine Áñez; y el presidente de la Asamblea Constituyente de Venezuela, Diosdado Cabello.
Estos dos líderes se suman al derechista presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quien generó titulares por sus cuestionamientos a la severidad del coronavirus. El presidente brasileiro siguió así al socialista primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, quien también dio positivo al coronavirus en mayo.
La mandataria boliviana anunció que decidió hacerse la prueba luego que varios colaboradores de su gobierno dieran positivo al virus. Añadió que la prueba dio positivo por lo que estará en cuarentena durante 14 días.
“Me siento bien, me siento fuerte, voy a seguir trabajando de manera virtual desde mi aislamiento y quiero agradecer a todos los bolivianos y las bolivianas que trabajan por ayudar en esta crisis sanitaria que tenemos”, dijo Áñez, en un breve vídeo que publicó en su cuenta de Twitter.
Las reacciones a este anuncio fueron inmediatas. Los candidatos a la presidencia, Carlos Mesa y Jorge Quiroga expresaron sus deseos de pronta recuperación para la mandataria.
Los ministros bolivianos de la Presidencia, Yerko Núñez; de Minería, Jorge Fernández Oropeza; y de Salud, Eidy Roca, también dieron positivo a pruebas del virus. Otros cuatro ministros que se sospechaba estaban contagiados, dieron negativo.
El ministro de Defensa Fernando López anunció que asumirá de manera interina la cartera del Ministerio de Salud, mientras se recupera la ministra Roca, quien permanece aislada.
“Vamos a asumir la cartera de salud (…) Recomendarles a todos los bolivianos que solo la disciplina de todos va a permitir que pasemos esta etapa, disciplina al cien por ciento”, dijo López.
En Caracas, mientras tanto, Cabello anunció también en Twitter haber dado positivo.
“Queridos compañeros y compañeras cumplo con informar que luego de realizarme las pruebas correspondientes he resultado positivo en COVID-19”, informó Cabello en su tuit. “Desde ya me encuentro aislado cumpliendo el tratamiento indicado, gracias por sus buenos deseos, con la moral en alto. Nosotros venceremos”.
El presidente en disputa de Venezuela, Nicolás Maduro, compareció en televisión para solidarizarse con Cabello, uno de sus más cercanos colaboradores.
“Toda la solidaridad del pueblo de Venezuela, hermanos de José Gregorio Hernández, estoy seguro que con tu fortaleza moral, espiritual y la protección de nuestro santo José Gregorio Hernández, transitarás estos días de tratamiento y recuperación”.
Hernández fue un médico venezolano del siglo XIX que dedicó su vida a atender gratuitamente a los pobres de su país. En dos ocasiones intentó ordenarse sacerdote pero en ambas veces cayó enfermo de gravedad. Murió en 1919 atropellado por uno de los pocos vehículos que circulaban por las calles de Caracas. El Papa Francisco aprobó recientemente su beatificación.
Cabello, de 57 años de edad, no tiene condiciones médicas conocidas. En el pasado se ha rumorado que estuvo hospitalizado por una supuesta bacteria en el hígado. Pero lo negó y dicha versión no ha sido confirmada.
Poco después del anuncio de Cabello se conoció que el gobernador de Zulia, Omar Prieto, seguidor de Maduro, también dio positivo al virus. Las redes sociales hervían el jueves por la tarde con comentarios solidarios de sus seguidores y burlescos de sus detractores.
Por su parte, el presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, puso en cuarentena a todo su gabinete, pues una de sus ministras dio positivo.
El jueves, envió una carta al Congreso en la que señalaba que “dentro del equipo de funcionares que integran el Consejo de Ministros del Organismo Ejecutivo, se ha dado un caso positivo por SARS-COV2 (COVID-19), lo cual ha provocado que se tomen las medidas sanitarias correspondientes, así como la de establecer cuarentena en los equipos de trabajo de dicha instancia de gobiernos”.
En Guatemala, los ministros rinden cuenta a los diputados, varias veces a la semana, por ello, la carta también decía que “ningún miembro del Consejo de Ministros (y sus equipos) podrán asistir a las reuniones convocadas por ese alto organismo de Estado, por encontrarse todos en ‘cuarentena’».
El presidente ni su vicepresidente Guillermo Castillo están en cuarentena, señaló el gobierno.
En cuanto al presidente de Brasil, después de meses de promocionar un medicamento contra la malaria no probado como tratamiento para el nuevo coronavirus, Jair Bolsonaro se está convirtiendo en un caso de prueba en vivo ante millones de personas mientras ingiere píldoras de hidroxicloroquina en las redes sociales y alienta a otros a hacer lo mismo.
Bolsonaro dijo esta semana que dio positivo por el virus pero que ya se sintió mejor gracias a la hidroxicloroquina. Horas después, compartió un video de sí mismo tomando lo que dijo que era su tercera dosis.
«Confío en la hidroxicloroquina», dijo, sonriendo. «¿Y usted?»
El miércoles, nuevamente estaba exaltando los beneficios de la droga en Facebook, y afirmó que sus opositores políticos estaban apoyándolos.
Una serie de estudios en Gran Bretaña y los Estados Unidos, así como por la Organización Mundial de la Salud, han encontrado que la cloroquina y la hidroxicloroquina son ineficaces contra COVID-19 y, en ocasiones, mortales debido a sus efectos secundarios adversos en el corazón. Varios estudios se cancelaron temprano debido a los efectos adversos.
América Latina es el epicentro de la pandemia. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) sostiene que el aumento de los casos de coronavirus en la región no es una segunda ola de contagios del coronavirus, por el contrario, el continente sigue todavía viendo la primera ola de la pandemia.
“Lo que estamos viendo ahora no es una segunda ola, sigue siendo la primera ola y temo que continúa creciendo”, dijo esta semana durante una teleconferencia la directora de la OPS, Carissa Etienne.
Hasta el pasado lunes, en todo el continente se han registrado 5,9 millones de casos y más de 260.000 muertes, un aumento del 20 % en comparación con la semana pasada, expuso la directora de la OPS.
La presidente interina de Bolivia, Jeanine Áñez; y Diosdado Cabello, el «número dos» en Venezuela, y muchos funcionarios de alto rango están infectados.
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