A Pleno Sol
Los constantes fracasos para lograr un moderno Código Penal deben ser analizados con objetividad. No se trata únicamente del pensar de los abogados, senadores o diputados, en definitiva el Código va para establecer normas que todos deben cumplir, o pagar las consecuencias.
Es lamentable, pero todas las modificaciones institucionales se establecen en el país, por caprichos de grupos de presión. La Constitución es modificada por razones políticas, y el Código por campaña de la sociedad civil.
El viejo Código que tenemos no es el que ha fallado, sino la aplicación de la justicia. Los encargados de accionar la justicia han sido incapaces, han tenido compromisos, o aplican las penas de acuerdo a conveniencias.
El Código es un manojo de artículos que serán letra muerta, sino está la reciedumbre del juez que va a dictar sentencia, y la pulcra investigación de los fiscales.
No se puede dejar tampoco fuera de la presión a la Policía, primera en actuar cuando se comete un delito, que muchas veces es desbordada por los acontecimientos, o actúa en forma personalista.
Pero como pensar en un nuevo Código Penal con las cárceles convertidas en un infierno. La pena judicial busca que el reo pague por el delito cometido, y que logre su
Hay que buscar el consenso con el nuevo Código Penal, dejar la pedantería y la prepotencia, y comenzar a comprender que si un estamento de pena judicial va afectar a todos los dominicanos, entonces se tiene que escuchar a cada ciudadano.
El tema del aborto todavía es intratable en un nuevo Código Penal. La sociedad dominicana no está preparado para tratar este tema.. Las feministas lo traen por los cabellos, pero también hay que respetar el punto de vista de los conservadores y religiosos.
¿Para qué una pena carcelaria superior a los 30 años?. Con el sistema carcelario dominicano 30 años de prisión son suficientes. Equivalen a una condena a perpetuidad. Pocos sobreviven el recio rigor detrás de los barrotes.
Las tareas de aprobación del Código Penal no pueden ser muestra de altanería, prepotencia, y conflictos. Se necesita mayor apertura a diálogo, escuchar, meditar y luego tratar de lograr su aprobación. Lo demás es perder el tiempo. ¡Ay!, se me acabó la tinta.
manuel25f@yahoo.com
(El autor es periodista residente en Santo Domingo, Repúbica Dominicana).
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