Santiago de Chile (CEPAL-PRESS).- Los efectos de la pandemia del COVID-19 llevarán a que las economías de América Latina y el Caribe se contraiga entre el un 3 % y un 4 %, o incluso más este 2020.
El pronóstico lo realizó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en su Informes Especial América Latina y el Caribe ante la pandemia del COVID-19 Efectos económicos y sociales.
La entidad entiende que la región enfrenta la pandemia desde una posición más débil que la del resto del mundo y antes de declaración crecería un máximo del 1,3 % en este año.
“Sin embargo, los efectos de la crisis han llevado a cambiar esa previsión y pronosticar una caída del PIB de al menos un 1,8 %”, expresa el informe.
De acuerdo con el ente regional, el COVID-19 afecta a la región a través de la disminución de la actividad económica de sus principales socios comerciales y sus efectos ya que la región depende marcadamente de sus exportaciones, cuyo volumen y valor se reducirán por la recesión mundial. La magnitud del impacto final dependerá de la estructura sectorial de cada país.
Otro de los factores de afectación es la caída de los precios de los productos primarios y el deterioro de los términos de intercambio, lo cuales tendrán fuertes efectos negativos en los niveles de ingreso de las economías latinoamericanas dependientes de esas exportaciones, aunque con diferencias significativas entre ellas.
“La contracción de la demanda mundial, en particular la de China, uno de los mayores consumidores e importadores de productos primarios, jugará un papel destacado en la disminución de sus precios. A esto se agrega que una crisis geopolítica en el mercado del petróleo llevó a una reducción del 24 % de los precios en menos de una semana a principios de marzo de 2020”, vaticina el informe.
Citó también la interrupción de las cadenas globales de valor cuya disrupción, comenzando por los proveedores chinos y luego por la producción europea y estadounidense, afectaría principalmente a México y el Brasil, cuyos sectores manufactureros son los más grandes de la región.
Además la menor demanda de servicios de turismo, en particular, los pequeños estados insulares en desarrollo (PEID) del Caribe pueden ser muy afectados.
“Si los mayores efectos del COVID-19 se sienten en el segundo trimestre de 2020 y se concretan en prohibiciones o autorrestricciones de viajar de tres meses de duración, la actividad turística en el Caribe se contraería un 25 %”, recoge el informe.
Por último señala la intensificación de la aversión al riesgo y el empeoramiento de las condiciones financieras mundiales La intensificación de la aversión al riesgo y el empeoramiento de las condiciones financieras mundiales que conlleva una mayor demanda de activos seguros (por ejemplo, las tasas de rendimiento de valores de los Estados Unidos han llegado a niveles históricamente bajos), una menor demanda de activos financieros de la región y una importante depreciación de las monedas de sus países, como está ocurriendo.
Indica que los sectores más afectados por las medidas de distanciamiento social y cuarentena son los de servicios, que, en gran medida, dependen de contactos interpersonales. En la región, los sectores que podrían sufrir las mayores contracciones —comercio, transporte, servicios empresariales y servicios sociales— proveen el 64% del empleo formal.
“Además, el 53 % del empleo de la región se da en actividades informales, que serán significativamente afectadas por basarse principalmente en contactos interpersonales”, explica la Cepal.
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