Conocí a Don Tiberio una tarde en la que él no me conoció.
Me encontraba en la última fila del teatro en Miami Dade College. Él era el maestro de ceremonia del evento que auspiciaba la fundación dominicana de Radhames Peguero.
Quede fascinado de su oratoria, de su dicción, de su voz perfumada y varonil y de sus conocimientos generales que explayaba manteniendo a todo el público atento e interesado en lo que decía.
¡Tengo que conocerlo! Me dije y a los pocos días me hice uña y dedo de Don Tiberio. Todos los días lo pasaba a buscar y nos íbamos a desayunar a Versalles o a cualquier cafetería del barrio de cocodrilo (Allapattha) en donde vivía…y aún vive! Porque este no es un escrito «muerto».
Corría el año 1991, yo estaba empeñado en formar algún centro o club cultural que resaltara y promoviera lo dominicano. Don Tiberio sería una adquisición valiosa y se me hizo fácil ya que él también gustaba de esas actividades.
Formamos la casa cultural dominicana y disfrutamos por más de 20 años de eventos en los que aportamos y nos enriquecimos intelectual y culturalmente junto a una gran parte de la comunidad de Miami y Broward.
Promovimos artistas locales y nacionales de Quisqueya. Pintores, poetas, escritores, cantantes, sociólogos y hasta políticos.
Don Tiberio siempre estuvo y esta aun dispuesto a participar en cualquier actividad que requiera de su participación. Eso fue algo que aprendí de él. Entendía que la cultura no era exclusiva de un club u agrupación. La cultura había que clamarla en todas partes.
Los amigos que solían compartir con Don Tiberio eran hombres brillantes y digo «eran» porque Don Tiberio roza ya los 97 años y !los está enterrando a todos! Mencía Lister, Feliz Forestieri, Luis Lavera, Daniel Efraín Raymundo, Dionis Pérez…entre otros.
Tiene en la mira a Roberto Guzmán, Cesar Ruiz, Félix Matos, al Doctor Campillo y a un servidor que juraba que lo iba a enterrar 20 años atrás cuando se vio «feo pa la foto», pero que va! Tiene una capacidad de supervivencia que oxigena todos los domingos en la iglesia.
Don Tiberio, fue un locutor de la radio dominicana muy famoso y admirado en los años 60 y 70. Activista cultural y político. Formó parte de agrupaciones opositoras que se entrenaron en Cuba para derrocar al régimen de Trujillo.
Fue amigo de Máximo López Molina, recientemente fallecido, con el que formó el movimiento popular dominicano (MPD), quienes no participaron de la invasión del 59 «por diferencias» con las demás agrupaciones.
El haber trabajado en la voz de las américas, programa radial patrocinado por los Estados Unidos en los tiempos que fuimos invadidos por estos, le creó muchos enemigos y posiblemente fue el motivo mayor que lo hizo emigrar.
Muchos de aquellos disgustados hoy viven también en el imperio.
Don Luis Lavera, ateo incorregible, solía decirle a Don Tiberio «usted va demasiado a la iglesia» insinuándole «posibles pecados pasados» Don Tiberio no le hacía caso y sonreía.
Como a Don Tiberio no le gustan los homenajes, pues dice que; «a los que homenajean en vida…mueren a los pocos días». Se me ocurrió esta noche brindarle mi escrito. No para que usted se muera sino, por si acaso usted me entierra antes, cosa que ya me está preocupando.
Quería manifestarle en vida lo que me ha tocado decirles a muchos en la muerte, lo quiero mucho.
Gracias por su compañía en este viaje incierto que es la vida. Amigos como usted hacen pasar mejor los momentos e instantes que son los que le dan sentido a la vida.
Gracias por sus consejos, por su interés en hacerme mejor, por ayudarme y enseñarme como un padre cariñoso, yo, que fui un aparecido de la calle al que usted gustoso cubrió con su manto de luz.
Todavía Don Tiberio, podemos irnos a tomar un cafecito al Versalles y recordar a Don Luis, a Mencía, a Forestieri, a Efraín a Mimi. Hagámoslo antes que uno de los dos se quede solo y esos recuerdos se hagan mudo en un silencio de sillas vacías.
Lo pasaré a buscar en cualquier momento y ojalá Roberto y César nos acompañen y dejen de ser tan supersticiosos. Por razones de edad usted debe morirse primero que ellos…el lio es que usted nos está enterrando a todos y no van a estar tranquilos hasta que usted guinde los tenis…bueno, confieso que también estoy algo nervioso… de todas maneras, démonos el cafecito y luego ¡usted resuelva!. ¡Salud!. Mínimo Caminero.
massmaximo@hotmail.com
(El autor es periodista dominicano residente en West Palm Beach).
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