Por María Hernández
Santo Domingo (República Dominicana).- Con fervor, veneración y religiosidad el pueblo dominicano celebra este viernes el Día de Nuestra Señora de la Altagracia, protectora del pueblo y una de las advocaciones marianas más antiguas de América.
Cuenta la historia que los hermanos Alonso y Antonio Trejo trajeron la imagen de la virgen de La Altagracia desde Extremadura, España, hasta Salvaleón de Higüey, al Este de República Dominicana, entregándola a la comunidad para venerarla en una modesta iglesia de tabla de palma y yagua.
Al efecto, el obispo de Santo Domingo, Francisco García de Padilla ordenó la construcción de una parroquia, debido a la gran cantidad de devotos que acudía a rendir tributos a la Virgen, pero su celebración el 21 de enero obedece a que en esa fecha de 1691, el ejército español derrotó al francés en la batalla de la Sabana Real de la Limonada, triunfo que fue atribuido a la devoción a esta advocación mariana.
Nuestra Señora de La Altagracia ha sido coronada dos veces por la máxima autoridad católica, privilegio dado por los Papas Pío XI y Juan Pablo II, el 15 de agosto de 1922 y el 12 de octubre de 1992, respectivamente.
Este año se celebrará también el centenario de la Coronación Canónica de Nuestra Señora de la Altagracia.
La corona de la virgen tiene doce estrellas que simbolizan a los doce apóstoles y su nombre «Alta Gracia» es un sinónimo de «Llena eres de Gracia», como lo pronunció el ángel Gabriel al anunciar a la Virgen María como madre del Salvador.
Su Basílica es visitada durante todo el año por millares de personas, pero es en ésta fecha cuando mayor cantidad de visitantes nacionales y extranjeros acude a rendir tributo a la Protectora del Pueblo Dominicano.
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