El desbordado crecimiento de la población mundial representa una preocupación para la humanidad, en especial para los científicos, que advierten una debacle en el planeta Tierra que podría afectar el desenvolvimiento en términos de circulación vial, lugares para habitar y el desempeño en suministro de alimentos.
Llegará el momento en que habrá tanta gente que sería dificultoso caminar, chocando unos a otros. Por igual, crecerá la compra de los vehículos de circulación terrestre y los conductores tardarán horas en avanzar hacia los diferentes destinos.
Según los cálculos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en la actualidad un total de 7,996 millones de personas habitan el planeta Tierra. De esa cifra, 1,451 son chinos y 1,410 pertenecen a la República India. Esas dos naciones asiáticas acumulan 2,861 habitantes, lo que representa el 35.7% de la cuota población universal. Las Naciones Unidas proyectan que habrán más de 8 mil millones de personas en el año 2023 y alcanzará los 10 mil millones en el 2056.
Son detalles reveladores de que existe un descontrol mundial de la natalidad, pues los seres humanos, con justa razón, siempre aspiramos a procrear una familia sin importar el costo de la manutención ni las consecuencias que involucras esa responsabilidad. A fin de cuenta, muchos padres terminan dejando en el abandono a los hijos y otros los dan en adopción al no poder mantenerlos. Al parecer, a nadie le preocupa esa vaina. Las familias más pobres son las que más hijos procrean, pues no llevan un control de natalidad contribuyendo con esa acción a profundizar la pobreza urbana y rural.
Eso me recuerda a Thomas Robert Malthus, un clérigo inglés que en el 1798 sugirió implementar un método cruel que fue repudiado por una gran parte de la sociedad. Era la famosa “Teoría del crecimiento exponencial de la población y del crecimiento aritmético del suministro de alimentos”.
Se lo conoció como Ensayo sobre el principio de la población. Fue publicado en 1803. Según él, el mundo tendría un desenfrenado crecimiento en su población, que generaría conflictos, hambre y enfermedades. La teoría malthusiana sostenía que mientras el crecimiento de la población en el mundo se daba en forma geométrica, la producción de alimentos aumentaba en progresión aritmética. Ante esto, proponía como solución aplicar un control de la natalidad y confiaba en que los factores de regulación natural (guerras y epidemias) retardarían la llegada de una crisis total de alimentación.
Pese a los avances que hubo en la medicina, que prolongaron la expectativa de vida, la teoría malthusiana quedó superada por los hechos. Hoy la producción de alimentos, ayudada por la tecnología, crece mucho más rápido que la población.
Por ejemplo, se le atribuye la propuestas de reducir la población eliminando a los locos, las personas obesas, los que estaban muy avanzados de edad o ancianos, los individuos parapléjicos y aquellos que padecían enfermedades incurables o catastróficas, como el cáncer, porque entendía que son seres que no aportaban ingresos y representaban gastos enormes en la familia.
Más aún. Creía que las fuerzas naturales corregirían el desequilibrio entre el suministro de comida y el crecimiento de la población en forma de desastres naturales, como inundaciones y terremotos y acciones provocadas por el hombre como guerras y hambrunas. Es decir, esos fenómenos atmosféricos eliminarían a miles de humanos. Obvio, los críticos le cayeron encima.
Malthus sugirió el uso de medidas preventivas como forma de controlar el avance de la población, como planificación familiar, matrimonios tardíos y celibato.
Naturalmente, esos planteamientos hoy son debatidos por los teóricos modernos anti malthusianos que aseguran que esos pronósticos de pesimismo y fatalidad no se han cumplido en razón de que en Europa occidental, por ejemplo, las poblaciones han crecido y la producción de alimentos por igual debido a los avances tecnológicos, una situación que se ha dado drásticamente durante el siglo pasado. Sostienen que la tasa de producción ha crecido más que la de crecimiento poblacional.
Además, argumentan que la disponibilidad limitada de tierra en ese momento, fue la base de la teoría de Malthus sobre las limitaciones de la producción de alimentos. Sin embargo, agregan, debido a la globalización se puede intercambiar bienes y servicios por alimentos, lo que eleva la cantidad de comida que un país puede consumir.
Lo cierto es que será difícil parar los nacimientos de seres humanoides. Es un patrimonio exponencial que no desaparecerá mientras existamos. Al menos, creo, se pueden controlar.
No obstante, y esa es la tendencia actual, los países continúan llenando de gente al planeta Tierra, sin ningún control ni planificación de natalidad, con el nacimiento en grandes proporciones de “máquinas humanas (niños) consumidoras y defecadoras”, tal como expresan algunos pensadores radicales.
mvolquez@gmail.com
(El autor es periodista residente en Santo Domingo, República Dominicana).
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