En mi entrega de fecha 5 de septiembre comentaba que la desaparición de un ser querido desata desesperación y angustia en los familiares. Es como esas personas se las tragara la tierra. También decía que miles de individuos fueron desaparecidos de manera forzada, por razones políticas o mandato de gobiernos dictatoriales o grupos armados de configuración terrorista.
En todo el mundo, hay situaciones extrañas que se relacionan con esos hechos como, por ejemplo, desaparecer voluntariamente. Cada año se registran denuncias de personas que deciden irse sin dejar rastro, abandonando sus hogares, trabajos y familias para comenzar una segunda vida. Existen numerosas estadísticas sobre esa eventualidad.
En Japón, a estas personas se les conoce como los “Jouhatsu”, término que significa «evaporación», pero también se refiere a quienes se van de manera expresa y ocultan su paradero, a veces durante años, incluso décadas.
Muchos, independientemente de sus motivos, recurren a empresas que les ayuden en el proceso. Estas operaciones se denominan “servicios de mudanzas nocturnas». Esas compañías ayudan a los individuos que quieren esfumarse o retirarse discretamente de sus vidas, proporcionarles alojamiento en ubicaciones desconocidas.
Los ciudadanos perdidos en esas circunstancias pueden retirar dinero de los cajeros automáticos sin ser descubiertos y los miembros de la familia no pueden acceder a videos de seguridad que podrían haber grabado a su ser querido mientras huía. Naturalmente, en muchos casos, se cambian los nombres y modifican su aspecto físico.
A continuación, algunos casos ocurridos en el mundo de ausencias misteriosas:
531 a. C. – Lao-Tse, sabio chino y fundador del taoísmo. Se dice que consternado por la corrupción y la hipocresía generalizada en su entorno, renunció a todo lo que tenía y sabía. Según el mito, salió de China hacia las tierras salvajes occidentales, montado en un buey, para nunca ser visto u oído hablar otra vez. Dejó la colección de sus conocimientos al guardia de la frontera, justo antes de desaparecer en la niebla. Todo lo que dejó atrás fue su famoso libro, el Tao Te King, la enseñanza básica del taoísmo.
71 a. C. – Espartaco, uno de los líderes de esclavos escapados durante la Tercera Guerra Servil, una rebelión de esclavos contra la República Romana. Aunque se supuso que murió en la batalla, su cuerpo nunca fue identificado y el destino que tomó sigue siendo desconocido.
53 a. C. – Ambiorix fue, junto con Catuvolco, príncipe de los Eburones, líder de una tribu belga de la Galia del noreste (Galia Bélgica). Según el historiador romano Lucio Aneo Floro, Ambiorix y sus hombres lograron cruzar el Rin y desaparecieron sin dejar rastro.
30 a. C. – Ptolomeo Filadelfo y Alejandro Helios, hijos de Cleopatra y Marco Antonio, hermanos menores de Cesarión, partieron de Egipto para Roma, antes de que sus paraderos se hicieran desconocidos.
108-164 – Legio IX Hispana (Legión IX Hispana), legión romana estacionada en Gran Bretaña romana después de la conquista romana de Inglaterra en el año 43. La legión desapareció de los registros supervivientes en el siglo segundo sin explicación.
1021 – Al-Hakim bi-Amr Allah, el sexto califa fatimí y el décimo sexto imam ismaelí. Al-Hakim se fue a una de sus salidas nocturnas a las colinas de Mokattam, en las afueras de El Cairo, pero nunca regresó. Se realizó una búsqueda inútil para encontrarlo; solo se encontraron su burro y sus ropas manchadas de sangre.
1203 – Arturo I, duque de Bretaña, heredero al trono de Inglaterra. El 31 de julio de 1202, mientras visitaba a su abuela Leonor de Aquitania, fue sorprendido y capturado por los barones de Juan y encarcelado en Falaise, en Normandía. Al año siguiente, fue trasladado a Ruan y luego se ausentó misteriosamente en abril de 1203.
1453 – Durante las últimas horas del Sitio de Constantinopla, el último emperador bizantino, Constantino XI Paleólogo, desapareció durante la lucha. Su cuerpo nunca fue recuperado.
1483 – Los príncipes en la torre, Eduardo V de Inglaterra y Ricardo de Shrewsbury, primer duque de York, los hijos del rey Eduardo IV de Inglaterra y Elizabeth Woodville, fueron encerrados en la torre de Londres por su tío Ricardo III de Inglaterra. Nunca volvieron a ser vistos en público y sus destinos siguen siendo desconocidos.
1487 – Lord Lovell, un rebelde caballero yorkista, fue visto por última vez vivo huyendo de la Batalla de Stoke Field después de la derrota de los Lancasterianos. En 1488 le fue concedido un salvoconducto en Escocia por el rey Jacobo IV, pero no hay evidencia de que él estuviera en el país.
1499 – Juan Caboto, explorador italiano, se extravió junto con sus cinco barcos durante una expedición para encontrar una ruta occidental de Europa a Asia a través de Norteamérica y jamás regresó.
1501 – Gaspar Corte-Real, explorador portugués, desapareció en una expedición para descubrir el paso del Noroeste de Europa a Asia. Dos de sus naves volvieron a Lisboa, pero la tercera, con Gaspar a bordo, se perdió y nunca se oyó sobre él de nuevo.
1546 – Francisco de Orellana, explorador español y conquistador. Se marchó mientras exploraba el río Amazonas. Se cree que murió de enfermedad y fatiga, pero su cuerpo nunca fue encontrado.
1578 – Sebastián I de Portugal, rey portugués. Su cuerpo nunca fue encontrado después de la Batalla de Alcazarquivir; muchos portugueses llegaron a creer que había sobrevivido a la batalla y volvería a reclamar su trono. Nunca apareció.
1590 – Los colonos de Roanoke desaparecieron, siendo conocida como la Colonia Perdida. Su asentamiento fue encontrado abandonado. Una teoría sostiene que fueron absorbidos por una tribu india conocida como los croatans. Esa colonia se localizaba en la isla de Roanoke, actualmente parte del condado de Dare, Carolina del Norte, Estados Unidos.
Continuará…..
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(El autor es periodista residente en Santo Domingo, República Dominicana).
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