Carlos Iaquinandi Castro
Servicio de Prensa Alternativa.- La pregunta no es retórica. Tiene fundamento y nos atañe a todos. Porque si ni la ONU, ni la Unión Europea, ni otros tantos organismos internacionales intervienen para detener el genocidio, el gobierno de Israel seguirá su plan de exterminio, complementado con ocupación y control territorial. El derecho internacional humanitario tiene un punto fundamental. Se llama “principio de distinción” y señala que “las partes en conflicto deben distinguir en todo momento entre la población civil y los combatientes”.
Está claro que la “respuesta” israelí a la incursión de “Hamàs” en su territorio el 7 de octubre, es desproporcionada y se convierte en una excusa para continuar el proyecto de aniquilar a los palestinos como pueblo. Más de 30.000 han sido asesinados en poco más de 120 días transcurridos. Más de la mitad de esa cifra, mujeres y niños. Han destruido viviendas, escuelas, fábricas, hospitales, mezquitas. “En poco más de cuatro meses, en Gaza han muerto más niños, más periodistas, más personal médico y más empleados de la ONU que en cualquier otro lugar del mundo durante un conflicto”.
La frase es de Philippe Lazzarini, comisionado general de la UNRWA (Agencia de NNUU para los refugiados palestinos). Añade que el 5% de la población de Gaza ha sido asesinada, herida o está desaparecida. La franja de niños de 0 a 9 años representa más de la quinta parte de las víctimas. Diariamente los canales de TV nos proporcionan imágenes de ruinas urbanas, la búsqueda de cuerpos entre los escombros, los rostros con la angustia de hombres y mujeres indefensos que han perdido todo. No podemos ignorarlo.
La presunta “represalia” se ha convertido en un plan de exterminio. Pero no solo a través de bombas, cohetes, drones o metralla. El director adjunto de la FAO ( Organizaciòn de la ONU) señaló que más de dos millones de personas se encuentran en situación de crisis alimentaria. Estima que alrededor del 50% de la población está en situación de emergencia por carencia de alimentos. José Borrell, como encargado de Asuntos Exteriores de la Unión Europea ha criticado al gobierno de EEUU. Afirmó que “no hace nada para disminuir el número de muertos”. Tiene mérito que haya roto ese silencio cómplice.
También se pronunciaron los gobiernos de España y Francia demandando el cese de los bombardeos. Pero no dejan de ser una excepción.
El conjunto de países que integran la comunidad europea no han tenido un pronunciamiento firme y colectivo. En la práctica, dejan que las matanzas continúen. La última, el ametrallamiento por tropas israelíes de una multitud de palestinos en torno a los camiones de ayuda alimentaria. Saldo: más de cien muertos y 760 heridos y un dramático caos. El hambre se convierte en otra arma letal. Según la Clasificación de Seguridad Alimentaria de la ONU, más de medio millón de personas en Gaza se encuentran en la fase 5, la que establece «condiciones catastróficas», y la califica de hambruna. ¿Porqué los organismos internacionales y la mayoría de los gobiernos no actúan para detener el genocidio ? ¿Porqué ignoran los reclamos de la sociedad civil que exigen se condenen y detengan las matanzas?.
Entre los pocos que lo han hecho están tres presidentes latinoamericanos, los de Bolivia, Brasil y Colombia, o sea Arce, Lula y Petro. La contracara fue el argentino Milei. Viajó a Tel Aviv para abrazarse con Netanhaju. Lamentable.
¿Qué podemos hacer los ciudadanos para intervenir en defensa de la vida y de la paz? Lo primero pedir que los medios de comunicación no utilicen el término “guerra” para describir lo que sucede. Llamen a las cosas por su nombre: genocidio. Lo segundo, movilizarnos y sumarnos a la denuncia del gobierno de Israel por su acción genocida contra el pueblo palestino.
“Ante las atrocidades tenemos que tomar partido. El silencio estimula al verdugo”.
— Elie Wiesel, premio Nobel de la Paz y superviviente del Holocausto