By Christina De Nicola/MLB.com / @cdenicola13
El mejor prospecto de los Marlins, el dominicano Eury Pérez, necesita un momento.
Está parado en el clubhouse del equipo visitante en el Clover Park en Port St. Lucie en la Florida, luego de hacer su última salida en la Liga de la Toronja, respondiendo a preguntas sobre una variedad de temas, desde las dificultades que tuvo en el cuarto inning ante los Mets al regreso de su mentor y compatriota Sandy Alcántara del Clásico Mundial de Béisbol. Luego se le pregunta por qué tiene un corazón en su corte de pelo rapado.
“Es el amor de mi familia”, dijo Pérez. “Lo tengo aquí arriba en la cabeza para tenerlos bien cerca a mí, tenerlos bien presente. Nunca han tenido la oportunidad de verme lanzar [profesionalmente], entonces siempre los llevo bien cerca”.
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Para entender cómo Pérez se convirtió en uno de los mejores prospectos de pitcheo en el juego, hay que regresar a donde comenzó todo.
De pequeño, a Pérez le decían «Pallilo» por lo alto y delgado que era. El derecho, que mide 6 pies y ocho pulgadas, sobrepasa a sus padres, Eddy y Xiomara, y a sus hermanas Erlin (de 26 años) and Erlenys (a 14 años), que aún viven en la ciudad de Santiago, en el barrio de Villa Liberación en el sector La Otra Banda.
Eddy y ambos abuelos de Eury alguna vez jugaron béisbol a nivel amateur. Generaciones tiraban pelotas en un terreno local, donde Eury quedó fascinado con el juego. Le iban a las Águilas Cibaeñas y su jugador favorito era Luis Polonia.
“Eury solía utilizar mis ganchos”, dijo Eddy. “Imagínate, ya le quedaban mis zapatos antes de comenzar su paso por el béisbol organizado”.
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A los ocho años, Eury jugaba plaquita con sus amigos cerca del apartamento de su familia. Ninguno de los otros niños tenían equipamiento de béisbol, así que utilizaban un palo de madera para jugar vitilla. Eury continuó jugando pelota en la calle hasta su cumpleaños número 11, cuando le preguntó a su mamá si podía comenzar a jugar béisbol organizado.
Cuando Xiomara registró al chico en la Liga Emilio Domínguez, Eury llegó vistiendo jeans para su primera práctica. Estaba muy emocionado por comenzar a jugar en un formato organizado, a pesar de haber empezado a practicar el deporte a una edad más avanzada de la que suelen hacerlo los niños en la República Dominicana.
“Queríamos que decidiera por sí solo el camino que quería recorrer”, comentó Xiomara. “A los 11 años, me lo prometió, me dijo: ‘Mami, voy a lograrlo. Una vez lo haga, te voy a sacar de este barrio y te voy a comprar una casa. Seremos ricos. Te vamos a sacar de aquí’”.
Durante el paso de Eury por las pequeñas ligas, él y el resto de los chicos le pedían prestado los guantes al entrenador, y tenían que regresarlos al final de los juegos. Eury usaba zapatos deportivos en vez de ganchos. Cuando el coach Alexander De Aza lo llevó a su academia a los 12 años, Eury llegó con zapatos de fútbol y un guante rojo Marucci. Finalmente, tenía su propia indumentaria.
El Campo La Otra Banda estaba a cinco kilómetros, y la familia de Eury no quería que el chico fuera y viniera caminando, porque ya el joven estaba teniendo problemas en ganar peso, a pesar de comerse todo lo que le ponían en su plato – usualmente carne con arroz y habichuelas con aguacate. Eury, quien creció como el padre de Xiomara durante un estirón que tuvo en su juventud, se comprometió en volver a casa los domingos para ir a la iglesia. De cualquier manera, era difícil dejar ir al adolescente por sus propios medios. En un punto, parecía que su familia tan cercana se había mudado junto a él. Regularmente iban a verlo jugar, diciéndole que todo estaba bien y deseándole buenas noches antes de irse.
“Se ponía muy, muy nervioso cuando íbamos a verlo jugar, y luego cuando nos dimos cuenta, decidimos dejar de ir a los partidos”, recordó Eddy. “Fue una locura. Cuando volvimos a los juegos después de dos meses, había mejorado muchísimo la calidad. Era una persona diferente jugando. Me sorprendió mucho al verlo. Solía criticarlo porque lloraba mucho. Era muy sentimental, un chico con muchos sentimientos. Solía llorar cada vez que lo sacaban de los juegos”.
“Solía pelear con él diciéndole: ‘¿Por qué eres así? No puedes hacer eso’. Pero la gente siempre me decía que no peleara con él por eso, porque cada vez que alguien anotaba y lo sacaban, sentía internamente que su valor se desplomaba. Creía que no era capaz. Ese sentimiento nunca se va. Dejé de gritarle y comencé a apoyarlo incondicionalmente”.
De Aza también pagó por los documentos de viaje de Eury para que fuera a varios torneos, incluyendo uno al que asistió en Arroyo, Puerto Rico. Los mejores jugadores de Santiago fueron reclutados para una competencia internacional. Esa experiencia le otorgó a Eury su primera probada a la experiencia de jugar béisbol fuera de la República Dominicana.
“Siempre vio algo [en mí]”, expresó Pérez sobre De Aza. “Trabajó conmigo en mi mecánica, enseñándome cómo hacer varias de las cosas del juego, y cómo tratar con el deporte, el aspecto del negocio. Aún sigo en contacto con él. Me enseñó mucho al comienzo de mi carrera, y estoy muy agradecido por todo”.
En busca del pez grande
Ángel Izquierdo estaba intentando iniciar una carrera como scout en el 2018, cuando compró una cámara barata en Amazon que le habían recomendado otros scouts. Uno de los primeros lugares que visitó para grabar video fue en un evento del Cibao en el Estadio Bragaña García en Moca. En esa exhibición en particular, un Eury de 15 años estaba luciendo brillante en la loma. Aunque su recta alcanzó un tope de 83 mph, estaba abanicando a los rivales. Izquierdo era nuevo como scout, pero dijo que era evidente reconocer que estaba ante algo especial.
“Eury fue único. Uno en su propia liga”, dijo Izquierdo. “Fue como, están todos los niños, y luego Eury. Podías notar cuando Eury estaba lanzando. Todos se paraban para grabarlo. Y yo decía como: ‘OK, no estoy loco, porque todos están viendo lo mismo que yo’. Scouts más avanzados decían algunas cosas de scouts, pero yo sólo estaba viendo el diamante, a un chico que movía su cuerpo con facilidad, con mucha coordinación”.
Mientras Izquierdo desarrollaba relaciones con algunos trainers y scouts, le enviaba videos a los equipos. Lo primero que hicieron fue preguntar por el nombre de un prospecto que le gustara a Izquierdo. Él mencionaba a Eury, aunque parecía que el monticular no estaría disponible.
Pero las preocupaciones con su físico llevaron a los Medias Rojas y luego a los Rockies a pasar de Eury. Luego volvió a recibir la noticia de que Pérez estaba disponible de nuevo, justo cuando Izquierdo estaba en el proceso de ser entrevistado por los Marlins en el área de scouting internacional. Izquierdo le recomendó a De Aza que llevara a Eury al primer tryout del recién contratado scout.
Lo que él no se imaginaba es que Miami ya había identificado a Eury, el campocorto venezolano José Salas y al jardinero bahamense Ian Lewis como sus principales objetivos. Los Marlins recibieron a ese trío en sus antiguas instalaciones en Santo Domingo en enero del 2019, con la presencia de varios escuchas del talento de alto niveles.
Podías notar cuando Eury estaba lanzando. Todos se paraban para grabarlo. Y yo decía como: ‘OK, no estoy loco, porque todos están viendo lo mismo que yo’.
Ángel Izquierdo
Los jugadores de posición corrían las 60 yardas, realizando tiros desde el cuadro interior y los jardines, tomaban prácticas de bateo y participaban en juegos en vivo. Eury hizo alrededor de 12 pitcheos mientras calentaba en el bullpen, antes de ser ingresado al juego. Izquierdo estaba sentado nervioso detrás del plato.
“Cuando llegué, vi a Salas y a Lewis y dije: ‘Vinieron a verlos a ellos, no a mí. Esta es su oportunidad. Es lo que quieren’”, dijo Eury. “Creo que lo hicieron a propósito para retarme a que los retirara porque, de nuevo, ellos eran los favoritos del grupo”.
Eury, quien había participado en una exhibición con los Angelinos el día anterior, lanzó 25 pitcheos ante cinco bateadores, incluyendo a Salas y Lewis. No permitió imparables. Cuando Eury se bajó de la lomita, Adrián Lorenzo, quien luego se convertiría en el director en jefe de las operaciones internacionales de los Marlins, se le acercó a Izquierdo para preguntarle si ese era el chico al que se había referido. A Lorenzo le gustó lo que vio.
David Hernández Beayne, pasante de operaciones internacionales en ese momento, estaba encargado de organizar y registrar los datos. Aunque la velocidad de Eury no llamó mucho la atención, su alta tasa de rotación, rompimiento vertical y perfecta localización, fue lo que le permitió generar la mayor cantidad de swings fallidos que cualquier lanzador aquel día. Los Marlins hicieron algunas pruebas, que demostraron la gran flexibilidad que tenía Eury. Podía doblar su dedos hasta sus muñecas. Miami confió en que Eury podía desarrollar su cuerpo. De esa manera, la velocidad de su recta incrementaría.
“El tener el control, coordinación, movilidad y flexibilidad en su cuerpo, y el poder de repetición de los que hace. Eso no se consigue. No se ve”, dijo Hernández Beayne. “Es extremadamente raro. Normalmente lo ves en chicos de baja estatura, pero con su tamaño, eso no pasa. Eso es lo que ocurre cuando mezclas estatura y habilidad. Resulta en algo especial”.
En una conferencia posterior a un tryout, el nombre de Eury fue lo primero que mencionaron los Marlins. Miami llamó a De Aza para hacerle una oferta. Pero Eury también había recibido una de los Angelinos y quería visitar al club en la mañana siguiente para cerrar el trato.
Pero antes de que eso ocurriera, Izquierdo visitó a De Aza y a Eury en una tienda de helados. Mientras Eury comía un helado de chocolate, Izquierdo le preguntó qué necesitaba el monticular para acordar con los Marlins.
Luego de ese encuentro, Izquierdo viajó dos horas hacia Santiago, en donde Xiomara le dijo que la salud y los estudios de su hijo era lo que más le importaba. Fue evidente para Izquierdo que la madurez de Eury venía de la familia. A las 9 p.m. Izquierdo estrechó manos con Eddy y Xiomara y se despidió. Lo que no sabía Izquierdo es que su insistencia y la confianza que fue desarrollando fue lo que terminó definiendo todo.
“Espero que la próxima vez que estrechemos manos, será porque Eury es un Marlin”, dijo Izquierdo antes de salir.
Surgimiento en las fincas
Si el béisbol no hubiese resultado, es probable que Eury hubiese seguido los pasos de mecánico de Eddy. Cuando los Marlins le dieron a Eury un bono por firmar de US$200,000 el 2 de julio del 2019, 50% fue para su trainer De Aza – algo común en República Dominicana. Su familia quería que ahorrara la otra mitad. Pero Eddy había sido despedido de su empleo, así que Eury insistió en comprarle a su papá su propio negocio.
“Cuando firmó, no queríamos que hiciera lo mismo que hicieron sus padres – utilizar el dinero para comprar las cosas que necesitaban en ese momento”, expresó Eddy. “Le dije: ‘Mira, vamos a tomar esto y congelarlo. No vamos a tocarlo’. Pero luego, por situaciones de la vida, fui despedido de mi trabajo. Fue parte de toda la decisión de querer montar este negocio”.
En la Academia Dominicana de los Marlins, Eury despegó. Se levantaba a las 6 a.m. y desayunaba a las 6:30. Luego, llegaba la hora de asistir a clases de secundaria y de inglés. En la tarde, hacía una parada en el gimnasio antes de seguir con los entrenamientos o juegos.
Cuando el COVID-19 detuvo las operaciones regulares, Eury se enfocó en desarrollar su cuerpo, su brazo y acondicionamiento. Con tanta incertidumbre sobre cuándo se iba a reanudar el béisbol, Eury quería estar listo.
La mayoría de los fines de semana, en vez de tomar el camino de dos horas y media a Santiago para visitar a su familia, se enfocaba en su desarrollo. Además, cada vez que llegaba Eury, su mamá se ponía triste cuando se despedía de él.
“Había ocasiones en las que necesitaba recordarme a mí mismo que estaba trabajando en mi sueño, y que de eso se trataba todo”, expresó Eury. “Pero ahora, no siento nada de eso, porque sé que estoy aquí para perseguir mi sueño”.
Ahora, el director auxiliar de scouting internacional, Hernández Bayne, recuerda a Eury dejando una marca en la Liga Paralela, en donde los recién firmados compiten en paralelo a la Liga Dominicana de Verano. Eury, quien lucía una recta a mediados de las 80 mph cuando firmó, estaba comenzando a lanzar 95 mph con apenas 17 años.
¿Cómo pasó eso?
Hernández Beayne menciona una combinación de factores. Eury siempre tuvo el tamaño y el control en su cuerpo. Pero ahora tenía una guía profesional. El monticular también se dedicó a trabajar en su cuerpo, siendo más atlético y explosivo. Como Eury no se integró a un equipo organizado sino hasta sus 11 años, su brazo seguía fresco.
“Comenzó a atraer miradas y a gente preguntándose, ‘Espera un momento, este prospecto es diferente a lo que hemos visto antes’”, recuerda Hernández Beayne. “A ese punto se sentía diferente. Estaba comenzando a surgir y convertirse en lo que es hoy, un prospecto tope”.
“Sé que estoy aquí para perseguir mi sueño”.
Eury Pérez
Un sueño casi cumplido
Al momento de hacer su muy esperado debut después de la pandemia en Clase-A Jupiter, el dominicano dejó una efectividad de 1.61 en 15 aperturas, ganándose el ascenso a Clase-A Fuerte Beloit, en donde abrió cinco encuentros.
Miami retó a Eury al enviarlo a Doble-A Pensacola para iniciar el 2022. Dominó una competición que era cinco años mayor que él, hasta que una lesión en el músculo lateral hizo que se perdiera dos meses de acción e inflara su efectividad a 4.08 en 17 aperturas. De cualquier manera, Pérez participó en el Juego de Futuras Estrellas SiriusXM.
• Eury Pérez fue recibido en el aeropuerto por… ¡Sandy Alcántara!
Gracias a su profundo repertorio, Eury comenzó a levantar comparaciones con el también dominicano Sandy Alcántara. No sólo tienen arsenales similares, sino que también comparten agentes.
En el receso de temporada, Eury entrenó junto con Alcántara, por recomendación de la organización. Luego seguía a Alcántara como su sombra durante su primer campamento de liga mayor, tanto que varios miembros de la directiva y algunos compañeros comenzaron a decir que era el hijo de Alcántara.
"Se te quiere" –@sandyalcantar22
the bigs awaits, Eury. #MakeItMiami pic.twitter.com/SkYdpSxKeD
— Miami Marlins (@Marlins) May 10, 2023
Pero obviando las bromas, Alcántara sabe lo que significa ser un prospecto cotizado. Cinco años después de ser cambiado a los Marlins desde los Cardenales, como una de las piezas claves del canje por Marcell Ozuna, Alcántara se convirtió en el primer lanzador de los Marlins en ganar el Premio Cy Young de la Liga Nacional.
“Recuerdo cuando llegué a mi primera pretemporada con San Luis. Tuve la oportunidad de estar con [Adam] Wainwright, Carlos Martínez”, recuerda Alcántara. “Chris Carpenter estaba ahí también. Estos chicos han estado en la liga por 15 años o más. Lo único que me dijeron fue: ‘No llegues tarde. Trabaja duro. Sé paciente. Cree en ti. Lo hicimos, tú también puedes’. Eso es lo que les quiero decir a todos. Si yo lo pude hacer, ellos también. No hay nada imposible en esta vida. Tienes que ser paciente y ponerle todo en las manos a Dios”.
Como una familia cristiana, los Pérez creen que entregar su fe a Dios fue lo que llevó a Eury a Alcántara. A lo largo de la carrera de Eury, la familia ha tenido que confiar en los demás. Desde que Eury se mudó a la academia de los Marlins en San Domingo, su familia sólo lo pudo visitarlo una vez, para su graduación en el 2019. Nunca lo habían visto lanzar en persona, pero sí lo seguían por MILB.TV.
Los domingos hacían una videollamada en familia. Eury le enviaba mensajes de texto a su mamá todos los días. Su papá le escribía cada dos. Eury compensaba el estar lejos viviendo con sus padres durante cada receso de temporada. Es fácil olvidar que Eury cumplió apenas 20 años el 15 de abril.
Ahora, la familia logró juntarse de nuevo el viernes para ver el debut de su hijo en Grandes Ligas.
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