La anunciada ausencia de Danilo en la ceremonia de la Asamblea Nacional-Discurso de Abinader, es una señal de alta significación política. Danilo sabe lo que podría venir en contra de su régimen. Su reinado concluyó plagado de corrupción e impunidad. Punta Catalina es un gran cuerpo del delito de Estado… y no el único.
Danilo sabe lo que puede caerle arriba a su entorno y a él en una sociedad impregnada del propósito de ponerle fin a la impunidad y recuperar lo robado. Algo en esa vertiente -no se sabe todavía hasta qué nivel de profundidad- están obligados a hacer los nuevos gobernantes y sus padrinos del exterior, si no es que decidan “quemarse” rápido y volver a poner en riesgo la institucionalidad vigente y la estabilidad del sistema de dominación.
En esta sociedad hay demasiada sed de justicia, aunque no tanta conciencia sobre el carácter estructural-sistémico de los males acumulados, incluida la corrupción; y estamos en medio de una crisis mundial y local de decadencia caótica de un sistema capitalista-imperialista gansterizado, donde por voluntad y angurria de los de arriba, no hay peces y panes a repartir.
Algo de todas maneras -no necesariamente material- tienen que hacer los mandamases para liberar tensiones explosivas y podría ser montándose sobre el enorme repudio popular a la corrupta corporación peledeista; procurando a la vez mantener la impunidad empresarial privada de alto vuelo y aquella de otras matrices políticas.
Están bastante forzados a dar señales esperanzadoras de “rectificación, remozamiento y renovación” del sistema político, dentro de una institucionalidad y unas bases capitalistas altamente contaminadas, que ciertamente no dan para mucho en cuando a arrancar de raíz el mal.
En esas recetas parciales, espectaculares, pero mediatizadora de los cambios necesarios, los jefes del imperio son expertos y se ocupan de aplicarlas en sus dependencias; sacrificando partes de lo que ya se quemó, especialmente la que genera la mayor indignación o resulta una carga perjudicial. No les importa los buenos aliados o servidores que hayan sido.
Esa fórmula parece imprescindible para reciclar temporalmente en alguna medida el sistema en deterioro. El “Gobierno Profundo” de EE.UU, incluidos componentes de su actual Administración, tipo Pompeo, está en esa tesitura respecto al delicado cuadro de este país. Igual una parte de la cúpula empresarial criolla, interesada en que solo el gobierno saliente cargue con las enormes culpas históricamente compartidas.
Danilo lo sabe y comenzó a preparar su difícil resistencia evadiendo una primera merecida humillación. ¿Inicio de la encerrona? Algo olió de lo que podría venir…
(El autor es dirigente político residente en Santo Domingo, República Dominicana).
narsoisa@gmail.com
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