A rajatabla
A comienzo de 1970, Taiwán y Corea del Sur tenían un Producto Interno Bruto (PIB) relativamente similar al de Republica Dominicana, lo mismo que el volumen y valor de sus exportaciones. Tres décadas después, el mundo se asombraba por el crecimiento del comercio exterior de esas economías, integrante de los “Tigres Asiáticos”.
Aquí se intentó emular a esas y otras naciones asiáticas, para lo cual se creó el Centro Dominicano de Promoción de Exportaciones (Cedopex), se promovieron leyes de incentivos, así como programas de capacitación en comercio internacional dirigido a productores, industriales, emprendedores y economistas.
El sector empresarial no confiaba en la incipiente política de promover la diversificación de la oferta exportable e identificar nuevos destinos de exportación para salir del círculo de “la economía del postre”, que limitaba el comercio exterior al café, cacao, tabaco en rama y azúcar.
El argumento esgrimido era que Taiwán y Corea, así como de Chile en Latinoamérica, aumentaron su oferta exportable porque estaban regidas por regímenes dictatoriales, lo equivale decir que las naciones avanzan solo en dictadura.
Para elevar y diversificar las exportaciones se requiere de políticas públicas que alienten el incremento de la producción y diversificación de bienes primarios, industriales y tecnológicos con el propósito de cubrir demandas del mercado internacional.
El régimen de Chiang Kai-shek, que gobernó Taiwán por casi 50 años, impuso un programa económico basado en el impulso a la producción agrícola y pecuaria, luego a la agroindustria, después la industria pesada y finalmente el sector tecnológico y de servicios.
Taiwán lleva más de veinte años en democracia, pero sus gobiernos aplican las mismas políticas de promoción de exportaciones, de impulso a la educación a todos los niveles, así como la capacitación técnica, lo que permitió que en 2022, el valor de sus exportaciones se acercara a los 450 mil millones de dólares.
Las exportaciones de Corea del Sur ascendieron el año pasado a 683,750 millones de dólares, con niveles de diversificación similares a los de Taiwán, que sin producir acero construye y exporta barcos y es el principal exportador mundial de circuito integrado o chips de computadoras.
República dominicana podría convertirse en una potencia exportadora en el Caribe si durante las próximas décadas, aplica un programa de excelencia educativa, agrega valor a la producción agropecuaria e industrial, estimula flujo de inversión extranjera hacia el sector de alta tecnología, y promueve a nivel nacional una sólida cultura exportadora.
Ninguna economía ha podido desarrollarse plenamente anclada en los servicios ni tampoco sostenida en una oferta exportable primaria o de economía del postre. Los Tigres Asiáticos alcanzaron el desarrollo por vía de un comercio exterior que fue siempre el centro de su estrategia de crecimiento económico.
orion_mejia@hotmail.com
(El autor es abogado y periodista residente en Santo Domingo, República Dominicana).
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