Redacción (RT.com).- Más de 8,5 millones de electores en Cuba participarán este domingo en un histórico referendo popular en el que se decidirá aprobar o no el innovador Código de Familias, que regula los derechos y deberes en las relaciones interpersonales en el hogar y que podría significar el fin de una ley que está vigente desde 1975.
El mencionado referendo es además la etapa final de un prolongado proceso de consulta y revisión convocado por el Estado cubano desde 2021, para incorporar a la legislación nacional temas como el reconocimiento a la sexodiversidad, el matrimonio igualitario y la adopción para parejas homosexuales, lo que iniciará un proceso de inclusión, conformación y reconocimiento de familias no tradicionales.
La nueva normativa incluyó una consulta popular realizada por mandato constitucional, entre febrero y abril de 2022, así como un amplio debate dentro del Parlamento cubano que en julio pasado aprobó la versión final de la normativa, que contiene 471 artículos.
El texto, por ejemplo, incluye al concepto de familia asuntos como la maternidad o paternidad sentimental, lo que permite a un infante tener más de un padre y una madre, elimina etiquetas como madrastra y padrastro y habilita la gestación subrogada o «solidaria», en referencia a la asistencia que puede prestar una mujer para gestar un bebé en su vientre si una pareja se lo solicita.
En ese sentido, la normativa reconoce cuatro tipos de filiación parental para la familia: la procreación natural, la adopción, la reproducción asistida y los lazos que se construyen a partir de la socioafectividad.
Todas estas tendrán el mismo reconocimiento jurídico y responsabilidad en cuestiones como la obligación de dar alimentos, los derechos sucesorios y demás efectos de ley, que defiende los principios de igualdad y no discriminación.
Además, con base en la Constitución de 2019, que establece la imposibilidad de discriminación alguna por género u orientación sexual en Cuba, el nuevo Código de Familias ofrece la posibilidad de que un niño pueda llevar el apellido de su madre de primero, lo que pone fin a la tradición conservadora de imponer a los recién nacidos el apellido del padre, un hecho que violaría el principio de igualdad entre la mujer y el hombre.
La nueva norma también establece deberes y responsabilidades de padres hacia hijos, de hijos hacia padres, así como la protección y atención integral de otros miembros del hogar como tíos, sobrinos y abuelos.
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