Hay que congelar los precios de los comestibles. En medio de la crisis de salud, hay que garantizar la distribución de los comestibles, y que sus precios se presenten estables. En situación normal el valor de los productos están a la oferta y la demanda. Ahora hay que eliminar esa norma.
Los aumentos se dan en los colmados y centros de suministros instalados en sectores populares o residenciales. Otra cosa son los supermercados que siempre mantienen sus precios y la red de abastecimiento.
La vigilancia de los colmados es hoy más necesaria que nunca. El mensaje constante a los ciudadanos es que no salgan de sus casas. Bien, por esta razón nuevos clientes están visitando los colmados. El supermercado nunca queda al doblar de la esquina, pero la pulpería está a tiro de voz.
Además le llevan el artículo a su casa y no tiene que salir. Pero hay que vigilar que se mantengan los precios reducidos. En esta crisis sanitaria y económica no se puede tratar de sacar beneficios a como dé lugar.
Con la nueva faceta del toque de queda, los supermercados van a trabajar unas dos horas menos. Si se mantiene la programación que estaban desarrollando, es seguro que no habrá mayores inconvenientes en las filas y el orden.
El control de la venta de alimentos, racionando el producto, es necesario, sino habrá las compras desiguales y el acaparamiento y muchos tendrán problemas para conseguir sus alimentos.
Un tema importante en el cual hasta ahora las autoridades no han actuado, es en el pago del servicio energético. Desde el día primero se comienzan a enviar las tarifas por la energía. Todo el mundo sabe que si no paga en la fecha fija, hay un corte.
Los ciudadanos que vayan a una oficina de una compañía energética a pagar el consumo mensual van a correr un gran riesgo. Hay miles que no pueden ir a un banco, o no están en capacidad de hacer transferencia bancaria. Hay que plantear una alternativa.
Lo ideal es ampliar la fecha de pago. Que no se exonere el compromiso de los consumidores, sino que se le dé una gracia en la fecha de pago, a ver si llega un momento en que puedan salir a pagar.
Se le pide a los ciudadanos que se queden en sus casas, pero también hay que comprender que si no se agiliza el pago de los servicios, agua, luz, tele-cable, teléfonos y otros, entonces las personas deberán salir de sus residencias a cubrir con esas obligaciones.
El temor es que en medio de una cuarentena, se comience a cortar el servicio energético y de comunicaciones, cuando las personas se encuentran en sus hogares necesitando diversiones, además de que tienen alimentos que necesitan refrigeración.
Los sacrificios tienen que ser de todos. Hay que quedarse en las casas, pero hay que buscar salidas al vencimiento de cumplimientos con los servicios del hogar. Hay que salir adelante, en este momento de desgracia colectiva. ¡Ay!, se me acabó la tinta.
Comentarios sobre post