Con razón los seres dotados de razón acreditan a esta inconmensurable humanidad un origen pensante al que llamamos Dios.
¿De qué otra manera podría crearse el universo? ¿todas estas formas «aparentemente» inertes y las llenas de vida? ¿quién sino un creador sería capaz de todo esto?.
Ante tanta sorpresa e incapacidad de respuesta, hemos optado por irnos por un «camino»…más «humano».
¿A quién se le ocurriría pensar que todo esto de lo que estamos compuestos y lo que se compone por fuera de nosotros es producto de «un accidente»…?.
Quién osaría en pensar que somos la causa de miles de combinaciones y fórmulas y destellos que sumados a otros factores externos han «coincidido» en producirnos tal y como somos y como nos creemos y como nos «inventamos»…
El simple hecho de mirar las estrellas y razonarlas…es para volverse loco. ¿cómo carajos andamos flotando en una bola llena de humo y agua y nubes y demás vainas dando vueltas sin que nada se salga de balance?.
Parecería todo esto la creación de un mago. Un juego creado para un niño infinito que no se cansa de vernos desde algún lugar de las alturas.
Un mago que juega al escondido y que en nada le importa esa condición de alabanza de la que solemos atribuirle para que «no nos castigue si osamos negarle»…
Las “coordinancias” del universo suelen ser más complicadas y complejas de lo que podríamos alcanzar a pensar. Por ello solemos «simplecitar» el asunto a «ese» mago invisible. De carne y hueso si es posible, además.
Las ecuaciones vuelan y saltan constantemente de un lugar al otro. Están desparramadas en múltiples e infinitas dimensiones. Van desde una lágrima a la inmensidad de los océanos y desde allí surgen y se posan en tu boca.
En tu mano atrapas y sueltas el polvo de generaciones pasadas, presentes y futuras. Te posas tú mismo sobre tus palmas y desde allí te impulsas sobre las nubes que te estrellarán al suelo en forma de gotas.
Te transformarás en vapor después de dejar parte de ti impregnándose en las grietas de la tierra. Serás flor y gusano y en todas tus formas tendrás familia, amigos, enamorados…
El fuego quemará tus nalgas y te hará saltar apurado hacia otras llanuras. El humo secará pupilas y no habrá lágrimas para consolarse. Desde la boca de un volcán te escupirán la cara y te harás piedra. Y con el tiempo arena y luego pies y uñas.
De los ladrillos compactados de la playa saldrán flotando almas fantasmas. Y ellos serán nosotros y nosotros seremos ellos. Y las hojas de aquel árbol que ya se lleva el río acumuladas en un rincón hará la mezcla mágica del mago discreto.
Cualquiera se pondría loco si intentara alcanzar la fórmula insólita de la vida. No solo el musgo procesando lodos, caracoles y estiercos, sino esa luz emanada de la distancia exquisita. Precisa presencia calculada, cálida, colocada cual casi intencionado propósito.
¿De dónde sale la luz? ¿a qué oscuridad prenderá en su momento? ¿en qué momento?.
Las preguntas salen sobrando en estas “coordinancias” universales. La sencillez y la humildad serán los caminos a escoger para evitar la locura y lo inútil del conocimiento.
Ni siquiera alcanzaría tal medida el instrumento más avanzado de nuestra limitada creación. Nos queda la sorpresa y el sorprenderse, los sentidos y su sentido, el destino y sus destinos.
Cada vuelo, cada aletada, cada intento, empeño o emoción, está supeditado a un pasado calculado en esas infinitas llamas de afluentes que emanan en diversas dimensiones simultáneas, paralelas y precisas.
No hay accidente, ni Dios, ni magos ni niños manipulando o creando los inmensos abismos inalcanzables del universo. Hay niños y magos y Dioses y accidentes inmiscuidos en las precisas “coordinancias” del universo.
Todo un manjar de pensamientos sueltos y disueltos y un escaso tiempo para determinarlo, por lo menos, en esta “coordinancia” terrenal. ¡Salud!. Mínimo Caminero.
massmaximo@hotmail.com
(El autor es artista plástico dominicano residente en West Palm Beach).
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