Este organismo expresa la diversidad y valora su aporte en la construcción de la identidad del país que quieren.
Redacción (Zenit).- Los representantes de las Iglesias católica, evangélica, anglicana y adventista, la comunidad judía y un conjunto de organizaciones sociales se han unido para conformar el Consejo Interreligioso Social de Venezuela.
Esta constituye “una estructura de reflexión y acción basada en la pluralidad, cuya contribución será generar consensos para mitigar los graves problemas que vive nuestra sociedad”, según declara en una rueda de prensa el obispo auxiliar de Caracas y secretario general de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), monseñor José Trinidad Fernández.
“Nos hemos reunido desde noviembre del año 2019, animados por la búsqueda de soluciones que contribuyan al bien y a la paz, que nos permitan mostrar la posibilidad de construir confianza donde hay precariedad, ver esperanza donde se ve solo fatalidad, vislumbrar vida en lugar de muerte y destrucción”, expresó Mons. Fernández durante la rueda de prensa.
Este Consejo estará integrado por la Iglesia Católica, representada por la Conferencia Episcopal, el Consejo Evangélico, la Iglesia Adventista, la comunidad Judía, la Confederación Unión de Iglesias Cristianas (UNICRISTIANA), la Iglesia Anglicana y el Consejo de Iglesias Históricas de Caracas.
Integración y esfuerzo colectivo
El Consejo Interreligioso Social de Venezuela tiene el objetivo de fortalecer la capacidad de integración y esfuerzo colectivo entre los distintos sectores del país. Un espacio de comunión sin exclusiones para todos los actores religiosos, políticos y sociales que deseen trabajar juntos por el bien de la familia venezolana, practicando aquellas virtudes que son la base de una buena acción política: la justicia social, la equidad, el respeto mutuo, la tolerancia y el respeto a las libertades.
Asimismo, este organismo expresa la diversidad y valora su aporte en la construcción de la identidad del país que quieren.
“Es particularmente urgente, ante la emergencia humanitaria y la crisis global generada por la COVID-19, así como la migración masiva, unirnos con amplitud de perspectivas, para que nuestro querido pueblo pueda enfrentar la emergencia, reencontrar la paz y comenzar unidos la reconstrucción del país”, añade el obispo.
“Este trabajo conjunto de las Iglesias, comunidades religiosas, organizaciones basadas en la fe y los sectores sociales permitirá anunciar los signos de paz y de reconciliación posibles, con mecanismos de construcción inclusiva y animada por un espíritu participativo y solidario, capaz de recuperar los valores comunes que deben sostener las acciones urgentes que hoy necesita nuestro pueblo”, concluyó Mons. Fernández.
Principios y objetivos
- Conformar un espacio de planificación de actividades conjuntas, inspiradas en el bien común, la promoción de la dignidad humana y la ejecución de respuestas oportunas de asistencia humanitaria a los grupos más vulnerables de nuestro país, que permitan mejorar la vida individual y colectiva de nuestro pueblo.
- Impulsar la reflexión, el diálogo genuino y el entendimiento recíproco entre todas las comunidades e instituciones religiosas, organizaciones basadas en la fe y los distintos actores sociales y políticos de la sociedad venezolana teniendo como marco los derechos humanos y la dignidad humana.
- Unir a toda la familia y comunidades religiosas venezolanas, a fin de articular una solución para todos los sectores del país capaz de hacer prevalecer el bien común.
- Sensibilizar a los líderes políticos para que restablezcan con urgencia una cultura del diálogo y paz, basada en la garantía de los derechos humanos, el respeto de las instituciones democráticas y el Estado de derecho.
- Crear mecanismos para la construcción inclusiva de propuestas, con un espíritu participativo y solidario, capaz de hacer de Venezuela un país en el que el valor trascendente de la vida, el respeto a las diversas posturas y creencias, el trabajo y los valores que nos unen sean los que construyan la paz social.
- Asumir el compromiso y el derecho de las comunidades e instituciones religiosas, organizaciones basadas en la fe y de los entes sociales a servir de soporte a la mutua comprensión entre todos los habitantes del país.
- Animar las iniciativas que promueven desde los diferentes sectores políticos, económicos, religiosos y sociales, el trabajo perseverante de todas las personas de buena voluntad que se dedican, desde su propio ámbito, a edificar un mundo de paz, solidaridad y respeto recíproco.
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