Santo Domingo (República Dominicana).- El cierre ejecutado por la Junta de Vecinos del Residencial Cuesta Brava, de una vía pública que sirve de desahogo hacia la Jacobo Majluta, puede degenerar en una desgracia advierten los conductores afectados.
La negativa al paso por el residencial impide a cientos de conductores usar la vía en sus propósitos de dirigirse a sus destinos ya que los residentes en el residencial colocaron garitas y y jóvenes como seguridad para limitar el tránsito por la vía que cruza la zona.
Según denuncias, la situación podría concluir en una desgracia por las acaloradas discusiones entre conductores y las personas dispuestas como seguridad por el reclamo de los afectados de derecho constitucional al libre tránsito.
Los afectados indican que ese residencial fue diseñado con tres calles para el desahogo del tránsito, que concluyen en la avenida Jacobo Majluta, pero fueron cerradas para impedir el acceso de los no residentes.
La colocación de limitantes al paso por la vía que atraviesa el residencial se estableció a pese de existir una sentencia de la Segunda Sala de la Cámara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia, que lo prohíbe y ordena demoler las garitas levantadas para estos fines.
Los quejosos citan que, mediante la sentencia es la No.883-2009, de fecha 21 de octubre de 2009, mediante la cual, el tribunal ordena al alcalde de entonces, Roberto Salcedo, demoler dos garitas que obstaculizan el libre tránsito en las calles Ercilia Pepín y Salomé Ureña del referido sector, ubicado en la parte noroeste de la capital.
La sentencia condena a Roberto Salcedo al pago de un astreinte de 5 mil pesos por cada día de retraso en el incumplimiento de la Sentencia de Amparo que fue solicitada por la Asociación de Vecinos de Puerta de Hierro, Inc. y la Junta de Vecinos de Buena Vista.
También existe la Resolución No. 41-2007 del Concejo Municipal que ordenó la demolición de las garitas, pero el síndico Roberto Salcedo no la ejecutaba.
La decisión de cerrar de nuevo el paso a cientos de vehículos provenientes de los sectores aledaños, principalmente, los residenciales Puerta de Hierro y Buena Vista, entre otros, provocan taponamiento del tránsito que se extiende por más de cuatro kilómetros en la carretera La Isabela, generando intranquilidad entre los usuarios que tardan horas para cruzar ese trayecto y llegar a sus centros de trabajo.
No obstante, al taponamiento de la vía principal, en la calle interior al residencial se cuentan más de una docena de muros, de los llamados policías acostados, que hacen más lenta la movilidad de los vehículos, contribuyendo de este modo al congestionamiento del tránsito.
Ante esta situación los conductores demandan la intervención inmediata de la alcaldesa Carolina Mejía o de lo contrario van a proceder a derribar por su cuenta las garitas ya que para ello cuentan con dos Resoluciones de la Sala Capitular y una Sentencia de un Tribunal y que las autoridades no han querido ejecutar
“Hoy, a eso de las seis y media de la mañana la situación se tornó al rojo vivo”, comento una usuaria de la vía que no quiso ser identificada.
Todo ocurrió, explicó, cuando decenas de conductores que se desplazaban en ambas direcciones con destino a sus centros de trabajo, no podían cruzar por la vía, realidad que se repite cada día debido a que la Junta de Vecinos ha habilitado horas exclusivas para permitir el paso y con las que no siempre se cumple.
Tras surgir la pandemia de la COVID-19, la Junta de Vecinos del residencial Cuesta Brava, Arroyo Hondo, Distrito Nacional, volvió a cerrar el tránsito por el interior del habitacional.
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