Mi observatorio
Es imposible para mí olvidar ese histórico 24 de abril del 1965 cuando estalló la revuelta popular que buscaba reponer en el poder al profesor Juan Bosch porque mi padre fue víctima del abuso de poder cuando celebraba ese noble acontecimiento.
Recuerdo como hoy que yo con apenas 8 años tuve que soportar el acoso y persecución política de que fue víctima mi padre, Rafael Santamaría (Fellito) por el solo hecho de ser dirigente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y defensor de la Constitución de 1963.
Cuando la cabeza visible del Triunvirato, Donald Read Cabral fue desplazado del poder, mi padre inició en Monte Plata la celebración presentándose en la puerta de mi casa ubicada en la calle Altagracia esquina Sánchez diciendo a viva voz “voló el pato Donald” y a seguida el pueblo se tiró a las calles a celebrar.
Pero la celebración duró poco porque los militares destacados en Monte Plata, bajo la dirección de Fabio Santana comenzaron los actos de represión para acallar a quienes se manifestaban defensores del alzamiento para reponer en el poder al profesor Juan Bosch.
Recuerdo como ahora que mi padre, como dirigente fundador del PRD, fue el primero en ser apresado por los militares represivos bajo el absurdo alegato de ser “un comunista” y llevado al cuartel del Ejército y luego fueron arresados todo el que se expresara en favor del retorno a la constitucionalidad sin elecciones.
Más de un centenar de dirigentes del PRD en Monte Plata, fueron llevados en camiones a la Base Aérea de San Isidro y ahí se inicia el periplo de mi madre Felicita Santana junta a Doña Tuddy viuda Peña y muchas mujeres más que en compañía del asesinado Padre Arturo buscaban la libertad de los apresados.
Luego que mi padre y los demás apresados fueron liberados, mi progenitor tuvo que irse a la zona constitucionalista para evadir la tenaz persecución e integrarse al comando de Monte Plata, bajo el mando del capitán Bienvenido Méndez que estaba en la Fortaleza Ozama.
Mientras mi padre se refugiaba en la zona constitucionalista, mi madre Felicita Santana se quedó en Monte Plata al frente de la casa y al cuidado de mi hermano mayor (Rafaelito) y yo soportando todas las vicisitudes habidas y por haber que representaba la persecución política de entonces.
Así es que ese 24 de abril del 1965 nunca he podido olvidarlo pese a que cuando se inició la revuelta apenas contaba con 8 años de edad y ha pasado el tiempo y sigo recordando ese hecho como el más noble acontecimiento de un pueblo en defender la Constitución-
(El autor es periodista residente en Monte Plata).
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