Aunque «casi» nadie piensa en ello, el planeta tierra, al que también llamamos mundo, anda dando vueltas en un espacio oscuro e infinito ¡a la buena de Dios!.
¿¡Se imaginan en donde estamos parados!?. Yo estoy consciente que casi nadie depara en ello. ¡Despertaos hijos míos! Andamos «montaos» en una bola flotante hacia un rumbo que ¿quién carajo sabe dónde parará?.
Mientras tanto, aquí en lo cotidiano, nos vamos «entreteniendo» con veinte mil pendejadas, bueno, la verdad es que no queda de otra. No podemos sentarnos a llorar esperando el sablazo con el que chocaremos «algún día»…
De todas maneras, y ya sabiendo el «trágico final» al que en algún momento arribaremos. Esperemos que «esa suerte» no nos toque a nosotros…el egoísmo es una de las «debilidades» atadas a nosotros…
Pero bueno, vayamos al asunto. ¿cómo miramos al mundo? Yo podría apostar, aunque nadie me daría por ganador, que todos los que habitamos el planeta…estamos locos.
Solo basta con echarle una miradita a los cientos de mensajitos que uno recibe en su celular para llegar a la «ecuánime» resolución de que ¡todos estamos locos!.
Si usted piensa que está fuera de esa lista, piénselo dos veces. Ya seguro le ha pasado que «ha» reenviado uno que otro de esos mensajitos sin sentidos, especulativos, inventados y «posteados» quien sabe por cuál de todos los locos planetarios.
Si la crisis de la pandemia no lo «toco» cerebralmente, ya andará afectándose por los misiles rusos que abriga cada noche en sus sueños. Si es un sobreviviente de la pandemia, seguro no lo será cuando estos niños terminen su juego.
Pero, si logramos sobrepasar este último ataque de histeria, no se preocupe, que lo próximo que nos tienen guardado para acabar de destruirnos los nervios, es la lluvia de naves espaciales extraterrestres que nos visitarán tan pronto nadie se recuerde de Ucrania.
Yo tengo que admitir que perdí la cordura y que soy un loco más del montón. Mi locura me ha cogido con el silencio. Pero es normal después de ser bombardeado por 400 mensajes de textos en donde cada uno de ustedes tiene algo que decir de algo que le dijo «alguien» al que también le dijeron…
¿Cómo miramos al mundo?, Pues yo no sé ustedes, pero yo lo estoy viendo cada vez más pervertido. Y no es que «antes» fuera una monja de convento, pero con esta facilidad mediática en donde podemos ser los promotores de pensamientos e información errática…imagínense.
Los medios tradicionales de información nos mantienen «informados» de acuerdo a la inclinación política que apoyen. Una matanza en Colombia podría resultar menos dramática que una en México…todo de acuerdo el medio en donde se lea.
La invasión de Ucrania ha movilizado más al mundo en cuanto las sanciones al invasor que las que nunca recibió un Estados Unidos por las más de cien que ha realizado.
Uno es comunista cuando no es estúpido y ve lo que los otros ni siquiera se atreven a mirar.
O es un gran capitalista cuando se es estúpido mirando lo que no puede ver.
Julián Assange, fue perseguido, asediado y enjaulado por intentar mostrar lo que no veíamos, solo imaginábamos. Su valor y esfuerzo es parte del olvido del mundo. Intentar cambiar la visión del mundo es un juego peligroso.
El hervidero del mundo sigue librando batallas medievales buscando una cima que se hace escurridiza entre uno y otro. Que se disuelve como agua entre las manos y que nunca lograremos retener así matemos o callemos a todos.
La locura no tiene sentido. El juego de la vida parece una cancha de futbol en donde a los 90 minutos del partido acabada la euforia, unos se van victoriosos y otros cabizbajos. A la siguiente semana se reanuda el juego y los vencidos serán vencedores y los vencedores serán humo de las cenizas.
¿Cómo miramos al mundo?. Yo no sé ustedes, pero yo hace tiempo que lo veo desde la Luna. Desde esta soledad silenciosa solo puedo decir que se ve hermoso. ¡Qué pena que esté lleno de locos!. ¡Salud!. Mínimo Caminero.
massmaximo@hotmail.com
(El autor es artista plástico dominicano residente en West Palm Beach).
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