Santo Domingo (República Dominicana).- La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH-RD) propuso al electo presidente de la República, Luis Abinader, la unificación del viejo y el nuevo modelo de gestión penitenciaria del país.
Manuel María Mercedes, presidente nacional de la CNDH-RD, y Feliciano Selmo, director del Departamento Penitenciario, en una carta dirigida a Abinader, solicitaron al Congreso de la República, la rápida aprobación de la ley que crea un solo sistema de gestión y administración penitenciaria.
Además, sugieren transferir, mediante decreto, las funciones de la Dirección de Prisiones al Nuevo Modelo de Gestión y Administración Penitenciaria, y designar, por decreto, mediante nombramiento, un solo director que se encargue de dar los pasos para la unificación del viejo y el nuevo modelo.
Igualmente, Mercedes y Selmo solicitan que el decreto contenga el traspaso total de todos los centros que están bajo el control de la actual Dirección de Prisiones.
Recordaron que desde el año 2004 hasta la fecha, se ha venido desarrollando en República Dominicana, la instalación penitenciaria y el Nuevo Modelo de Gestión Penitenciaria, es el resultado de la exigencia de las organizaciones de derechos humanos del país y de instituciones como la organización de Estados Americanos, las Naciones Unidas, la Federación Internacional de Derechos Humanos, Amnistía Internacional, entre otras, que trabajan el tema penitenciario.
Señalan en la misiva que las causas que dieron origen al establecimiento de este Modelo de Gestión y Administración Penitenciaria, aún no han sido satisfechas, y que en la actualidad existen 18 Centros de privación de libertad, que se encuentran dirigidos por el viejo modelo, es decir, por la Dirección General de Prisiones.
La CNDH-RD indica que el Nuevo Modelo cuenta con 22 Centros de Rehabilitación para privados de libertad, lo que en su totalidad suman unos 40 Centros, donde se encuentran 27 mil hombres y mujeres, y califican el sistema como un «cementerio de hombres vivos, donde el hacinamiento, la falta de salas, agua, alimentación y el proceso de reintegración social, son insuficientes para contribuir a su reinserción social e integración a la sociedad».
Por ello, considera que se hace urgente la eliminación del viejo modelo, representado en la Dirección General de Prisiones, «pues esto no solo significa un costo para el Estado, mantener los dos modelos, sino que mientras uno avanza en la reinserción social, y crea la base para una justicia rogada, el viejo modelo de Gestión Penitenciaria es visto como, un antro de corrupción e impunidad, pues a quien envían a uno de esos centros, en pocos días cambia de estatus social. La mafia existente parece ser indetenible por los grandes beneficios que el mismo genera».
Mercedes y Selmo destacaron que se hace urgente detener la mala práctica existente en el viejo modelo, denominado como mercado inmobiliario, «consistente en la venta de espacios físicos a los privados de libertad, tráfico de drogas, llegando al extremo, que desde ahí se vende y consume más drogas que en cualquier barrio de la capital».
También denuncian que desde los centros dirigidos por el viejo modelo se planifican crímenes, robos, tráfico de drogas, estafas y cobro de tarifa, y allí todo se compra y se vende a la vista de las autoridades, sin que las mismas establezcan control sobre esa situación.
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