Descubrí la alegría, cuando me percaté rodeado de tristezas…
Caminar con una sonrisa desparramando amor es magia. Soy un milagro vivo de energía. Poderosa vibración que se esparce contagiando todo lo que toca desarmando pasiones y destellos de ansiedad.
Abrir los brazos como cristo, invocando bienestar y venturas es algo maravilloso. Pedir a la corriente transparente, que fluye cual río por el mundo, construir afectos que, como un eco, salten tocando corazones afligidos.
Hamlet Lima Quintana, llama a estos seres «gente necesaria» dice; «hay gente que, con solo abrir la boca, llega hasta los límites del alma» «que, con solo decir una palabra, enciende la ilusión y los rosales».
¡Qué maravillosa es esa gente! ¿cuánto necesitamos de ellas?
Constante y diariamente intento ser una de ellas. Educo a mi corazón para que no menosprecie a la gente negativa. Le comunico que precisamente es a estos a quienes debemos alumbrar.
El universo sabe muy bien para que estamos en este mundo y «quienes» han de cargar más pesado que los otros. Si usted está en el camino de la iluminación se habrá dado cuenta…como ponen a prueba su paciencia.
La procesión de almas «endramadas» es infinita y constante. Parecería que venimos al mundo a sufrir sin encontrar oasis duraderos de bienestar.
Silvio Rodríguez dice; «el dolor que no curen los ángeles, ojalá, que no pueda volver» y Orozco Barrientos, quien da título a este escrito nos canta; «celador que levantas las almas para cantar y aunque «sea muy tarde» siempre quieres bailar».
Al final, creo que la dosis para saber vivir es vivir bien… pero ¿qué es? o ¿cómo se vive bien?
Ni el celador de sueños, ni la gente necesaria y ni siquiera los ángeles podrán ser la sombra de nuestros pasos. No estarán presentes constantemente como lo estamos con nosotros…
Nuestros diálogos más íntimos, nuestros mayores dilemas están en nuestra propia cabeza, son nuestros y de nadie más.
Podríamos compartirlos buscando consuelo, consejos o «confabulaciones» pero al final quien tendrá que realmente resolverlo es uno.
Haga una pausa y vuelva a abrir los brazos hacia el cielo. Esta vez parece en medio de la calle y sienta la brisa y la energía que por ellos entra. Hágalo en medio de todos y no le dé mente que piensen que está loco…aunque eso ayuda.
Sonríales y envíeles como rayos esas buenas energías y vera el milagro retornar a usted con la sonrisa de ellos.
¿Qué es y cómo se vive bien? ¡Pues así! Como ya les he explicado, pero aquí les va otra descarga.
Usted recibirá lo que da. Si solo se la pasa quejándose, abrumándose, amargándose de todo o de lo que usted es o parece…no espere que vivirá bien.
Vivir bien es aceptar el papel que el universo nos «asigno» conscientes de que, contrario a los matrimonios, tiene una cláusula de «terminación».
Fluir con lo que nos pasa es armonizarnos con ese destino y en consecuencia como no existe oposición el dolor también fluirá dando cabida a sensaciones positivas y de bienestar.
Cuando todos sintamos que usted es una nota afinada en el concierto de su vida, empezaremos a afinar también nuestros instrumentos y en consecuencia todo lo que lo rodea se convertirá en una sinfonía de Beethoven, ¡perdón! De Bienestar…que es casi lo mismo.
En otras palabras, si usted se convierte en un celador de sueños será una «gente necesaria» levantando almas. Y «ese» dolor, que no curan los ángeles, aunque vuelva…no encontrara de donde asirse…!entendió!. ¡Salud!. Mínimo Caminero.
massmaximo@hotmail.com
(El autor es artista plástico dominicano residente en West Palm Beach).
Aquí les van las canciones.
https://youtu.be/WOcakUOnylY
https://youtu.be/fSMQYKp5dyI
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