Por Tomás Guevara
Washington D.C. (VOA).- Teorías de conspiración, noticias falsas y bulos informativos circulan por las venas de las redes sociales en un torrente que llega a los teléfonos celulares y de ahí salta a la credulidad de miles de usuarios de esas plataformas de uso masivo que terminan multiplicando las campañas de desinformación, entre estas sobre las vacunas para la COVID-19.
En Estados Unidos como en varios países latinoamericanos se ha tratado de contrarrestar mensajes de grupos religiosos que circulan información engañosa como la de células de fetos abortados; también figura en la lista los temores que a través de la vacuna le implantarán un chip al vacunado, y más común todavía es la que vocifera que la vacuna produce infertilidad.
El doctor en salud pública y social de la Universidad Estatal de Arizona, Gilberto López, se dio cuenta que los datos que él manejaba en sus redes sociales con científicos e investigadores sobre el coronavirus y las vacunas para frenar la pandemia, distaban grandemente de la información que circulaba entre su parentela mexicana en California y al sur de la frontera.
López empezó a calcular el impacto que esto tendría en los esfuerzos de inmunización entre latinos en Estados Unidos y el resto de países de la región.
“A mí esto me tocó de manera personal y fue así que dije: hay que hacer algo”, comenta el galeno a la Voz de América desde Arizona, desde ahí enlazó con otros centros académicos y grupos comunitarios para crear un plan para hacer frente a los engañosos mensajes que circula en las redes sociales.
Como estas plataformas mueven en segundos mensajes en español desde Estados Unidos a Centroamérica -según constataron- y otras latitudes del continente, y viceversa, el problema adquiere mayores dimensiones, explica López, por lo que la estrategia consiste en inyectar “el antídoto” por el mismo torrente digital.
OPS señala problema y gobiernos reconocen impacto
Conseguir dosis suficientes para inmunizar contra el COVID-19 a los países latinoamericanos no es el único reto para la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que ve crucial también hacer frente a la desinformación sobre las vacunas que circula por la red.
Esta organización, parte del sistema de Naciones Unidas, ha montado en las últimas semanas -a medida llegan más dosis a la región- varios eventos en línea para contrarrestar los mensajes antivacunas en países como Guatemala, Honduras y Costa Rica.
Para la directora de OPS, Carissa Etienne, la desinformación es una grave amenaza para la salud pública, y en situaciones como la pandemia se ha vuelto más dañina al socavar esfuerzos de inmunización a través de las vacunas aprobadas hasta hoy.
«Dado que la información poco confiable se propaga rápidamente, la OPS está colaborando con empresas tecnológicas como Twitter, Google y Facebook para hacer frente a las noticias falsas y garantizar que el público pueda encontrar fácilmente la información precisa», dijo Etienne días atrás.
El presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, médico de profesión, dice que el país tiene capacidad para montar hasta 548 centros de vacunación, pero hasta ahora no llegan a operar 50, en gran parte porque mucha gente se ha dejado embaucar por las campañas de desinformación sobre las vacunas y no se registran. La franja de vacunados mayores de 70 años es demasiado baja, dijo.
Giammattei señaló que líderes de algunas iglesias propagan mensajes de desinformación; sin embargo, desde la Alianza Evangélica de Guatemala, su presidente Juan Manuel Medina, dice que por el contrario, están haciendo llamados para que la población acepte la vacuna, aunque reconoce que habrá zonas que por el bajo nivel educativo los mensajes de redes sociales estén generando desconfianza en algunos creyentes.
La Iglesia Católica de Guatemala también dice que impulsa desde los púlpitos los mensajes para que la población acepte las vacunas como una solución rápida para volver a las actividades litúrgicas normales, el sacerdote Manuel Abac comenta que el mismo Papa Francisco ya se vacunó y ha llamado a la población católica a sumarse al esfuerzo de inmunización global.
Tecnológicas quieren atajar desinformación
En enero de este año Google anunció la donación de 3 millones de dólares para reforzar el trabajo global contra la información falsa que circula en la red con la creación del “Fondo Abierto Contra la Desinformación sobre las Vacunas COVID-19”, iniciativa enfocada en esfuerzos periodísticos para verificar datos engañosos.
“Mientras la pandemia de la desinformación sobre el COVID-19 ha sido de naturaleza global, la desinformación también ha sido usada para enfocarla en poblaciones específicas”, consignó la tecnológica de Silicon Valley en su blog.
Google considera que investigaciones sobre el tema indican que las audiencias que encuentran desinformación y los que buscan información correcta en general no se cruzan en las rutas de la red.
La administración del presidente Joe Biden acusó a los servicios de inteligencia rusos de estar detrás de campañas de desinformación sobre las vacunas y en especial de las utilizadas en la nación norteamericana y otros países occidentales, todo para minar la confianza de la población en sus gobiernos, adujo.
En Estados Unidos predomina una fuerte tradición de crear estadísticas de todo fenómeno; en cuanto al proceso de vacunación se ha deducido que la desinformación tiene parte de responsabilidad en el rezago de los latinos como grupo minoritario en recibir las vacunas.
El vicepresidente de gobierno del condado de Montgomery en Maryland, Gabe Albornoz, comenta a VOA que en ese poblado inmediato a Washington DC y de más de un millón de habitantes, donde el 20 % son latinos, la desinformación está entre las razones de la baja aplicación de vacunas en este grupo.
No obstante, celebra que a pesar de eso, todavía están adelante como gobierno local en comparación con otras jurisdicciones del estado de Maryland, y no se diga a nivel nacional. La vacunación entre hispanos en Estados Unidos apenas llega al 15% en total, según datos del Centro para el Control de Enfermedades (CDS), ligeramente superior al de afroamericanos, pero lejos de la población blanca.
Infiltrar en la red mensajes de contraataque
Inyectar en la red información veraz para contrarrestar la desinformación es el objetivo principal del colectivo COVIDLATINO y organizaciones enganchadas en este grupo que ven crucial hacer un balance ante el caudal de falsas noticias, pero piensan atajar por los mismos canales.
Mustafá Hasnain, cofundador de Creative Frontier en Washington DC, dice a Voz de América, que no será posible frenar la desinformación intentando atacarla por medios tradicionales, porque corren a diferentes velocidades y con públicos diferentes.
Su organización comenzó a crear mensajes para contrarrestar la islamofobia –que también se multiplica por redes sociales-, la pandemia al igual que procesos políticos han puesto en evidencia el lado oscuro de las tecnologías de la información en cualquier punto del mundo, dice y en el caso del coronavirus igual encuentra rasgos de violencia en los mensajes.
Con el apoyo de Creative, COVIDLATINO tiene en plan desarrollar 15 cortos de animaciones educativas que tienen la meta de esclarecer los conceptos erróneos sobre las vacunas que se han enquistado en la conciencia de miles de usuarios; algunos siguen creciendo como bolas de nieve.
Los cortos han sido desarrollados en español retomando aspectos culturales de los latinos, y son tan válidos para entrar a un chat de grupo de WhatsApp, en un mensaje de Facebook o como respuesta a una sugerencia engañosa en Instagram o Twitter, dicen los autores, para cualquier punto del continente de habla española.
La apuesta principal, acota el doctor Gilberto López es tener armas digitales “y muy creativas” para contrarrestar la apabullante avalancha de mensajes negativos que navegan en el universo virtual.
Cada una de esas falsas informaciones y teorías de conspiración han sido desvirtuadas por la ciencia y los expertos en la materia.
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