Washington (RT.com).- El presidente de EE.UU., Joe Biden, ha asegurado este jueves en rueda de prensa que su país «no busca una escalada de tensión con Rusia», horas después de firmar en esta misma jornada un decreto para imponer nuevas sanciones a Moscú.
Biden aseguro que no pueden «permitir que una potencia extranjera interfiera» en el proceso democrático estadounidense «con impunidad», tras acusar a Rusia de llevar a cabo ciberactividades maliciosas como el incidente con la empresa SolarWinds, así como de la supuesta injerencia en las elecciones presidenciales de 2020. Asimismo, subrayó que «fue claro» con el presidente ruso, Vladímir Putin, en el sentido de que Washington podría «haber ido más allá» en las sanciones.
En este sentido, el mandatario afirmó que si Rusia «sigue interfiriendo» en la democracia estadounidense, está dispuesto a tomar «más acciones para responder», en consonancia con lo que considera su «responsabilidad» como presidente de EE.UU.
No obstante, recordó que durante su «larga historia de competencia» los dos países han logrado «encontrar formas de gestionar las tensiones y de evitar que se salgan fuera de control». Además -indicó- hay áreas en las que ambas naciones «pueden y deben trabajar juntas», como lo demuestra la extensión por cinco años del tratado de desarme START III.
«Es el momento de reducir la tensión»
«Estados Unidos no busca iniciar un ciclo de escalada y de conflicto con Rusia. Queremos una relación estable y predecible», reiteró Biden, precisando que, durante su conversación «sincera y respetuosa» con Putin le propuso mantener una reunión en Europa este verano.
«Ahora es el momento de reducir la tensión. El camino a seguir es a través de un diálogo reflexivo y un proceso diplomático», explicó el presidente norteamericano, para añadir que Washington «está preparado para seguir avanzando de forma constructiva a través de ese proceso».
«Mi conclusión es la siguiente: allí donde haya interés para EE.UU. en trabajar con Rusia, deberíamos hacerlo y lo haremos», destacó Biden, que subrayó, no obstante, que cuando Moscú «busque violar los intereses» de Washington, su país «responderá».
Sanciones de EE.UU. contra Rusia
Las nuevas medidas punitivas incluyen la deportación de 10 empleados de la Embajada rusa en Washington D.C. y afectan a 16 entidades y 16 individuos que estarían implicados en la supuesta injerencia rusa durante las últimas presidenciales de EE.UU., celebradas en noviembre de 2020.
Asimismo, el Departamento del Tesoro de EE.UU. ha prohibido a las instituciones estadounidenses participar en el mercado primario de bonos que emitan a partir del próximo 14 de junio el Banco Central de Rusia, el Fondo de Bienestar Nacional o el Ministerio de Finanzas ruso, así como prestar fondos a esas instituciones.
Este organismo norteamericano también ha señalado a seis empresas rusas por proporcionar apoyo a un programa del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia, al «ayudar al desarrollo de herramientas e infraestructura para la realización de actividades cibernéticas malignas».
EE.UU., también ha impuesto sanciones contra ocho individuos y entidades asociados con la «ocupación» de la región de Crimea, que votó en referéndum reunificarse con Rusia tras el golpe de Estado que se produjo en Ucrania en 2014.
La inevitabilidad de medidas recíprocas
El embajador de EE.UU., en Moscú, John Sullivan, ha sido convocado en el Ministerio de Exteriores de Rusia, donde las autoridades locales le han indicado que tomarán «una serie de medidas recíprocas» a las sanciones en un futuro próximo.
Durante su reunión con el diplomático norteamericano, el viceministro ruso de Exteriores, Serguéi Riabkov, le indicó que Moscú estima «inaceptables» las últimas acciones de EE.UU. porque, contrariamente a su intención declarada de «desarrollar relaciones pragmáticas» con Rusia, «les asestó un nuevo golpe duro», según ha comunicado la Cancillería rusa.
El analista político Carlos Puente Martín considera que la medida puede llevar a un aumento de la inestabilidad en varias regiones. Asimismo, recalca que la respuesta de Moscú a las sanciones injustificadas podría dañar a algunos países de la Unión Europea.
Por su parte, el economista Juan Carlos Bermejo considera que las acciones de Washington contra la deuda pública rusa podrían generar un aumento de la inflación a medio y largo plazo, lo que tendría repercusión en la población.
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