Jason Beck/MLB.com
HOUSTON — La transformación del puertorriqueño Javier Báez de campocorto de altos ponches y bajo promedio de bateo a jardinero central de mucho contacto y buen promedio en los Tigres parecía haber llegado a expensas del poder… hasta que llegó el sweeper colgando del abridor novato de los Astros, AJ Blubaugh, con las bases llenas en la tercera entrada el miércoles.
Báez no le dio con demasiada fuerza, pero tampoco tuvo que hacerlo. Desde que le dio, supo que su batazo se había ido. Su primer jonrón del año fue un grand slam, y abrió un juego que brevemente parecía uno en que nuevamente los Tigres perderían una ventaja tempranera.
Detroit salió eventualmente con la victoria por 7-4, evitando una barrida en la revancha de la Serie del Comodín de la Liga Americana del año pasado y recuperando impulso de cara a Anaheim para una serie de cuatro encuentros contra los Angelinos.
Ninguno de los tres partidos en el Daikin Park se desarrolló como los duelos de pitcheo de la postemporada del año pasado. El final de la serie del miércoles fue más un festival de batazos en el enfrentamiento de lanzadores novatos Blubaugh – subido para su debut en MLB – y el principal prospecto de los Tigres, Jackson Jobe. El cuadrangular de dos carreras de Colt Keith en la segunda entrada fue el primero del año para él, anulando el cañonazo solitario del dominicano Jeremy Peña en la primera entrada.
Pero el gran golpe fue de Báez, cuyo promedio de .296 sería más alto que cualquier cifra que haya registrado en una temporada completa. Si bien ha aumentado su tasa de contacto y ha disminuido sus tasas de swings a lanzamientos fuera de la zona y de swings en blanco, sus batazos de poder sólo se habían traducido en seis dobletes, incluyendo tres en sus cuatro partidos anteriores. Después de que el sencillo con dos outs de Riley Greene y el boleto de Keith llenaran las bases antes de él, el boricua cayó en un hoyo de 0-2 persiguiendo sweepers, un enemigo familiar para él.
Después de una recta de 95 millas por hora fuera de la zona, Blubaugh volvió a acudir al sweeper. Lo localizó justo fuera del plato, pero lo dejó alto y en la trayectoria del bate de Báez. El batazo resultante habría salido de apenas cuatro estadios de Grandes Ligas, según Statcast, pero fue perfecto para el Daikin Park. El primer grand slam de Báez desde el 2 de julio del año pasado construyó una ventaja de 7-1 para Detroit, aunque esa diferencia nunca se sintió del todo cómoda.
El doble de dos carreras del venezolano José Altuve redujo la brecha y sacó a Jobe sin outs en la quinta entrada. Brenan Hanifee llenó las bases, llevando la potencial carrera del empate al plato, pero ponchó a Cam Smith y retiró a Brendan Rodgers para detener el impulso de Houston. El cuadrangular solitario del boricua Víctor Caratini en la séptima entrada contra Tyler Holton encendió otro ataque de los Astros, llevando de nuevo la rayita del empate al plato antes de que Holton abanicara al bateador emergente, el dominicano Yainer Díaz.
Boletos consecutivos de Altuve y el mexicano Isaac Paredes trajeron la carrera del empate al plato nuevamente en la octava, pero Tommy Kahnle ponchó a Christian Walker para terminar la amenaza.
Hunter Greene terminó con el tercer encuentro de cuatro hits de su carrera, y ahora batea de 37-18 de por vida en el Daikin Park.
Jason Beck ha estado a cargo de la cobertura de los Tigres para MLB.com desde el 2002.