Puerto Príncipe (Haití).- Los ataques perpetrados desde hace más de dos meses en Kenscoff, una comuna en las alturas de Puerto Príncipe, han dejado al menos 262 muertos y 66 heridos, de los cuales al menos el 53% eran miembros de la población y el 47% personas asociadas agrupos criminales, según un informe publicado hoy por la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití (Binuh) y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh).
«La información recopilada y verificada por nuestros equipos después de una investigación exhaustiva establece que los ataques contra Kenscoff fueron extremadamente brutales, con el objetivo de sembrar el pánico entre la población», dijo la representante especial del secretario general en Haití y jefa de la Binuh, María Isabel Salvador.
Hombres, mujeres y niños fueron ejecutados dentro de sus casas, mientras que otros fueron asesinados a tiros en carreteras y senderos mientras intentaban huir de la violencia.
Los cuerpos de las víctimas fueron quemados. También se cometieron actos de violencia sexual, incluida la violación, contra mujeres y niñas.
Alrededor de 200 casas fueron destruidas o incendiadas y más de 3.000 personas tuvieron que huir.
Los grupos criminales llevaron a cabo estos ataques con el fin de extender su control sobre las localidades montañosas de Kenscoff, con el fin de desestabilizar la comuna de Pétion-Ville. Al extender su influencia en esta zona, los grupos criminales y quienes los apoyan también tratarían de debilitar aún más a las autoridades de turno.
El primer día de los ataques, el 27 de enero, las fuerzas de seguridad haitianas se desplegaron con retraso. Sin embargo, posteriormente, y a pesar de los limitados recursosy personal que operaba en varios frentes en toda la capital, gradualmente fortalecieron su presencia en la comuna de Kenscoff, con el apoyo de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad.
Este despliegue ha frenado el avance de los grupos criminales, pero aún no ha restablecido el orden público.
Los últimos ataques se registraron en la comuna de Kenscoff entre el 24 y el 27 de marzo, lo que demuestra la continua presencia de grupos criminales y su capacidad para establecer muchas células en esta zona. Desde el comienzo de los enfrentamientos, cuatro miembros de las fuerzas de seguridad han muerto y otros cuatro han resultado heridos. Un miembro de la MMAS también resultó herido.
Desde el inicio de los ataques, los servicios del Estado, entre ellos la Dirección Nacional de Agua Potable y Saneamiento (Dinepa), agencias de la ONU y varias organizaciones no gubernamentales (ONG) nacionales e internacionales han brindado asistencia humanitaria y medidas de protección a los afectados por esta violencia.
Sin embargo, estas iniciativas siguen siendo insuficientes ante la magnitud de las necesidades y el trauma psicológico que experimentan los supervivientes, especialmente los niños, que han sido víctimas o testigos directos de violencia extrema, incluida la violencia sexual.