Redacción (Telesur).- La música en el Caribe y en Latinoamérica en general tiene recursos para todos los gustos, que suelen ser manejados e interpretados por quienes tienen un mayor conocimiento por experiencia de los códigos que se mueven en estos todavía enigmáticos territorios.
La calle es usualmente el sitio de la enseñanza, de la reflexión, del alerta cotidiano. Con esos códigos, a veces muy sutiles y a veces explícitos. Como ejemplo de lo explícito está la famosa décima de Ignacio Piñeiro, el sonero cubano quien hizo de la crónica un arma: Alto quién va/ ¡la guerrilla!/ muchachos machete en mano/ que esos son nuestros hermanos/ pero de mala semilla…/ vagos, mal entendidos/ borrachos y pervertidos/ que venden a Cuba/ su tierra/ la patria donde han crecido/.
Igual lo haría Carlos Puebla: “Se acabó la diversión: llegó el Comandante/ y mandó a parar!
Hay una muy famosa de Pedro Ortíz Dávila, El legendario Davilita de Puerto Rico: “ Y da rabia mirar cómo se ensañan/ traidores y extranjeros con mi pueblo/ Dónde vamos, qué buscamos/ qué queremos / Ya está bien de esclavitud/ van cuatro siglos/ Ya está está bueno de ser como el cordero/ Seamos como el yunque de Luquillo”.
El yunque y el cordero
Los alertas transmitidos a través de la música vienen desde el mismo proceso de invasión de los territorios de la Abya Yala. Tanto los pueblos originarios como los esclavizados que llegaron procedentes de África tuvieron en sus acordes y rituales los elementos que fortificaron sus resistencias. Muchos de esos elementos perduran y se han mantenido en forma de tradición.
Ese sentido de resistencia, de ironía e incluso de hacerse el desentendido para despistar al adversario que intenta someter al que resiste se ha mantenido en el tiempo adquiriendo sonoridades surgidas del mismo proceso colonizador, y del mestizaje.
El tango, el joropo, la canción ranchera, el vallenato, el son montuno, la guaracha, el galerón, el tamborito, el palo de mayo, el merengue, el candombe, en fin la inmensa diversidad musical que somos mantiene nexos con esa resistencia ancestral, y con la vigente.
Ejemplos de alerta
Hace muchos años el destacado director de orquesta y músico de Puerto Rico Tommy Olivencia ( ya fallecido) popularizaba un tema de altos quilates: “Y ¿cómo lo hacen? / yo no sé/ ¿Cuál es el negocio? /sepa usted/ Qué bien vive ese señor/ qué bien vive esa señora/ sin trabajar se mantienen/ y visten muy a la moda/ Y ¿cómo lo hacen? – yo no sé…” Y claro, aborda el tema de la corrupción y de la observación desde la calle, tema vigente en Venezuela por estos días.
Y cómo lo hacen
Lilí Martínez Griñán, el genial guantanamero pianista que estuvo con Arsenio en la revolución del son sencillamente escribió y acompañó para que el Sonero Mayor Miguelito Cuní se luciera: “Ahora sí que estoy de veras/ y yo sé como tú eres/ no te metas no te metas/ estoy que me desbarato/ Tú eres medio mentecato…/ ¡pero yo como candela!/ No juegues conmigo que yo como candela”. (Y venía Chapottín con aquella trompeta que, válga Dios).
Yo sí como candela
También en la voz del también cubano Benny tenemos aquello de “Me conocen bien/ pero no me tratan/ del amigo soy amigo/ del falsario no lo soy/ yo bien sé como yo soy/ yo soy como sean
conmigo…trátame como soy.”
Avanzando más en el tiempo encontramos, por ejemplo a Ángel Canales: “Este es el sonido/ que el americano oye y no entiende/ sentimiento de un latino en Nueva York”.
Hector Lavoe con Willie Colón: “Cuidado en el barrio/ cuidado en la acera/ cuidado donde quiera/que te andan buscando… por tu mala maña de irte sin pagar”.
Hay un tema de Orestes Varona que la Orquesta Aragón y también Charlie Palmieri pusieron a rodar: “Engáñame bien, chaleco/ que te conocí sin manga. Si tú crees que yo soy bobo/ te equivocaste de lleno/ pues yo parezco muy bueno/ pero en el congo soy lobo/…que te conocí sin manga…”
Otro de los infaltables es el del nacido en Matanzas, Justo Betancourt: “Yo que soy mulato oscuro/ tengo la mente en mi sitio/ y estoy bueno de salud/ pa bravo, yo/ Yo, que tengo
sentimientos/ tengo sangre de africano/ y canto con gran virtud/… Pa bravo, yo/ pa bravo, yo/ yo te lo digo…”
Y por ahí se cuela el inolvidable Bernardo Palombo, el argentino prestado a la más dura de las salsas, con el Conjunto Libre: “Desde Quisqueya hasta el Plata/ de las pampas a La Habana/ somos sangre, voz y parte/ de esta tierra americana.
Latinoamericanos somos/ del centro, norte y del sur/ por un presente de lucha/ por un futuro de luz/ esta es mi imagen latina/ este es mi nuevo cantar…” Y Andy González puso a sonar aquél histórico bajo con su mensaje musical. Duro.
Eddie Palmieri e Ismael Quintana apuntaron alto: “Justicia tendrán/ justicia verán en el mundo los desafortunados/ con el canto del tambor/ la justicia yo reclamo. Justicia tendrán/ justicia verán en el mundo/ los discriminados/ recompensa ellos tendrán/ no serán perjudicados…/justicia pa los boricuas y los niches”
De igual manera también sonaron y bien fuerte cuando alzaron la música con “No no no no me trates así/ esclavo de ti/ ¿la libertad?
Lógico/ la libertad’ lógico… La verdad es que Ismael Quintana junto a Eddie Palmieri fue una de las duplas imprescindibles para cantar con valentía.
Que te están velando
“Siento una voz que me dice/ agúzate/ que te están tirando/ siento una voz que me dice/ agúzate / que te están velando/ Y yo pasaría por tonto/ si no supiera/ que uno tiene que estar mosca por donde quiera/ Y es por eso que yo digo/ de esta manera/ que ese individuo no sabe/ en qué se metió”.
Ricardo Ray y Bobby Cruz por delante.
Agúzate
O como decía Alí Primera: Hay que saber dónde espantan, para pasar agachados.
En fin, que acudimos a unos muy pocos ejemplos de la música del Caribe, sobre todo la salsa para señalar que la canción indica muchas veces la intención y hasta el camino.
Agúzate, que lo que se sabe no se pregunta.
Sigo pa’ lante
“Estoy tan lejos de lo que quiero ser pero me alegro de poder comprender los contratiempos de mi camino/ sigo pa’lante por mi tierra y mis hijos.
Estoy tan lejos más no vencido tengo ideales, también amigos/
tengo recuerdos que han hecho historia, lo saben mi alma y mi memoria.
Mis abuelos criaron a mis padres pasando todo tipo de necesidad/
¡Ay! Pero nunca jamás, dieron un paso atrás. Y tejieron banderas con las fibras más bellas/ fibras santas de la dignidad, raza, orgullo, esperanza, sin rendirse jamás.
Estoy tan lejos de lo que quiero ser pero me alegra tener en quien creer/ Tengo mi pueblo, pueblo latino sigo pa’lante por mi tierra y mis hijos.
Saca la cara dentro’e la multitud/ di presente, ven y camina conmigo/ Aquí nadie se rinde y vamos haciendo camino/
Es más bonito cantar cuando el canto es compartido…”
(José Nogueras. Puerto Rico)-
Por Lil Rodrìguez
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