Vamos a ver esta historia, en el principio Dios creó a Adán, y luego, vio que este no podía soportarse en su soledad dándole entonces, a Eva. Compañera que haría sus días más «llevaderos» …
¿Acaso no sabía Dios que uno más uno ya era motivo suficiente para crear la desigualdad entre los «hombres»?
Siempre me he preguntado ¿de qué se trata este juego que es la vida? ¿para qué y por qué estamos aquí?.
Se han estipulado toda clase de teorías y el hombre, si, ese mismo que «Dios creó», se ha inventado todas las posibles teorías para «justificarse» … al final, seguimos en las mismas y … no sabemos nada de nada…
Volvamos al génesis; (origen del mundo) ¿quién lo escribió? Moisés, ¿de dónde lo sacó?. Entre el 1491 y 1450 antes de Cristo. Durante los 40 años que pasó en el desierto.
Y dijo Dios; «sea la luz «y vio, que la luz…era buena» … ¿acaso vivía Dios en la oscuridad?.
Y así fue creando día tras día algo nuevo y distinto hasta completar su obra… en el sexto día, crea al hombre y la mujer.
Dice Moisés que Adán, vivió 930 años.
Entonces Eva, conmina a Adán a comer del «fruto prohibido», la manzana que todos solemos comer en diciembre, y !zas! Se jodió esta vaina.
Se supone que el fruto prohibido, en donde estaba el «conocimiento» del bien y del mal, no debía de conocerlo el hombre, pero estos, Adán y Eva, decidieron probarlo.
El nombre de Adán, en hebreo, significa «tierra» el de Eva «dadora de vida» o sea que, Eva, le da vida a la tierra…
La palabra «Evangelios» del griego, «euaggelion» significa; buena noticia y «coincidencialmente, Eva, está inmiscuida en esta, o sea «la buena noticia es la dadora de vida» …un asunto complicado para la que «motiva» a Adán a buscar el conocimiento prohibido por Dios, condenándonos a morir…
¿Por qué tenía prohibido al hombre buscar el conocimiento? O quizás mejor nos preguntamos ¿por qué Dios no quería que adquiriéramos «ese» conocimiento?.
La pregunta es: ¿cuál conocimiento?.
Han tenido que pasar miles de años para que el hombre, en verdad, adquiera «cierto conocimiento». Independientemente de Dios y su «abstracta presencia».
¿Dónde está Dios?. Esta pregunta es inquisidora y, obviamente, «blasfemica» para muchos. Dios está en el temor, precisamente, de no saber nada de esta vida.
Nos hemos visto «obligados» a «crear algo» que nos «de sentido» y ante ese «algo» Moisés, tuvo la «brillante idea» de dar un origen o «génesis» a nuestra presencia terrenal…
Fuimos creados como hombre, Adán o tierra, y Eva, para «darnos vida». Es decir, «tierra que cobra vida». Eso suena mucho a «aquel» otro Moisés llamado Charles Darwin, quien en los 1800, planteó que somos el producto de una evolución que «brota de la tierra» … ¿De dónde más?.
En el ensayo «principio de la población», de Thomas Malthus, quien seguía las lecturas de Darwin, dice; «si no se «controla» la población humana, esta crecerá de forma geométrica haciendo que escaseen los alimentos en la tierra»…
A día de hoy, 2021, con más de 7 mil millones de habitantes, y un virus, COVID-19, surgido de manera «sospechosa» en donde se nos está «obligando» a ponernos una vacuna, también surgida de forma sospechosa, podríamos preguntarnos ¿qué se está tramando en el mundo?.
¿Acaso los estudios del genoma humano ya están completos y logramos dar con la inmortalidad del hombre? ¿no serán estas vacunas una dosis para «morir después» y eliminar la mayor cantidad de seres humanos para darle cabida a «esos» que serán eternos?.
José Saramago, en su libro; intermitencias de la muerte, dice; «al día siguiente, no murió nadie» … y nos plantea en su libro «el desastre que seria, el no morir».
Si no nos morimos, llenaremos el planeta de tanta gente que, como dice Malthus, acabaremos con sus recursos.
Si ya descubrimos la inmortalidad y lo soltamos ahora, no podremos subsistir en un mundo en crecimiento exponencial. Lo lógico sería «eliminar» al 90% de la población con unas «vacunas salvadoras», cuyos efectos mortales llegarían en unos años, de un «virus surgido de la nada» y con características de pánico en donde se les «obligue» a todos a «inyectarse «eso» que los salvará de un virus que mata a menos del 1% del que lo adquiere».
Cuando quedemos, porque yo no me pienso inocular, el 1% de la población actual vivos, entonces darán a la luz el descubrimiento de la inmortalidad y tendremos el tiempo y el espacio suficiente para «rellenar» este mundo sin pensar en que adoleceremos de escaseces por los próximos 930 años tal y como Moisés «vivió»…
Yo sé que este melodrama mío es tan insólito como la misma historia de Adán y Eva. No fue necesario pasarme 40 años en el desierto para «recrear» el génesis apocalíptico del hombre. Es solo que a cualquiera le da con escribir cualquier vaina y aparecen miles de seguidores dispuestos a cortar cabezas en nombre de «esa verdad» que ni uno mismo sabe de dónde la sacó…
Si existe Dios, debería de venir a poner orden antes que nos hagamos eternos y ya no necesitemos de su paraíso prometido. La manzanita aquella sí que brindó conocimiento… un tanto atrasado pero seguro… por lo menos a esos que no seremos vacunados y que viviremos por los siglos de los siglos. !Salud!. Mínimo Caminero
massmaximo@hotmail.com
(El autor es artista plástico dominicano residente en West Palm Beach).
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