A Pleno Sol
Es una mala decisión, la del ministerio de Educación de inscribir a los estudiantes de escuelas públicas sin actas de nacimiento. Nada puede servir de justificación a una acción burocrática que pone en peligro la modernización de la docencia.
Desde hace años, la Junta Central Electoral realiza campañas para que las madres procuren las actas de nacimiento de sus hijos. Inclusive el Cuerpo de Paz ha hecho extensas jornadas para legalizar a los niños.
En muchos centros de maternidad se procede a la inscripción de los recién nacidos, por lo cual lo que se tiene que fortalecer es el sistema, y no ponerle una brecha, en una medida que nadie sabe porque se produce.
Lo ideal es que el ministerio de Educación trabaje en coordinación con la Junta Central Electoral y el ministerio de Salud Pública para dotar a los niños de actas de nacimiento. Con esta circular se oficializa el desorden.
En los colegios privados uno de los requisitos inviolables, es que el niño tiene que tener su acta de nacimiento para ser matriculado. Lo mismo debe pasar con la escuela pública.
Cierto que en los campos y en los barrios hay madres que no se preocupan por la legalidad de sus hijos, por lo que hay que trabajar con ellas, y advertirles que no podrán inscribir a los niños en las escuelas sin las actas de nacimiento.
Se podría pensar que es una ligereza del ministerio de Educación, y que la medida será derogada de inmediato. Fallan los procedimientos burocráticos del ministerio si desde hace 25 años se inscriben niños sin actas de nacimiento, y nunca se le ha buscado corregir a esa irregularidad.
En ocasiones el país cae en fisuras institucionales que pueden ser prevenidas y corregidas. Con un sistema educativo con múltiples problemas, dar pasos a la improvisación no es la acción correcta.
En unas semanas se inicia el próximo año escolar en medio de grandes incertidumbres. Se llegó a varios acuerdos con la Asociación Dominicana de Profesores, y esa es una inflexión favorable.
Pero con una presupuesta millonaria, es de lamentar que la educación esté al borde del abismo. Vamos a realizar un esfuerzo máximo para salvar el venidero año escolar, y dejamos sin vigencia que se puedan inscribir a niños sin actas de nacimiento. ¡Ay!, se me acabó la tinta.
(El autor es periodista residente en Santo Domingo, República Dominicana).
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