Santo Domingo (República Dominicana).- El expresidente de la Confederación Dominicana de la Pequeña y Mediana Empresa (CODOPYME), Issachart Burgos, solicitó a la Comisión de Alto Nivel para la prevención y control del coronavirus reactivar la inversión para la pequeña y mediana empresa, para evitar que una gran cantidad de estas terminen cerrando sus operaciones.
Burgos afirmó que el capital de las Mipymes fue consumido y agotado en estos días de paralización por la pandemia.
Sugirió la necesidad de ejecutar un plan de reactivación económica, donde no solo se reabra la economía sino que también sea acompañada de un programa que conlleve una inversión importante de fondos públicos en construcción, infraestructuras y compras gubernamentales, que contribuyan a inyectar dinamismo económico, en lo que se produce la recuperación del turismo, las exportaciones y la activación de la inversión extranjera.
El dirigente empresarial dijo que la mayor preocupación del sector es preservar los puestos de trabajo que se han generado, porque en el sector formal hay cesanteados alrededor de 800.000 empleados.
«Es probable que cuando se levante definitivamente, en junio, la suspensión oficial muchos de esos empleados no puedan retornar a sus puestos de trabajo, ya sea porque la empresa no tiene la demanda de producción para poder volver a colocarlo, o porque en algunos casos también la empresa cierre la línea de producción donde estaban esos trabajadores desempeñándose», expresó al ser entrevistado por el periodista Federico Méndez en el programa «Esferas de Poder», que se transmite los domingos por RNN Canal 27.
Burgos, que es uno de los representantes de las Mipymes en la Comisión de Alto Nivel designada por el Poder Ejecutivo para trabajar en el área económica, indicó que la desescalada de la economía se abrió con una tasa de cambio que ronda el 60 por uno.
«Aún así, se observa una gran escasez de divisa en el mercado producto de zona franca, turismo, la caída de las remesas y de la inversión extranjera, es decir, la economía dominicana a corto plazo no está generando los dólares que la demanda está requiriendo», subrayó.
Consideró que la oferta está muy por debajo de las disponibilidades de divisas, lo cual depende mucho de las fluctuaciones del mercado.
«A todo esto se suma el desabastecimiento que ocurrió durante la pandemia, que detuvo la llegada de muchas importaciones al país, entonces, al reanudar esas importaciones también salieron muchos comerciantes a comprar dólares para pagar sus compromisos», agregó.
Burgos planteó que esa situación generó un incremento de materias primas y de repuestos, que ronda entre un 10 y un 20%.
Señaló que esto significa que las empresas que comenzaron a operar, como talleres metalmecánicos, automotrices y de fabricación de muebles entraron con un costo de producción de entre un 10 y un 20% superior, por los insumos y materias primas que consumen, al igual que el mantenimiento de las medidas sanitarias.
Especificó que las medidas de distanciamiento social que deben tomarse por recomendación del sistema sanitario han incrementado los costos operacionales entre un 3 y un 5% para ese sector de la economía.
«Esto nos indica que a pesar de que tenemos una disminución importante en la demanda, los costos de operación se incrementaron por estos dos elementos que hemos citado, en alrededor de un 20%», adujo.
Burgos expuso que informó a la Comisión que las Mipymes, como un sector vulnerable, se colocarían entre los impactados por la inminente crisis económica que vendría por la pandemia, producto del cierre de más del 60% de la economía.
«Con la agravante del alto nivel de informalidad de la economía dominicana, donde en la composición que tenemos, el 89% de las empresas que son micros, de ese 89% el 90% son informales», manifestó.
Burgos aseguró que los trabajadores informales, al igual que los propietarios de esas empresas, no pudieron entrar al Fondo de Asistencia Solidaria al Empleado (FASE).
Indicó que la pequeña empresa, que no tiene un capital que le permita trabajar más allá de algunos días, se vio confinada a consumir lo que tenía y al mismo tiempo no pudo recibir el apoyo gubernamental en los meses de abril y mayo del programa FASE.
«Es decir, que siendo el sector que más aporta a la economía, que más aporta en empleo al PIB, también somos el sector más impactado por la situación económica que se ha generado con el tema de la pandemia», insistió.
El dirigente empresarial se mostró de acuerdo con las medidas que en materia sanitaria han adoptado las autoridades porque lo más importante es preservar la salud de la población.
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