La toma de posesión -el martes 14- del mayor general Ramón Antonio Guzmán Peralta como director general de la Policía Nacional me provocó algunas conjeturas, basadas en adverbios de probabilidad. Conjetura es un juicio formado a partir de indicios y derivado de la observación de personas y de acontecimientos.
Mis presunciones están basadas en el hecho, ya no posible, de que el señor Gonzalo Castillo y su Partido hubiesen ganado las elecciones de 2020. Estimo que lo ocurrido en el amplio patio frontal del Palacio de la Policía no habría acontecido. Quizá algún jefe policial tomara posesión en un salón cerrado, sin la presencia de gente como Mu-kien Sang Ben, por ejemplo.
Ante esa eventualidad, Guzmán Peralta sería un coronel retirado o tal vez un excoronel, mientras quienes, con acusaciones falaces, intentaron anularlo porque prestaba servicios al entonces candidato presidencial Luis Abinader, estarían dirigiendo la PN y otros organismos de seguridad. Continuidad de lo que hubo, para peor.
La historia se escribe con hechos realizados, con verbos en pretérito, pero hay un tiempo denominado futuro de conjeturas que permite enjuiciar los acontecimientos y relacionarlos con otros, incluso con hechos que pudieron ocurrir y no ocurrieron. Si Castillo ocupara la presidencia, probablemente fuese doctor honoris causa de alguna universidad.
Si el llamado Penco fuera el presidente de la República, no hubiera sido posible la ventilación del gran entramado de corrupción predominante en los 16 años de gestión peledeísta. El despilfarro de recursos estatales por la reelección de Castillo superaría el derroche de su campaña de 2020. Pero lo llamarían excelentísimo.
Si el PLD estuviera gobernando, no mantuviera la campaña de ataques al Ministerio Púbico, pues no habría una Miriam Germán en esa posición ni tampoco Yeni Berenice Reynoso hubiera revelado lo que era capaz de hacer bajo una atmósfera de transparencia y disposición gubernamental para perseguir la corrupción.
Cabe pensar que, si Castillo ocupara el solio presidencial, la vicepresidenta Margarita Cedeño estaría disgustada por no ser la cabeza de la boleta para 2024. Incluso, se estaría conjeturando que entre ambos no se cruzan palabras y que ella no asistía a los actos públicos. También supongo que Jean Allan no sería “yutuber”, sino ministro.
Quienes intentaron desmeritar y excluir de la PN a Guzmán Peralta no triunfaron en sus planes nefastos, por eso hoy asume el compromiso de impulsar y mejorar esa institución. Si el PLD y su gente gobernaran, este oficial podría estar reclamando la revisión de su caso para ser reintegrado como coronel. Por ventura, el pueblo dominicano decidió mejor destino.
rafaelperaltar@gmail.com
(El autor es periodista y escritor residente en Santo Domingo, República Dominicana).
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