A Pleno Sol
La República Dominicana necesita un gran pacto de nación, para poder lograr su desarrollo global. Todos los sectores nacionales se deben ver involucrados y tomados en cuenta en ese necesario acuerdo.
Siempre es traumático hablar de unión de esfuerzos cuando se está en medio de un vendaval electoral, y todos tratan de conseguir fuerzas para sus aspiraciones en lo personal y colectivo.
Pero es ahí, en medio del combate de los votos, cuando los partidos y las personalidades tienen que afincar posiciones sobre las necesidades del país. Es más necesario que nunca, si se toma en cuenta que los programas de gobierno son libros olvidados.
Se dirá, con toda la razón del mundo, que todos los pactos sociales que se han firmado en el país, se han quedado en el intento. Muchos discursos, almuerzos y café, para luego seguir en las mismas enemistades y enfrentamientos.
La política partidista hay que comenzar a verla como la acción de las circunstancias o las coyunturas. Es en base a pactos sellados con la verdad o las buenas intenciones, que se podrá avanzar. La unidad para un proyecto de nación no significa que se terminen las posiciones grupales o personales.
Por el contrario, estas se verían intensificadas con planteamientos claros de hacia donde se va, y lo que hay que superar. Ahora, no se puede pensar en amigos o enemigos. En la fragilidad de la vida partidaria los amigos pasan y se esfuman, y los enemigos de ayer, pueden ser los mejores amigos de ahora.
Algunos de los temas sueltos que en un gran pacto nacional se podrían incluir está el permanente alto costo de la vida. Para una mayoría significativa de dominicanos, los precios aumentados de los alimentos y las medicinas es su principal preocupación.
Más aún cuando los salarios en el país están deprimidos al máxima, y un pago base rayando los 17 mil pesos mensuales no es suficiente para satisfacer las mínimas necesidades. También se debe contar con la legión de desempleados y de excluidos sociales, que a duras penas subsisten.
Controlar el alto costo de la vida tiene, por lo menos, dos ingredientes: estabilizar los precios, poniendo fin a la usura y al agiotismo, pero garantizando que los alimentos y las medicinas podrían ser adquiridos a precios reducidos.
Lo importante es dar los pasos hacia un diálogo que pueda terminar en un pacto nacional. Difícil de lograr, pero si los líderes son incapaces de concertar, nada podrá concretizarse y todo se desmoronará. ¡Ay!, se me acabó la tinta.
manuel25f@yahoo.com
(El autor es periodista residente en Santo Domingo, República Dominicana).
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