A Pleno Sol
Para defender la Constitución no hay que ir al pasado. Hoy, en lenguaje realista, poco importa que la primera Carta Magna fuera liberar o conservadora. Fue producto de circunstancias, de luchas sangrientas por el control del poder, de civilistas sin fibras patrióticas, de oportunistas a todo nivel, y de los idealistas de una Patria libre e independiente..
La Constitución tiene que ser juzgada al calor de hoy. De las revisiones que le han hecho en los últimos 20 años, y de como ha ido logrando meterse en las fibras del dominicano, que no acepta que se violen ninguno de sus artículos.
Si vamos a la historia dominicana, la constitución, como el país, en la mayor parte de nuestra historia ha sido sometida por la bota de los hombres de fuerza. La intolerancia a normado la vida dominicana desde que nacimos un 27 de febrero de 1844.
La primera constitución fue producto de una copia de las ideas liberales de la revolución francesa, y los cambios que se producían en las colonias norteamericanas. Los afrancesados jugaron un papel fundamental en la redacción.
Al momento de proclamarse la primera Constitución tienen más fuerza mediática y real los hombres de bayoneta que los intelectuales. Los fundadores de la República están conociendo las persecuciones, el exilio, la cárcel y la muerte, y las zoletas de Pedro Santana se enseñorean en el poder.
Honremos el 6 de noviembre como la fecha de inició de la constitucionalidad, pero no se descarten los factores reales de que donde imperaba el sable, los creadores de la primera constitución, en la redacción de muchos artículos tuvieron que doblar las rodillas.
Imposible pensar en una Constitución libre e independiente, donde florece la dictadura, como fue el caso de Rafael L. Trujillo. El doctor Joaquín Balaguer tuvo una constitución a su imagen y semejanza, con muchas lagunas y ausencias.
Uno de los ensayos más firmes para que el pueblo dominicano tuviera una Constitución representativa, fue el de 1963, conjuntamente con el gobierno del profesor Juan Bosch. Los sectores más recalcitrantes del país dieron un Golpe de Estado, y naufragó ese ensayo de democracia popular.
El pueblo dominicano siempre ha luchado por su libertad y su independencia. La mejor lección que todos debemos aprender es la de 1965. Cualquier violación a las normas constitucionales será intolerable e inaceptable para el pueblo dominicano. ¡Ay!, se me acabó la tinta.
manuel25f@yahoo.com
(El autor es periodista residente en Santo Domingo, República Dominicana)
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