Redacción (Telesur).- Esa voz salía a toda hora por las radioemisoras que acompañaron a la generación de los cincuenta y sesenta en Latinoamérica. (Sigue saliendo). Era ya un ídolo completo en su país natal tanto por su condición de pianista como de vocalista e innovador en el jazz. Pero pasó que ingresó a un estudio de grabación en La Habana, Cuba, seducido por la musicalidad y belleza del repertorio latinoamericano, sobre todo de México y de la isla Cubana. Y cuando los caribeños escucharon cantar sus temas en español, sí, pero con un acento raro, a lo inglés, o a lo musiú, como se decía en Caracas terminaron embelesados… y cantando Las Mañanitas, Cachito o la venezolana Ansiedad como lo hacía este personaje, el inmenso e inolvidable Nat King Cole y su entrañable voz.
El King
Nathaniel Adams Coles nació en Alabama el 17 de marzo de 1919. Se le conoció siempre como Nat King Cole, y lo de King lo agregaron quienes le consideraron un rey en el Jazz. Luego él eliminaría la S final de su apellido y quedaría Cole.
Su padre, Edward Coles era diácono en una iglesia Bautista y su mamá, Perlina Adams tocaba el órgano, también el piano. Fue la única maestra musical que tuvo el excepcional Nathaniel. Para ese entonces estaban en Chicago donde había una animada vida nocturna y muchos locales para el Jazz.
Route 66
No resulta extraño que Nathaniel estudiara piano y se inclinara por la música dada la aptitud materna y el ambiente hogareño. El jazz y la música religiosa (también la música académica) fueron frecuentes en su hogar y entorno, y con ellas estaría durante toda su vida. Habiendo logrado notoriedad como pianista, vendría la faceta de vocalista, toda una sorpresa porque él no se consideraba cantante, y posteriormente la de intérprete en español, que es el tema que nos ocupa. Nat, el King, logró en 1940, cuando contaba con 21 años un buen contrato discográfico con el sello Capitol, con el que desarrolló su carrera. Eso dio mayor estabilidad y posibilidades para sus proyectos.
Para la década de los cincuenta, Nat King Cole ya era un ídolo, un consagrado y uno de los mayores vendedores de discos en Norteamérica.
Unforgettable
En La Habana
Si tomamos las palabras de nuestra colega cubana Rosa Marquetti, tendremos varios detalles bien importantes:
Dicen que en su debut en el Tropicana cantó dieciséis canciones y descargó al piano, haciendo gala de su excelencia en el instrumento. El trío de Cole se integró a la orquesta dirigida por Armando Romeu para acompañar al King, quien se sentó al piano y comenzó a entregar sus canciones. Fue todo un éxito. Era 1956, 2 de marzo para mayor exactitud.
Sólo un incidente parece haber empañado la brillantez del debut del King en La Habana: la elección de su alojamiento. Por su categoría, le correspondía el mejor hotel de la ciudad, pero esta vez –otra vez- el Hotel Nacional perdió la oportunidad de tener entre sus huéspedes de ese año al mítico jazzman y cantante: era negro y allí no cabía.
Al cambiar de propietarios en 1955, la nueva gerencia del Hotel Nacional de Cuba, la International Hotels Company tuvo que lidiar con esa mala sombra –cuentan los autores del libro “Hotel Nacional de Cuba. Revelaciones de una Leyenda”. En 1956, Nat King Cole (…) tenía un jugoso contrato para cantar en Tropicana y pensó que el mejor alojamiento debía ser ese hotel. Rodney, el artífice, del show de Tropicana, le aconsejó que no forzara la situación. El coreógrafo explicó el asunto a los manejadores del casino, hombres de Meyer Lansky, que se encargaron de allanar el terreno. Un escándalo a esas alturas perjudicaría la imagen de los negocios de la mafia en La Habana. Sin embargo, el contrato de Nat era por corto tiempo. El artista se hallaba en la cresta de la fama. (…) Semanas antes de viajar a La Habana, los principales diarios norteamericanos repudiaron el ataque recibido durante la presentación en un teatro de Birmingham, Alabama, por parte de miembros del autodenominado Consejo de Ciudadanos Blancos, mientras cantaba. La International Hotels Company prometió al agente de Cole que cuando volviera a la Isla podría hospedarse en el Hotel Nacional de Cuba.”
Ante el éxito de su debut habanero, la gerencia de Tropicana no tardó en proponerle un nuevo contrato, y ya tan pronto como en septiembre del mismo 1956 se anunciaba en algunos medios el retorno triunfal de Nat King Cole al cabaret Tropicana, lo que ocurriría en febrero de 1957. En su edición de enero, la revista Show anunciaba la presencia de Cole en la pista del salón Bajo las Estrellas, a partir del 1 de febrero”. Su registro de huésped de 1957 quedó en el Hotel Nacional de la capital cubana al lado de otros famosos como Frank Sinatra, Agustín Lara, Lucho Gatica, Sara Montiel, los Chavales de España, Libertad Lamarque y Lola Flores, por citar a algunos.
Cachito
“No se recuerdan llenos como los que se anotara el cabaret Tropicana con las presentaciones de Nat King Cole –afirmaba la revista Show en su edición de marzo de ese año- lo que prueba las simpatías de que goza el maravilloso cantante”.
Cole regresaría en 1958 a Cuba, siempre según los datos recopilados por Rosa Marquetti. Fue su tercera gira cubana. Cumplía una agenda intensa, pero lo mejor estaba por venir. Ciertas fuentes afirman que Ramón Sabat, presidente y dueño del sello cubano Panart –concesionario de la Capitol- convenció al cantante para grabar en La Habana un disco completo en español, incluyendo algunos temas cubanos. Otras fuentes indican que fue el propio Cole el de la iniciativa. Lo cierto es que el lunes 17 de febrero, en jornadas en que el cabaret recesaba sus funciones, Nat King Cole encaminaría sus pasos hacia el estudio Panart, de la calle San Miguel entre Lealtad y Campanario (hoy Estudios Areíto, de la EGREM), en el corazón del hoy barrio de Centro Habana, para iniciar el registro fonográfico de una serie de temas que devendrían clásicos en su discografía.
Nat King Cole encaminaría sus pasos hacia el estudio Panart, de la calle San Miguel entre Lealtad y Campanario (hoy Estudios Areíto, de la EGREM), en el corazón del hoy barrio de Centro Habana, para iniciar el registro fonográfico de una serie de temas que devendrían clásicos en su discografía.
En Caracas
Nat “King” Cole fue el artista del canto con suficiente luz propia para confirmar la fama inicial del Hotel Tamanaco de Caracas. La crónica de la época refiere una visita del cantante el abril de 1959, apoyada por el repertorio del disco Cole… Español, donde el artista ofrecía su pronunciación norteamericana al cantar boleros y chachachás tropicales del calibre de “Quizás, quizás, quizás”, “Tres palabras”, “Noche de ronda” o “El bodeguero”. Cole no hablaba español. A la semana siguiente se presentaría en Maracaibo, en el occidente venezolano.
“Cachito, Cachito, Cachito mío… pedazo de cielo que Dios me dio” fue tarareado con acento “musiú” por el público asistente al Hotel Tamanaco. También los televidentes de Renny Ottolina y su show compartieron el raro goce de pronunciar su español natal, como si fueran naturales de los Estados Unidos del “King” Cole. La curiosidad estilística resultaba tan atractiva que hasta el joven José Enrique “Chelique” Sarabia, suplente de George Stone, director técnico del programa televisivo de Renny, supo agradecerle al famoso animador una visita a la cabina para presentarle al cantante estrella: “Este muchacho— le dijo Renny a Cole en aceptable inglés, también es músico y ha compuesto una canción muy buena llamada “Ansiedad”. Deberías oírla a ver qué tal”. Cole sonrió y prometió escucharla. Poco tiempo después, la grabó en un disco que significó la internacionalización definitiva de la canción y, por supuesto, de su compositor.
Ansiedad
La versión de “Ansiedad” tuvo tinte de retribución del artista a esa masiva aceptación de su estilo, que también lo llevó a grabar otros temas útiles para resolver la paradoja interpretativa de ofrecer canciones en español –un idioma que nunca manejó bien del todo– con una emotiva musicalidad. Ansiedad fue incluida en el álbum “A mis amigos” de ese año de 1959. El ciclo se cerró con su última grabación en español titulada “More Cole Español” de 1962.
Sufrió en carne propia la discriminación racial y la combatió de frente. Llegó incluso a ser agredido físicamente y vivió la presión comercial, el retiro de auspicios y apoyos por el color de su piel y por defenderlo. < /figcaption>
Datos y temas
Sufrió en carne propia la discriminación racial y la combatió de frente. Llegó incluso a ser agredido físicamente y vivió la presión comercial, el retiro de auspicios y apoyos por el color de su piel y por defenderlo.
Fue el primer afroamericano que tuvo programas de radio y de televisión propios. En la Televisión logró sacar 64 episodios de “Nat King Cole Show”, el último de los cuales fue en 1957.
Fue un gran enamorado de la melódica caribeña y cultivó amistad con muchos músicos de Cuba, México, Venezuela y Puerto Rico.
Cole grabó el álbum “A mis amigos” en Brasil e incluyó en él temas del repertorio de ese país suramericano.
Vale siempre evocar y cantar temas que también fueron interpretados por Nat King Cole como Cachito, María Elena, Quizás,quizás,quizás, Las mañanitas, Acércate más, El bodeguero, Noche de ronda, Tú mi delirio, Te quiero, dijiste, Adelita, Aquellos ojos verdes, Capullito de alelí, Ansiedad, La feria de las flores, Guadalajara, La golondrina, Tres palabras, Piel canela, Solamente una vez, Vaya con Dios, A media luz, No me platiques, Aquí se habla en amor.
Un repertorio exquisito para un genial y osado intérprete.
Tres años después de su último álbum en español, partía Nat King Cole el 15 de febrero de 1965, víctima del cáncer, debido a su afición al tabaco. Tenía apenas 45 años.
https://www.telesurtv.net/telesuragenda/osadia-latinoamericana-nat-king-cole-20231031-0023.html
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