Juan de Lemus es un empresario que también ejerce el derecho, una de sus dos profesiones. Lo conozco a partir de un momento -hace más de quince años- que prometió a uno de mis hermanos, de quien es amigo, organizar una huelga en Guananico para exigir la reparación de la carretera por la que se llega a Miches.
Ahora es el momento de corresponderle a De Lemus porque él encarna la vocería de Guananico, municipio de quince mil habitantes, al norte del país, que forma parte de la provincia Puerto Plata. Está ubicado entre montañas y su clamor emerge desde el fondo de un valle y quizás el viento tramontano lo distraiga.
Cada pueblo tiene una carencia que a todos sus naturales duele y mortifica. La de Guananico ha sido proclamada: reclama un camión de bomberos (cisterna). La frecuencia de los incendios aterra a los guananiquenses. Recientemente, dos incendios han dejado dos familias sin casa. Faltaron recursos para sofocarlos.
Pero el trauma de esta buena gente se origina mucho más atrás en el tiempo. Dicen que en el municipio se han originado en los últimos cinco años más de 55 incendios, entre forestales y de viviendas urbanas, con las consiguientes consecuencias en los órdenes económico y habitacional para cientos de personas.
Guananico es un pueblo eminentemente agrícola, donde se produce cacao, café y frutas como mango, aguacate, naranja, entre otros. Como es una fuente de alimentos para la región, de allí salen también muchos víveres. Sin embargo, el miedo a los incendios merma la capacidad de trabajo y la disposición para vivir tranquilo.
Juan de Lemus ha dicho a esta columna que sus compueblanos pudientes acuden cuando se les solicita cooperación para asistir a personas necesitadas, como a los afectados de los incendios. Mas, no es suficiente para equipar eficazmente su cuerpo de bomberos, el cual carece de todo, menos de la voluntad de sus hombres.
Apagar un fuego a puros cubetazos es una acción quimérica y hasta surrealista. Por eso los bomberos de Guananico requieren de un camión cisterna equipado con sus buenas mangueras. Apoyemos al único municipio que cuenta con un museo taíno, el cual coloca a esa localidad en el mapa cultural del mundo.
Juan de Lemus ha llamado al hermano pueblo de Miches -casi a 400 kilómetros- para que sus habitantes apoyen la causa guananiquense. Los empresarios con vocación para impulsar el desarrollo comunitario tienen en Guananico una oportunidad de cooperar. Un camión cisterna complacerá el clamor de este pueblo. Ayudemos.
rafaelperaltar@gmail.com
(El autor es periodista y escritor residente en Santo Domingo, República Dominicana).
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