Santo Domingo (República Dominicana).- El presidente del Instituto Duartiano, Wilson Gómez Ramírez, advirtió que en medio de un marco de provocaciones, República Dominicana ha estado procurando salidas pacíficas y razonables sin haber conseguido el propósito con el conflicto derivado la construcción de un canal del lado haitiano para el desvío de las aguas del río Masacre.
Gómez Ramírez planteó que la actitud dominicana ha sido procurar un entendimiento con Haití, pero es difícil porque no hay un interlocutor válido, y aseveró que el país tiene que defenderse todos los días de declaraciones impropias, muchas veces atrevidas, falsas y agresivas, exigiendo cosas y queriendo inmiscuirse en los asuntos internos.
El jurista manifestó que el país ha agotado todos los recursos tratando de que haya entendimiento con la situación originada, pero lo cierto es que Haití no tiene ese interés.
«No es la primera vez que ellos asumen actitudes, han asumido actitudes en el comercio normal, objetando en determinados momentos la producción nacional», acotó el presidente del Instituto Duartiano entrevistado por el periodista Federico Méndez, en el programa «Esferas de Poder», que se transmite los domingos por RNN Canal 27.
Sostuvo que los árbitros que se ofrecen no son tales porque están prejuiciados y hace tiempo que se han estado identificando con las posiciones de Haití.
«Nosotros cerramos la frontera como país y esa fue una posición correcta porque frente a todo lo acontecido el país tenía que dar una respuesta categórica», adujo Gómez Ramírez al señalar que por cuestiones humanitarias se ha abierto parcialmente la frontera para el tránsito de personas bajo un control efectivo, desde el punto de vista tecnológico, utilizando la biometría.
El exmagistrado del Tribunal Constitucional consideró que el país debe continuar exigiendo respeto a los acuerdos internacionales suscritos con Haití, como garantía de paz.
Asimismo, indicó que se ha permitido el paso de alimentos y medicinas, que es una manifestación más del dominicano hacia la solidaridad internacional.
«La cuestión del desvío del río Dajabón es un acto provocativo porque se inscribe en el marco del desconocimiento de un tratado de tantos años, con tanta fuerza que los dominicanos lo hemos insertado en el artículo 11 del texto supremo», acotó.
Consideró que ha habido mucha soberbia y prepotencia recurrente en el comportamiento de las élites haitianas, tanto oficiales como del sector privado.
«Algunos petulantes están ahí de alguna manera procurando capital político y en cierto modo entienden que de alguna forma respondiendo y provocando a los dominicanos, haciendo cuestionamientos sin base, pueden conseguir adeptos políticos o seguidores para sus proyectos particulares», argumentó.
Gómez Ramírez aseguró que los dominicanos han sido tradicionalmente sumamente prudentes al tratar con Haití, actuando con entendimiento y en ningún caso provocando situaciones.
Por otra parte, consideró que la salida del presidente de Tribunal Constitucional, Milton Ray Guevara, genera preocupación, y planteó que hasta ahora la escogencia de los magistrados del TC no ha tenido la presión social que tendrá la selección de los cinco miembros que reemplazarán a igual cantidad de jueces, incluyendo a Ray Guevara.
Advirtió que los grupos patrióticos, los sectores de justicia que se identifican con el interés supremo de la nación deben estar muy atentos y procurar que la escogencia de los nuevos magistrados esté en consonancia con el mismo. «Porque se sabe muy bien lo que significa ese órgano extra poder en circunstancias y momentos como el que estamos viviendo».
Gómez Ramírez dijo que el TC se ha constituido en una especie de defensa, garante de la soberanía y los mejores intereses de la nación.
«Por tanto, estamos en un momento crucial donde hoy como nunca los integrantes del Consejo Nacional de la Magistratura tendrán que tener muy en cuenta, no solo la capacidad, no solo la honestidad, no solo la vocación de servicio, sino también la rectitud de conciencia del sujeto», argumentó.
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