Las personas hablamos acerca de lo que los medios de comunicación de masa informan, porque lo que no se comunican no existe. De ahí que ha sido considerado el cuarto poder del Estado, luego del ejecutivo, legislativo y judicial. Por eso están llamados a construir una sociedad igualitaria entre hombres y mujeres, donde todos, como indican las normas, tienen los mismos derechos, obligaciones y oportunidades.
Ellos influyen en nuestra concepción del mundo, de la realidad. Pero desde su importante función social, pueden actuar con sesgo de tipo ideológico, sexista, político…, sin embargo, es responsabilidad de los medios de comunicación tradicionales y electrónicos, contribuir a una sociedad igualitaria, junto a la familia y la escuela, como principales agentes de educación.
Es decir, son los encargados de educarnos. No solo como fuentes de información y de entretenimiento u ocio. Estos deben ser verdaderos transformadores de valores y generadores de igualdad, eliminando estereotipos sexistas en las noticias que sirven o difunden. Además de descontinuar el androcentrismo que existe en la población dominicana, el sesgo y los mitos de la agenda mediática e intereses que puedan producir desigualdad.
«Vivimos en una sociedad donde los valores masculinos son considerados más importantes que los femeninos». Los medios de comunicación perpetuan esa tendencia, así como el sexismo que son las actitudes y comportamientos que establecen discriminación entre las personas basándose en su sexo. De ahí la necesidad de que las y los periodistas se mantengan actualizados profesionalmente, capacitados de forma continua. En este caso: en perspectiva de género.
Estas consideraciones emanan del análisis realizado a la conferencia impartida en el taller internacional periodismo con perspectiva de género: la responsabilidad de los medios de comunicación en la proyección de la familia y la igualdad entre los hombres y las mujeres, dictada por la doctora Susana Guerrero Salazar, investigadora de género y lexicología; analista del discurso de la comunicación; docente de lenguaje periodístico.
La capacitación formó parte de la Primera Feria Constitucional Internacional sobre la Familia y la Igualdad, una de las actividades conmemorativas del Día Nacional de los Derechos de la Niñez, desarrolladas recientemente en el país por el Tribunal Constitucional, y que contó con amplia representación de periodistas entendidos en el tema.
La citada experta aseguró que, de acuerdo a un informe de 2022, «en la mayoría de los países del mundo los hombres aparecen en las noticias de los medios firmando más de un 50 % que las mujeres. Pero, en la República Dominicana la brecha es mayor; firman tres veces más que las mujeres. Mientras son destacados en deporte, economía, tecnología, política, la mujer sobresale en salud, sucesos y sociedad. Una desigualdad androcentrista; la visión de que el hombre está por encima de todas las cosas, pudiendo verse la experiencia y aprendizaje de la mujer en un segundo plano».
Recomendó a las y los periodistas combatir los enfoques y conductas precedemente listadas, al eliminar de los escritos, entrevistas, alocuciones…, el sexismo, y androcentrismo, dando nombre y apellidos a las personas: hombres y mujeres, igualdad en titulares y textos. Asimismo, suprimir el micromachismo en los puntos de vista, así como, roles de género, que sólo condicionan nuestras vidas. Como el hecho de que los hombres son buenos para los deportes, en cambio las mujeres…, ¡con su ayuda podemos alcanzar igualdad!
Esto así, porque los medios de comunicación siguen vinculando el ámbito emocional a la mujer, y al mismo tiempo, la invisibilizan con el sesgo de micromachismo. «El nombre propio de las mujeres aparece en un 40% menos que el de los hombres». Por lo que, la profesora en su alocución, invitó a las y los periodistas a corregir ya este soslayo, que quita la potencia y empoderamiento de la mujer. Por ejemplo, en el lenguaje deportivo aparece, disfrazada, tras el nombre de deportistas influyentes.
«Mujeres protagonistas sin protagonismo, porque, aunque lo tienen, lo absorbe el marido, hijo, entrenador…, los medios dan el mérito de su trabajo a cualquier cosa, menos a ellas. Otro sesgo es cuando en las noticias las infantilizan, llamándolas chicas, niñas, muchachas…, en diminutivo, como si no fuese una profesional o cuando aparece como dependiente: la hija de, madre de, esposa de…».
Por otro lado, está la hipersexualización en los medios de comunicación. «La sufre la mujer desde que nace, hasta que deja de estar bella. Un estereotipo social utilizado en las informaciones y publicidad, con frases como «más hermosa que nunca»…, también con imágenes sexualizadas de niñas pequeñas. Mientras a los varones se les regala tecnología, a las hembras maquillajes. Por eso, hay que denunciar el abuso infantil en la moda, el deporte, donde incluso la misma vestimenta o uniforme sexualiza a la mujer».
Como consecuencia de lo citado precedentemente, se puede afectar la salud mental, incluso de niños, niñas y adolescentes, quienes hoy también utilizan filtros en sus fotos en un 50% para cambiar su apariencia, en una ocultación de los cuerpos normales y de la imperfecciones. Conducta motivada desde los medios, dando cabida a nuevas enfermedades, y formas de anorexias, como la alcoholexia, bulimarexia, pregorexia, manorexia, adorexia vigorexia y permarexia, midorexia, entre otras que implican miedo a envejecer, engordar; obsesión con la juventud, tecnología…
En otro orden, todavía hoy lo masculino designa lo femenino en los medios de comunicación, una forma incorrecta morfológicamente. En ese sentido, la Real Academia de la Lengua Española (RAE), en la vigésima tercera actualización del Diccionario de la Lengua Española, 2018, dispuso que al indicar nombres de cargos, títulos, profesiones y ocupaciones…, usar formas específicas si son nombres o sustantivos de dos terminaciones, como abogado: abogada; médico, médica; técnico, técnica…
«El término presidenta está registrado lingüísticamente desde 1803, y documentado en español desde el siglo XV». Por eso la conferencista reiteró el compromiso de los medios de comunicación para eliminar la violencia machista o de género, informar siempre acerca de los abusos que se cometen, su frecuencia, promover mejora de políticas públicas y leyes. Hacer seguimiento para que se cumplan los compromisos de Estado en cuanto al tema, sensibilizar mediante trabajos periodísticos en los que se ha eliminado estereotipos y sesgos.
«Los medios de comunicación tienen mucha responsabilidad para informar de modo correcto y no victimizar a la mujer o viralizar la violencia machista. Deben concienciar a la sociedad, mostrar los recursos que tiene la población a su disposición para erradicar la violencia de género, que ha aumentado en los medios electrónicos, camuflajeada también en la redes sociales, de donde emanan más de nueve tipos, entre ella: voyerismo, acoso, acecho, coacción, violencia simbólica, económica, correo incendiario, ciber violencia, difusión no consentida de imágenes intimas…».
Por eso, es necesario reflexionar acerca de las causas de la discriminación por razón de sexo, recuperar historias de mujeres invisibilizadas, dando a conocer sus nombres y logros. Sensibilizar a la sociedad acerca de la importancia de la igualdad de oportunidades; promover a hombres y mujeres en espacios novedosos; transmitir imágenes y mensajes que no sean sexistas. Al tiempo de identificar los límites de la libertad de expresión, porque las personas no pueden combatir lo que no conocen. En ese sentido, tampoco se pueden promover mejoras, políticas y leyes para erradicar dificultades. La información correcta no admite violencia machista.
Hasta pronto.
santosemili@gmail.com
(La autora es educadora, periodista, abogada y locutora, residente en Santo Domingo, República Dominicana).
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