A Pleno Sol
Dentro de unos dos meses habrá un nuevo gobierno en la República Dominicana. A él le tocará en lo fundamental hacer frente a la crisis económica que ya está presente. Será culpa del coronavirus, que en el mejor de los casos en agosto estará controlado.
Pero desde el momento que el comercio comience a abrir, se notarán los cambios que se tienen que producir en la sociedad dominicana. Ahora hay un largo período congelado, que obligatoriamente tendrá que calentarse cuando la epidemia caiga a niveles controlados.
No hay reelección del actual mandatario. Por consiguiente todo el esfuerzo de Danilo Medina estará dirigido a crear las bases para controlar la epidemia y hacer una transición ordenada. Sin embargo, en lo económico será el principio real de una crisis sin precedente.
No importa quien sea, el nuevo presidente se encontrará con el sector turístico paralizado; el país con las fronteras cerradas o comenzando a ser abiertas; la industria de la construcción reanudando a ligar cemento; el sector agropecuario necesitando ayuda urgente para mantener el reabastecimiento alimenticio, y las recaudaciones impositivas casi al cero.
Su panorama más sombrío lo dictará la gran cantidad de desempleados que le tocarán las puertas. Los hombres de empresa calculan que ahora mismo hay un millón y medio de cesanteados por la crisis económica, y que es posible que un millón se quede sin empleos.
De vista a la calle ese es un panorama explosivo, con el que habrá que lidiar desde un primer momento. Ese ejército de desempleados de las capas medias y pobres tiene las manos atadas a encontrar nuevos empleos. Se debe tomar en cuenta que el desempleo de por si es masivo en la República Dominicana.
Le puede ser más fácil lidiar con el mercado informal. Los buhoneros y trabajadores ocasionales, los vendedores de chucherías, los emprendedores hacen sus propios negocios y solo necesitan que los pesos estén en las calles. Pero con tantos brazos ociosos, también bajarán los mercados de venta, oferta y demanda.
Hay tres candidatos con posibilidades de ganar la presidencia de la república. Desde ya Luis Abinader, Gonzalo Castillo y Leonel Fernández deben tener bien claro cuáles son sus objetivos y programa a desarrollar desde que juren con la banda tricolor en el pecho.
Los llamados cien días, que son norma y ley en los Estados Unidos, tendrán mucho peso en el país. Es el período donde se deberá desarrollar un amplio programa de gobierno y tomar las acciones para reactivar progresivamente a la sociedad dominicana. Solo que no deben venir con viejas recetas.
No se ha hecho escombro la vieja sociedad, se mantendrá vigente, pero la metodología de vida, de trabajo, de estudios, de ver el desarrollo, si tendría cambios radicales y profundos. La misión de este gobierno es controlar el coronavirus, pero del venidero, su titánica marcha estará en relanzar a las fuerzas vivas nacionales. ¡Ay!, se me acabó la tinta.
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