Por Dominga Valdez
El domingo 30 de julio es el Día de los Padres, en República Dominicana.
Siempre observando la misma apatía y dejadez, sobre esta importante celebración.
No hay un despliegue publicitario, para ellos en su día, no la veo y simplemente algunas mujeres piensan que ellos se conforman, con una simple felicitación.
Pero no, el regalo a papá es un gesto de reciprocidad, valorando sus esfuerzos y amor.
Nadie casi habla del tema y los hombres sufren, reclamando en voz baja el discrimen sobre ellos, se sienten tristes y sus quejas las expresan casimente bromeando.
Pero son las madres las llamadas a enseñar a sus hijos, que papá también merece mucho, porque a las mujeres les encantan que les regalen en su día y se enojan muchísimo, si no aparecen regalos para ellas.
Hay millones de padres responsables, proveedores, cariñosos, presentes en la crianza y educación de sus hijos.
Padres que pasan igualmente malas noches cuando sus hijos están recién nacidos y cuidan a sus vástagos cuando enferman.
Los detalles y el cariño nunca están de más y es muy valioso para los hombres saber que se les tiene presente y su familia valora sus dedicación y esfuerzos.
Las Madres deben enseñar a los hijos a respetar, amar y valorar al padre ejemplar y bueno.
Valorar a ese progenitor que se desvive por su familia, ese hombre que madruga a trabajar para que en su hogar no falte nada nunca y que a veces la madre ni trabaja.
Los padres malos, no merecen nada, pero los que valen mucho, merecen recibir regalos, abrazos y cariño, no solamente ese día, sino siempre.
Hay que dar lo que se recibe.
Y si el padre está enfermo, cuidarlo y ocuparse de su salud, cuidados, medicamentos, citas médicas, alimentos, al igual que él lo hizo con sus hijos al criarlos.
El amor es doble vía.
Y papá también merece mucho.
Felicidades papá.
(La autora es periodista residente en San Juan, Puerto Rico).
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