La Internet y ese vástago que conocemos como la Web, ofrece maravillas sin fin, pero a veces los avances tecnológicos pueden ser cuestionables.
Uno de estos avances podría poner fin a la gran credibilidad que tienen los vídeos digitales como evidencia para testimonios incriminantes. También en la solución de casos legales cuando una persona niega haber dicho lo que dijo anteriormente y es confrontado con un video.
Se trata de la herramienta cibernética desarrollada por expertos de inteligencia artificial de las universidades de Stanford y Princeton que permite alterar casi a la perfección lo que dice una persona en un video. Con esta herramienta uno literalmente puede poner palabras en la boca de alguien.
ALTERACIONES – El programa que creó el Max Planck Institute for Informatics lo que hace es analizar el video de una persona que habla ante la cámara y discierne detalladamente los fonema en sus palabras. Fonemas son fragmentos de sonidos dentro de las palabras articuladas por la voz humana.
El próximo paso es crear una versión en tres dimensiones del rostro del hablante de modo que por inteligencia artificial se duplique con precisión cada gesto, articulación y movimientos de músculos faciales, pero esta vez con nuevas palabras. Para lograr la alteración, el software analiza los visemas –sonidos parecidos a los de las palabras originales– tales como la forma de los labios humanos al pronunciar «v» y «f».
El paso final es acudir al programa VoCo, un sistema de editar sonidos de voz creado por la empresa Adobe en 2016, para así completar la alteración total de las palabras originales pronunciadas en el video por el ser humano. El nuevo sistema le permite a los técnicos insertar nuevos vocablos donde estaban las palabras originales sin alterar el movimiento natural de los labios, o los gestos originales.
Para probar la efectividad de la nueva tecnología, los investigadores de Stanford y Princeton lograron «engañar» a 138 sujetos que miraron los videos alterados y se convencieron que eran genuinos. Al ver luego los originales, quedaron en aspavientos.
IMPLICACIONES – Como el ojo humano ve lo que la mente quiere que vea, se logra una alteración casi perfecta del testimonio de alguien, pero todo esto con implicaciones legales y sociales algo escabrosas. En el mundo de la política, por ejemplo, se puede alterar el discurso de algún funcionario o candidato a un puesto político con el fin siniestro de favorecer las necesidades del adversario. En casos legales, un testimonio sobre un crimen puede ser virado al revés para benéfico de una de las partes en un pleito.
Al crear la tecnología, los investigadores advirtieron sobre las consecuencias que los algoritmos del sistema podría imponer a los conceptos de veracidad y realidad en las sociedad humana.
«Cuando hay posibilidades de que algo sea falso, entonces la verdad se torna eludible», cita uno de los documentos de trabajo de los expertos. El fenómeno de los «fake news» en las redes sociales, es uno de los productos secundarios de esta nueva tecnología. Los «memes» cómicos son otro derivado de la alteración de discursos humanos mediante manipulaciones digitales.
DESCREER – Los científicos aducen a que los seres humanos se tornan sumamente exceptivos una vez que descubren una manipulación de la realidad. Ejemplos: Si un artista toca o canta como un virtuosa cuando en realidad no tiene talento. Hacer confesiones de amor falsificadas por las redes sociales. Escuchar de manera ficticia a un religioso decir profanaciones, o un político mentiras de su adversario, a un artista «confesar» intimidades, o un mandatario de un país amenazar de guerra a un rival Todo son juegos peligrosos que provocan a los humanos desconfiar de todo.
A partir de 1990, los propios técnicos de Adobe Photoshop se consternaron al ver cómo la tecnología de alterar fotos que ellos crearon para facilitar la edición de visuales, se había tornado muy agresiva en manos de manipuladores de falsedades. Es decir, colocar cabezas de mujeres famosas en cuerpos desnudos, o envejecer a personas jóvenes, distorsionar poses serias en ridículas y crear caricaturas obscenas u ofensivas. Todo una gama de distorsión de la realidad.
No obstante, esa misma empresa ha colaborado para alteraciones similares, esta vez, en la voz humana. Veremos a ver a dónde llega todo este asunto.
(El autor es periodista y profesor de multimedios).
cccrafael@gmail.com
Comentarios sobre post