Redacción (RT.com).- El Congreso brasileño, con gran presencia del bolsonarismo, está maniobrando para quitarle poder a las ministras nombradas por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva en las carteras de Medio Ambiente y Asuntos Indígenas, Marina Silva y Sonia Guajajara.
El jueves, una comisión mixta que analiza y debe validar la reforma ministerial decretada por Lula hace meses aprobó quitarle al recién creado ministerio de Asuntos Indígenas, comandado por Guajajara, el poder de demarcar las tierras de los pueblos originarios para pasar la competencia a la cartera de Justicia.
También apoyó quitarle al ministerio dirigido por Silva la gestión de las aguas y del catastro donde deben registrarse todas las propiedades rurales, y que sirve para mapear las invasiones de tierra y el control de las áreas deforestadas.
Para que estas modificaciones entren en vigor, deben ser aprobadas por los plenarios de ambas cámaras la semana que viene, cosa que es bastante probable que ocurra.
Pero la polémica ya está servida. Son cambios en temas muy sensibles para la opinión pública, especialmente tras el mandato del ultraderechista Jair Bolsonaro, quien promovió el avance del agronegocio sobre las áreas protegidas y paralizó la demarcación de tierras.
«En riesgo los derechos de los pueblos indígenas»
Lula, que no cuenta todavía con una base sólida de apoyo en el Congreso para evitar su aprobación, convocó para este viernes una reunión con sus dos ministras, muy irritadas por estos cambios, para tratar de buscar una solución.
«Esta medida pone en riesgo los derechos de los pueblos indígenas y abre espacio para que las influencias políticas e intereses económicos prevalezcan sobre los derechos ancestrales», escribió Guajajara en las redes sociales.
Por su parte, Silva consideró que los cambios propuestos son «errores estratégicos» que perjudicarán «a la agricultura» y al acuerdo que está pendiente de ratificar entre el Mercosur y la Unión Europea (UE).
Las ministras ya estaban molestas por otras recientes derrotas en el Congreso, como la aprobación del decreto provisional que flexibiliza las reglas de protección de la Mata Atlántica, uno de los seis biomas de Brasil.
Fue una medida propuesta por Bolsonaro durante su mandato. Pero el actual gobierno ya avisó que Lula, que llegó al poder con la defensa del medio ambiente como una de sus prioridades, lo vetará.
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